Me desperté de golpe, el timbre sonaba repetitivamente y yo estaba en la cama.Sola.
Reed estaba sentado en el piso con una ceja alzada y una sonrisa pícara en el rostro.
—¿Tuviste un buen sueño? —su sonrisa se ensanchó.
—Cállate —me levanté de la cama.
—¡Oh Reed, si Reed! —"imitó" mi voz.
—Cállate —me puse los zapatos.
—Por lo menos dime si fuí bueno —se paró del piso para acercarse a mi.
—Madura, por favor —lo empuje cuando me bloqueo el camino, se comenzó a reír.
—Tu eres la que soñó conmigo haciendo quien sabe que —voltee a verlo y tenía la misma sonrisa de cuando me levanté, viré los ojos y lo moví pero él se volvió a meter—. ¿Quieres que te haga todo lo que soñaste? —alzó una ceja con la boca abierta.
—¡Reed! —lo empuje y abrí la puerta.
—Si, justo así lo decías —se agarró del marco de la puerta y soltó un gruñido.
Baje las escaleras ignorándolo, él no podía bajar porque no sabíamos quién era.
No puedo creer que haya soñado todo eso.
¿Es posible?
Nunca me había pasado.
Nunca había tenido un sueño húmedo.
Se sentía tan real que aún tenía cosquillas en el cuerpo.
El timbre volvió a sonar.
—¡Ya voy!
Respire hondo antes de abrir la puerta.
—¡Hasta que te decides por abrirnos! ¡Llevamos media hora aquí afuera!
Fruncí el ceño.
—¿Y la escuela?
—Faltáremos —Sarah se encogió de brazos.
—¿Faltarán?
Entraron y cerré la puerta.
—Si, ¿no leíste los mensajes? —sacó su teléfono—. Faltaremos al colegio para ir a ver los disfraces —leyó—. Ayer cuando te fuiste la mayoría ya tenía su disfraz menos nosotros —se quejó Sarah.
¿Ya es jueves?
—¿Estas con la misma ropa? —Blake ladeó la cabeza.
—¿Qué hora es? —ignore a Blake.
—Son las diez de la mañana —dijo Sarah obvia.
—¿Y Reed? —señale arriba.
Subimos a mi cuarto.
¿Había dormido tanto? Dormí casi un día completo.
Al entrar al cuarto Reed estaba de nuevo en mi cama sin polo viendo otra revista.
Sarah me miró de reojo con la ceja alzada.
—Hola —saludó él y al verme me sonrió de costado.
—Cámbiate, iremos a comprar los disfraces —le ordenó Blake.
Reed asintió y se metió al baño.
—Blake, ¿podrías ir a mi carro y traerme las bolsas del maletero? —le sonreí, él asintió y bajó.
Cuando escuché la puerta principal y la ducha correr miré a Sarah.
—Tuve un sueño húmedo con Reed.
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PRÓFUGOS [Parte 1 y Parte 2]
Teen Fiction¿Ayudar a alguien luego de atropellarlo? Pues claro, ¿es lo que se debe de hacer, no? Se supone. Pero qué pasa si ese alguien no solo te trae problemas, sino que te revela la existencia de un lugar súper secreto que siempre supiste que era verdad pe...