KIM
Vi cómo Mel cerraba los ojos y se quedaba poco a poco dormida, sonreí con ternura.
La adrenalina me recorrió todo el cuerpo cuando me di cuenta de que no paraba de mirarle los labios, finos y rosados, tan bonitos y delicados a la vez. Me sorprendí al darme cuenta de las ganas que tenía de acercarme y besarla, pero me controlé, no sabía si ella quería.
Me puse boca arriba y miré al techo, pensativa. En la cena, los padres de Melanie se habían mostrado amables y exageradamente interesados en mí, haciendo preguntas y preguntas que me veía obligada a responder, quitando información que pudiera perjudicar a Melanie más tarde, debido a que la veía preocupada.
Sin embargo, a Mel la trataban como si no fuera su hija. Cada vez que se animaba a comer un poco, sus padres hacían que no siguiera. Había notado que había estado adelgazando, pero no quería preocuparme ni hacer preguntas por si la incomodaba o por si no era algo grave.
Me acabé quedando dormida.
***
Abrí los ojos tras sentir un toque en la mejilla, seguido de otros dos, me encontré a Mel despertándome a mi lado.
-Buenos días- dije cansada.
-Hola- me sonrió.
-Voy al baño ahora vengo- me estiré un poco y me levanté de la cama.
Salí vestida del baño y me senté en el suelo delante de un espejo de cuerpo entero, que Melanie tenía al lado de la puerta del baño, para maquillarme.
Cuando comencé a hacerme el eyeliner en el ojo derecho vi el reflejo de la rubia detrás de mí, mirando interesada y con la boca medio abierta, como una niña pequeña.
Bajé el brazo que estaba utilizando lentamente y me giré a mirarla con una sonrisa divertida, ella sacudió la cabeza y cerró la boca mientras fruncía el ceño.
-¿Te has maquillado alguna vez?- pregunté, ella negó- ¿Quieres probar?– se encogió de hombros- Está bien.
Me acerqué a ella y me puse de rodillas.
-Levanta la cabeza un poco, así veo un poco mejor- ella levantó la cabeza ayudada por mi mano izquierda.
<<Joder, qué cerca está...>>
Comencé a hacerle el eyeliner en el ojo derecho, Mel no dejaba de mirarme a los ojos, concentrada en ellos. Noté lo cerca que estábamos, mi corazón empezó a latir con más velocidad, pero intenté que el pulso no empeorara.
Melanie se acercó un poco más a mí, se le sonrojaron las mejillas cuando me miró a los labios y luego me volvió a mirar a los ojos. No pude evitar que una sonrisa divertida surgiera en mi rostro cuando desvié la mirada a su boca, ella se puso más roja al notarlo.
Bajé el brazo que sostenía el pequeño pincel negro y pasé el pulgar de la mano izquierda por la comisura de sus labios mientras los miraba. Me acerqué lentamente hasta que nuestros labios se juntaron.
Fue un beso dulce, lento, sencillo... pero cuando rocé sus labios rosados sentí el cielo.
Nos separamos segundos después, ella se sonrojó y yo la sonreí como nunca había sonreído a nadie, no sabría describir cómo fue, pero fue mágico.
-Joder...- susurré mirándola a los ojos, tenía el eyeliner solo en uno, pero seguía siendo la chica más guapa que había visto en mi vida. Me miró atenta- eres preciosa...
Se acercó lentamente y se sentó sobre mis piernas cruzadas, mirándome de frente, rodeándome la cintura con las suyas.
Esta vez fue ella la que me acercó, cogiéndome delicadamente de detrás del cuello y acercándome a sus labios.
Fue el paraíso durante unos minutos.
Después se abrió la puerta de la habitación:
-Buenos días, chicas. Kim, te traigo el desayun...- se le cayó la bandeja al suelo al ver la escena.
El zumo de naranja y la leche se derramó por la alfombra, al igual que varias tostadas y la mantequilla.
-¡Thomas ven! ¡Rápido!- sollozó llamando a gritos a su marido y luego tapándose la boca con las manos.
Empezaron a oírse pasos rápidos por las escaleras.
Y yo empezaba a no saber cómo manejar la situación.

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Ayúdame a Vivir
Fiksi RemajaKim no entiende qué es vivir ni su sentido y arrastra una vida complicada, Melanie es una inexperta sometida a muchas críticas. Si toparse con alguien en el pasillo es de película, Kim lo odiaría, pero Melanie es una persona demasiado llamativa como...