Creo que todos dormimos hasta el veintiséis ya que nadie se levantó y si tenías hambre te hacías lo que querías y regresabas a tu cuarto.El jueves sí nos levantamos temprano, nos sentamos en la mesa del comedor como la "familia" que ahora somos y comimos el recalentado de pavo.
Por la tarde nos pusimos a limpiar la casa, mientras que Jagger descansaba de su resaca por segundo día, Eva y Marina molestaban a Clyde diciendole que adivine lo que pensaban aun asi teniendo la pulsera que él nos dió. Sandro y Reed nos ayudaban limpiando una parte de la casa. Trapeamos la casa por completo, el patio, la cocina, sacudimos los muebles, también trapeamos las escaleras, ordenamos las habitaciones en donde dormirían los chicos y mi mamá, las arreglamos y todo, limpiamos los baños dejándolos impecables y cerca de las cinco ya habíamos terminado, mientras los chicos se bañaban Jace y yo fuimos a comer algo.
Me senté en la mesada de la cocina con Jace a un lado poniendo unas cuantas tajadas de pavo en un plato, yo corté los panes mientras él metió a calentar la carne.
Me miró de reojo antes de sonreír de forma coqueta y cerrar la puertita del microondas.
—Señorita, usted tiene un lindo collar —bromeó colocándose entre mis piernas.
—¿Le gusta? —pestañeé mientras jalaba la cadena, él asintió—. Me lo regalo un hombre.
—¿Un hombre? —se acercó a mi.
—Si —asentí—. Era un hombre muy guapo.
—¿Muy guapo? —asentí—¿Qué más? —sonrió.
—Fuerte...
—¿Y? —se acercó más.
El microondas comenzó a sonar, el pavo ya estaba.
—Guapo —sonreí.
—Eso ya lo dijiste —junto nuestras narices, solté una risita.
—Es cierto —él me ponía nerviosa—. Grande.
—¿Grande? —rió—¿En que sentido?
Reí tirando mi cabeza hacia atrás.
—En todos los sentidos —me sonrojé.
—¿Así? —jaló mis caderas pegando mi centro a su entrepierna.
—Si —mordí mi labio inferior.
—¡EPA!
Ambos giramos, encontrándonos con Sandro tapándose los ojos.
—¡En la cocina no, por favor!
Jace gruñó y se despegó un poco.
Sandro rió mientras caminaba hacia nosotros, abrió el microondas con una sonrisa burlona en la cara, sacó el plato con la carne, lo puso a mi costado y se agarró un pan para cortarlo, Jace lo miraba molesto pero Sandro ni se inmutaba. Él solo se comenzó a hacer un pan con pavo.
Hice lo mismo armando dos panes, los ojos de Sandro se clavaron en mi cuello cuando me puse a su costado y los abrió.
—Ahh —rió mirando a Jace.
—¿Que mierda tienes? —lo miró mal.
—Nada —mordió su pan dándole una mirada burlona a Jace—, cosas de la vida —habló con la boca llena.
Mordí mi pan al igual que él. Jace solo estaba quieto y serio, esperando a que Sandro se vaya.
—Que bonito es el amor —se fue riendo, Jace le sacó el dedo medio haciendo que se riera con más ganas y al escuchar su puerta cerrarse yo solté una risita.
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PRÓFUGOS [Parte 1 y Parte 2]
Teen Fiction¿Ayudar a alguien luego de atropellarlo? Pues claro, ¿es lo que se debe de hacer, no? Se supone. Pero qué pasa si ese alguien no solo te trae problemas, sino que te revela la existencia de un lugar súper secreto que siempre supiste que era verdad pe...