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KIM

Joder. ¿Cuál era la maldita necesidad de poner exámenes a tan solo dos semanas de empezar el curso? ¿Acaso los profesores no eran capaces de empatizar con sus alumnos?

Enserio, les acabaría odiando como siguieran así. Además, tenía otras obligaciones como, yo qué sé, comprar comida para sobrevivir al menos una semana más y, lo más importante, fútbol.

El fútbol era lo mejor del mundo, tan solo tocar un balón, por estúpido que parezca, me hacía desconectar de todo.

Y ahora por culpa de los profesores amargados tendría que estudiar antes de ir a uno de mis entrenamientos, no es que me hiciera especial ilusión estudiar antes de hacer deporte, y menos rodeada de una panda de chavales hormonados que en vez de estudiar se liaban a escondidas en algún rincón aislado de la biblioteca, ah, y para colmo, con el equipamiento de fútbol puesto para ahorrar tiempo.

Entré a la sala y dejé la mochila con los libros y el balón de fútbol al lado de una silla, en la que posteriormente me senté. Miré a mi alrededor, metiéndome en la cabeza que tendría que estudiar las próximas dos horas y no debía irme antes para entrenar, después de mirar varias veces los apuntes indirectamente solté un suspiro y comencé a estudiar.

La gente solía juzgarme por mi aspecto. ¿Qué les costaba mirarme y seguir adelante? Más de una vez había escuchado a señoras por la calle decir cosas del estilo de "Esa seguro que saca unas notas pésimas". Y no solo eran cuarentonas aburridas, también gente de mi edad me clasificaba como lesbiana o, como les gusta más, bollera, desde un principio. Sinceramente, no es que quiera meterme en estereotipos ni nada pero que lleve ropa ancha no significa que sea lesbiana, otra cosa es que en este caso coincida, pero no es razón para siquiera pensarlo.

Y, más que orgullosa lo digo, que le den a esa gente. Seré bollera, pero no tonta, y si vieran mis notas no soltarían una sola palabra.

***

Me había pasado más o menos una hora mirando apuntes y alternando asignaturas, y la tapa del boli q había estado mordiendo para concentrarme estaba en pésimas condiciones.

Un golpe sonó a lo lejos e hizo que levantara la mirada de mis apuntes para ver de dónde provenía. En una mesa enfrente mía, no muy alejada, estaba sentada la chica rubia con la que me había chocado en el pasillo hacía dos semanas. Estaba recogiendo un libro del suelo, al parecer el que había producido el ruido.

Cuando se incorporó en la silla miró discretamente a los lados para ver si alguien se había percatado de su presencia, por cómo actuaba acababa de llegar. Vi cómo sacaba unas gafas de su mochila, se las ponía y abría el libro por la página en la que tenía puesto un marcapáginas amarillo.

Bajé la cabeza intentando concentrarme, pero no sé qué causaba esa chica en mí que no podía evitar levantar la cabeza para mirarla una y otra vez, como una boba. Llegué a la conclusión de sacar el balón de la mochila y ponérmelo debajo de los pies para moverlo y concentrarme mejor.

Ni eso sirvió más de cinco minutos, solo su presencia llamaba mi atención, levanté la mirada para ver lo que hacía, estaba en silencio, leyendo.

<<Joder, a la mierda.>>

Miré disimuladamente el balón de debajo de mis pies yle di un pequeño empujón en dirección a la mesa de la chica. Observé cómo elbalón le daba en los pies.

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