Instituto Whitmore

C3: Hora de irse

Llegué a mi cuarto y cerré la puerta.

Me quede inmóvil en mi lugar como cinco minutos sin saber que hacer. Vi mi cama y lo primero que hice fue aventarme en ella y llorar.

No lo podía creer, ¿Un instituto? Se que no me llevo con mis papas lo suficiente pero me duele saber que ya no los voy a ver ni siquiera cuando venían por ropa y dinero.

Me cambie de posición. Y la escuela y mis amigos y Hanna.... por dios Hanna, ya no la voy a ver todos los días, admito que voy a extrañar nuestras salidas al centro comercial aunque no me gusten.

Alargue la mano hacia la mesita de noche y cogi mi teléfono.

Me quede mirándolo por unos momentos, que le iba a decir.

*Hola Hanna soy Mariana, te hablo para decirte que me ire al Instituto mas loco de California y ya no te voy a ver*

¡¡¡NOOOO!!!

Eso esta mas que descartado. Me arme de valor y marque su numero.

-Nana? Sigues viva amiga?- comencé a reír, ella era la única que me podía subir los ánimos en estos momentos.

-Al parecer si.- le dije en tono sarcástico, pero no aguante y me puse a llorar otra vez.

-Nana estas bien? Que ha pasado?.- no podía, no podía decírcelo y menos por teléfono.

-Puedes venir a mi casa por favor.- le dije tratando de no llorar. Ya nunca le podré decir esas palabras.

-Si, voy para haya.- me dijo y corto la llamada.

No sabia como le iba a decir y menos como iba a reaccionar.

•••••••••

Me desperte al sentir que la cama se sumia, era Hanna y traia un licuado de fresas con crema.

-Hola dormilona.- me dijo ofreciéndome el licuado.

La mire toda adormilada y luego al reloj, wow eran las 7 de la tarde, había dormido toda la tarde.

-Hola.- dije sonriendo y tome el licuado que Hanna me había echo.- ¿A que hora llegaste?- le pregunte estirando mis brazos.

-Bueno llegue como a las 2 y te encontré dormida así que fui a hablar con tu hermano.-me lo dijo en tono triste.

Oh no, ya lo sabe.

-Te lo contó cierto?- le pregunte. Tenia que aguantar, no quería llorar enfrente de Hanna.

Asintió.

Nos quedamos varios minutos en silencio sin saber que decir. Hanna se encontraba molesta, pero no conmigo si no con sigo misma.

-Lo siento.- le dije, y como si nos pusiéramos de acuerdo empezamos a llorar las dos al mismo tiempo y nos abrazamos.

-Te juro que te llamare todas las mañanas nana.- me dijo Hanna a mitad de llanto.

-Y yo te llamare todas las noches amiga.- le respondí.

Me separe de ella y me limpie las lágrimas de los ojos. Nos acostamos en la cama y nos abrazamos una a la otra, no podia vivir sin ella, no se como le hare cuando este haya.

Yo no podré ver las series con ella, ni pintarme las uñas, ni ir al salon, ni siquiera la iba a ver ya.

-¡NANA!- me grito y se levanto de la cama.

Hice lo mismo, por dios esta niña esta acostumbrada a gritar o que.

-¡Hanna no vuelvas a gritar asi!- y me levante de la cama.