Capítulo Nueve

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Mamá llegaría a la casa cerca de las once de la mañana y los chicos vendrían a las diez, habíamos quedado que todos estaríamos presentes para explicarle todo y convencerla si era necesario.

Anoche fuimos a comprar algunas cosas para empacar y alistarnos, ya que sólo tenía una maleta pequeña que la utilizaba de vez en cuando, compramos un par de mochilas grandes para llevar lo necesario.

Yo estaba nerviosa. No quería dejar a mi mamá, ni a mis amigos. Y menos a Sarah, menos ahora.

Ayer se había hecho una prueba sanguínea de embarazo, pero los resultados salían en dos días así que los recibiría el martes. Le dije que se hiciera un ultrasonido pero era muy caro y no sabíamos si es que estaba o no.

Ahora me encontraba echada en mi cama, con Reed al costado. Él roncaba plácidamente mientras que yo solo veía el techo pensando, ya veía a mi mamá gritándome y llamando a la policía. Pero le había prometido a los chicos que ella no lo haría y que escucharía.

Me di la vuelta y miré el reloj en el escritorio, eran las siete de la mañana. Me levanté sin hacer mucha bulla para no despertar a Reed y fui a darme una ducha, al salir me amarré una toalla al cuerpo y fui a buscar que ponerme.

Reed seguía durmiendo pero ahora boca abajo agarrando la mayoría de la cama, tenía los músculos relajados pero los de su espalda se notaban, con pequeños arañazos que se iban poco a poco, sus brazos estaban bajo la almohada y la sábana cubría de su espalda baja hasta sus pies.

Me mordí el labio sintiendo mariposas en mi estómago y mi corazón palpitó con fuerza.

Abrí los ojos preocupada.

¿Estaba enamorada o sólo era atracción?

Lo había conocido hace una semana, era imposible.

Moví la cabeza sacando esos pensamientos de mi mente mientras me daba vuelta para ver qué ponerme. Terminé eligiendo una chompa crema con cuello de tortuga, tenía mis razones para usarla pero igual el clima estaba cambiando y el frío comenzaba a llegar. Me puse unos jeans negros de tiro alto ya que la chompa era medio corta y unas zapatillas con plataforma con tonos cafés. Fui al baño a secarme el pelo, mis ondas aparecieron y me agarré todo mi pesado cabello con un gancho.

—Buenos días —Reed abrió la puerta del baño.

—¿Te desperté? —hice una mueca mientras me ponía máscara de pestañas.

Me miraba a través del espejo y se apoyaba en el marco con los brazos cruzados.

—Si, pero igual tenía que despertarme —me sonrió acercándose, pasó sus manos por mi cintura y apoyó su mentón en mi hombro—. ¿Dormiste? —cerró los ojos.

—Algo, estoy nerviosa.

Giró mis caderas ni bien vio que guardaba el maquillaje, me subió al mesón del lavabo y comenzó a besarme con hambre.

—Reed —reí cuando agarró el cuello de mi chompa y lo bajo para besar mi cuello pero este se volvió a subir.

—Odio esto —viró los ojos antes de apegarme a él para que sintiera su clara erección—. Blake me dió un condón —sonrió mientras lo sacaba de sus shorts.

Me reí y negué.

—Anda báñate —le di un casto beso.

—¿Por qué? —hizo pucheros.

—Porque sí —sonreí.

Él no se quejó, estábamos cerca, él me miraba desde arriba, subió una de sus manos y acarició mi mejilla, deslizó lentamente su pulgar por mi nariz, debajo de mis ojos hasta casi el final de mis pómulos. Estaba viendo las pecas en mi rostro, sonreí.

PRÓFUGOS [Parte 1 y Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora