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MELANIE

Levanté la mirada hacia la chica castaña por cuarta vez en tres minutos ¿se habría dado cuenta de que se me había caído el libro al suelo hacía nada?

<<Para no enterarse, ha resonado por toda la biblioteca.>>

La chica mordía el boli mientras miraba unos apuntes ¿Por qué tenía que ser tan atractiva?

<<Admítelo, está buena eh.>>

Bajé la mirada a sus pies, debajo de ellos tenía un balón de fútbol que movía distraída.

<<¿¡Y hace fútbol!? Madre mía, esto ya se pasa de lo normal.>>

Volví a centrarme en mi libro y, para mi sorpresa, me fue fácil, ya que la trama estaba tomando un rumbo interesante.

A los pocos minutos de empezar a coger ritmo leyendo, noté que algo me golpeaba los pies por debajo de la mesa. Me asomé para ver qué había sido, no me esperaba que fuera el balón de la chica que había estado acosando hacía poco.

Observé cómo una zapatilla negra de deporte arrastraba el balón fuera de mi campo de visión, levanté la mirada y me topé de frente con la chica castaña, demasiado cerca.

Ella se agachó y cogió el balón en las manos, cuando volvió a ponerse de pie ya nos separaba medio metro de distancia.

<<Una pena.>>

Nos quedamos en silencio, para mí incómodo, pero a ella parecía divertirle, porque tenía una sonrisa burlona dibujada en el rostro y me miraba fijamente.

-¿Qué?- dije a la defensiva.

-Me gustan tus gafas- dijo para nada en un tono ofendido, más bien parecía divertirle aún más la conversación.

Noté cómo me ruborizaba y aparté la mirada.

Otra vez silencio.

-¿Qué lees?- dijo esta vez interesada señalando mi libro abierto con la cabeza

Cerré el libro para que pudiera ver el título y ella asintió con el ceño fruncido al leerlo.

<<¿Enserio no conoce Percy Jackson?>>

-Bueno- comenzó a decir- ya me iba, que en nada tengo entrenamiento. Y perdón por lo del balón.

-Oh...no importa- le dije con una sonrisa.

-En fin, adiós, ya nos veremos- se despidió con la mano andando hacia atrás, cogió su mochila y apuntes y se fue sin dejar que le dijera adiós.

La observé hasta que salió por la puerta y entonces miré con una sonrisa al libro, había conseguido al menos hablar con ella unos...dos minutos, pero sirve, ¿no?

***

Al salir de la biblioteca media hora más tarde, ya que no lograba concentrarme de nuevo, me dirigí a un parque para esperar a Catherine.

Unos pocos minutos después de que me sentara en un banco vi a mi mejor amiga venir de hacer ejercicio con un chándal y una coleta alta que recogía su pelo largo y ondulado de manera bonita y cómoda.

-Holaaa- dijo Catherine lanzándose sobre mí con un fuerte abrazo.

-Hola- dije riéndome.

-¿Qué tal el día, rubia?– preguntó pasándome un brazo por encima de los hombros.

-No me llames así- seguí riéndome.

-Sabes que te encanta. Y ahora contesta a mi pregunta o te pego.

-Qué agresiva viene la señorita hoy ¿no?

-El deporte, que me pone así- dijo riéndose- Ahora responde o ya sabes lo que pasa.

-Bien, bien.

-¿Alguna chica buenorra te ha tirado los cejos?- me dijo moviendo las cejas seductoramente.

Me puse roja recordando a la chica de la biblioteca, y ella, cómo no, se puso a dar saltitos de alegría como una niña pequeña.

-¡Aaayy que síiii! ¡¿Quién quién quién?!

-No sé cómo se llama, ni a qué curso va.

-A mí el curso me da igual que no voy a tu instituto. ¡¡Yo quiero saberlo tooodooo!!

-Vale, vale, tranquilita ya ¿está bien?

Le conté lo del choque en el pasillo y la biblioteca y su única respuesta fue:

-No sabes ligar Melanie.

-Hombre, es que a mí no me tira medio país.

-A ver, que sabes que no me interesa nadie, así que mi caso no importa.

-Bueno, al tema- dije mirándola mal- hace fútbol...así que...

-Quieres que te diga dónde se puede hacer fútbol a esta hora estos días de la semana ¿no? - adivinó y me cortó al mismo tiempo

-Muy lista, sí, es eso. –dije con una gran sonrisa.

-¿Y crees que lo sé porque hago deporte?

-Premio, ¿y me equivoco?

-No, de hecho solo sé de un sitio por la zona donde se hace fútbol con este horario, y no pilla lejos, te mando luego la dirección, que tengo que buscarla.

-Está bien, bueno, me esperan en casa, te quierooo -le di un abrazo y me despedí con la mano alejándome.

-Y yoooo, no te pilles mucho que luego me tengo que gastar mis ahorros en helado si sale mal -la miré mal- Adiós, luego te escribo.

Catherine siguió corriendo por el parque y yo me fui acasa. Cada una por un lado.

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