Capítulo Cuarenta Y Uno

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Alessia nos había despertado temprano, antes de las cinco para poder practicar, así que pude ver el amanecer en la planta superior mientras daba vueltas con Jace.

—¡Jace! Enfócate en los pasos —señaló mis pies—. ¡Ven Sienna! —me jaló hacia ella.

Bailamos un par de segundos bajo la mirada frustrada de Jace.

—Ves, no es tan difícil —se quejó ella.

—Es que él no vio Barbie de chiquito —reí haciéndola reír.

Jace viró los ojos, cansado de practicar.

—Ya vamos —me señaló con la cabeza—, una vez más y bajamos a desayunar —Alessia me soltó.

—¡Apúrense! —escuchamos a Jagger gritar.

Sí, todos ya estaban despiertos. Seguramente pasaban de las diez y escuchábamos a todos hablar en la mesa de abajo. Nosotros practicamos con una canción del celular de Alessia ya que decía que iba a ser una parecida al del día del baile. Nos contó que había mandado a la banda a practicarla para que nosotros podamos bailarla.

Increíble.

—No me vas a pisar —susurré ya que Jace miraba el suelo.

—Eso dices —viró los ojos.

Lo jalé hacia mi, pegándolo para que sus ojos cayeran en los míos.

—Mírame, concéntrate en mí y déjate llevar por la canción —lo miré.

Se comenzó a mover, como habíamos estado practicando, hacia atrás, hacia el costado y de vuelta al inicio. Esta era como la millonésima vez que hacíamos el círculo y de eso se trataba de dar vueltas y de vez en cuando que él me de vueltas a mi, nada más.

Cuando la canción termino, me sonrió.

—¡Lo hiciste! —Alessia se emocionó—. ¡Genial! Antes del almuerzo le damos un par de pasadas y ya estará perfecto —agarró sus cosas de un banco y se fue bajando las escaleras.

Le sonreí a Jace mientras se alejaba para ponerse la camiseta. Él me vió y levantó una ceja, me acerqué a las escaleras.

—No te hagas, te gusta todo esto del baile —se acercó a mi.

—Me gustaría más si supieras bailar y te desenvolvieras en la pista —reí mientras bajaba.

Su mano agarró mi antebrazo haciendo que parara, pasó por mi costado y al estar un par de escalones abajo giró a verme, estando casi a mi tamaño. Reí mientras miraba ligeramente hacia abajo.

—Te prometo que cuando estemos en Italia tomaré clases de baile solo para bailar contigo —besó mi nariz, sonreí sonrojándome.

—¿Me lo prometes? —ladeé la cabeza mientras envolvía mis brazos en su cuello.

—Te lo prometo, pequeña —junto nuestras narices haciéndome reír—. Todo para que estés feliz —me dió un casto beso.

—Ya soy feliz —susurré levemente.

Sus ojos se encontraron con los míos, mirándome con sorpresa mientras sentía como mi cabeza ardía de nervios.

—¿Se van a quedar ahí todo el día? —giramos hasta el final de las escaleras.

Jagger nos miraba con un tocino en la boca, sus manos sobre sus caderas y su pie izquierdo pisaba el suelo con ritmo.

—¿Ah? —abrió los ojos por nuestra respuesta.

—Ya vamos, deja de joder —Jace lo botó y giró a verme.

—No me moveré hasta que bajen —se cruzo de brazos.

PRÓFUGOS [Parte 1 y Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora