El reloj marcaba casi las dos de la mañana, estuvimos casi tres horas en la fiesta, no fue nada de tiempo pero estuvo divertida, por un rato. Estábamos yendo a casa, ya habíamos dejado a Blake a la suya y los tres regresamos a nuestra calle. Al llegar Sarah estacionó y salió corriendo al baño de su casa mientras se despedía con la mano.Fuimos de frente a mi cuarto y cerré con seguro.
Me sentía algo mareada pero luego del golpe el alcohol en mi sistema se había evaporado casi por completo y ahora solo quería una cosa. Reed se quitó los zapatos en una esquina y caminó hacia mí al ver que me había quedado parada en la puerta.
—¿Estás bien? —sobó mi cintura con su pulgar y asentí—. Entonces vamos a dormir —me jaló de la mano.
—No quiero dormir.
Volteo a verme.
—Entonces, ¿qué quieres hacer? —me sonrió al borde de la cama.
Y no resistí.
Me lancé a besarlo, pero ni bien toque sus labios por un microsegundo él me alejo con las manos.
—Sienna, estás ebria.
—No lo estoy.
—Claro que sí.
—No estoy borracha y te lo puedo demostrar —me mordí el labio con coquetería.
—¿Cómo? —preguntó inocente.
Lo empujé con fuerza hacia la cama, cayó sentado y yo me senté encima suyo. Lo miré directamente a los ojos, ahora estaban oscuros. Podía verlo con el poco brillo de afuera ya que no había ninguna luz prendida. Pase mis manos por su cabello y lancé sus cuernos a cualquier parte de la habitación junto con los míos.
—Sienna...
—Estoy bien —le sonreí—, quiero hacerlo contigo. Quiero hacerlo aquí y ahora —hablé directo sorprendiéndolo.
Él no me respondió así que me agaché y comencé a besar su cuello lentamente. Estaba caliente y podía sentir como su vena palpitaba fuerte, iba más rápido que otros días y sonreí por eso, comencé a chupar delicadamente su cuello. Le quiero dejarle un chupetón y verlo por la mañana para acordarme de esta noche. Sentí como gruñó levemente cuando pase mis uñas por su pecho y comenzó a subir sus manos lentamente por mis piernas dándome escalofríos. Agarró mi trasero y lo pegó a él haciéndome soltar un gemido casi inaudible.
—A la mierda...
Agarró mi cara desde mi mandíbula y me besó.
Comenzó lento mientras sus manos bajaban de nuevo a mi trasero y las mías iban a su nuca. Pero yo quería más y él pareció entenderlo cuando me moví hacia delante haciéndolo soltar un grave jadeo en mi boca.
Sus labios me encantaban, era la primera vez que nos besábamos y ya quería hacer más con él. Sentí como sus manos comenzaron a desatar el corset y yo desabroche las alas para quitármelas, cuando sentí que tocaron el piso volví a agarrar su nuca, pero ahora entrelacé mis manos en su cabello. Sentí como su lengua rozó mi labio inferior y sonreí antes de abrir más y permitirle entrar, nuestras lenguas se tocaban y podía sentir como el corset se soltaba cada vez más. Bajé mis manos para desatarme los zapatos, pero él se despegó.
—Dejatelos... —ordenó con la voz ronca.
Sonreí y obedecí, su boca fue directo a mi cuello comenzó a besarme y morderme debajo de la oreja justo en la vena, definitivamente me dejaría un chupetón. Mis manos bajaron a su camisa y comencé a desabrocharla el dejo lo que estaba haciendo para quitársela y tirarla por algún lado del cuarto, no se demoró mucho luego de eso en quitarme el corset y lanzarlo a otro lado.
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PRÓFUGOS [Parte 1 y Parte 2]
Teen Fiction¿Ayudar a alguien luego de atropellarlo? Pues claro, ¿es lo que se debe de hacer, no? Se supone. Pero qué pasa si ese alguien no solo te trae problemas, sino que te revela la existencia de un lugar súper secreto que siempre supiste que era verdad pe...