C33: La fiesta del abuelo 2/2

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Subí a mi cuarto y cerré con seguro la puerta para que nadie entrara.

-¿Mariana?- solté un grito mudo al escuchar la voz de Will en mi cuarto.

-Will, no sabía que estabas aquí.- trate de disimular el hecho de que estaba llorando.

-Tu me lo pediste ¿recuerdas?...- lo mire confundida.- teníamos que hablar.- me dijo

-Ohhhhh si, lo lamento es que abajo mis tíos... Ya sabes hace mucho que no me veían.- sonreí forzado.-Bueno... ¿de que querías hablarme Will?- le dije con duda.

-Se que esto te sonará raro pero...- suspiro.- Mariana me gustas, me gustas y demasiado y la verdad yo solo veía nuestra relación como algo rápido de un fin de semana, pero me has demostrado que vale la pena estar con tigo.- se fue acercando a mí y aguante todas mis ganas para no llorar.- Mariana sé que solo han pasado tres días desde que nos conocimos pero sentí que fueron eternos...- me agarro de las manos.- Me iré a estudiar con tigo.- soltó.

Por segunda vez en el día mi corazón se paro. De acuerdo lo que sea que haya tenido con Scott se había acabado para siempre, pero la verdad ni siquiera tenía ganas de tener a Will cerca, no en estos momentos.

-¿Qu-que?- tartamudee.

-Imagínate cómo sería, tú y yo Mariana. Estudiaremos juntos y estaremos juntos.- sonaba emocionado pero la verdad yo no lo estaba.

-Will apreció lo que haces por mí pero...-

-Pero esque no lo hago por ti Mariana, lo hago por nosotros. Para que exista un nosotros, ¿no lo vez?- me dijo emocionado.- estamos destinados a estar juntos.- me agarro de las mejillas y esta vez no aguante las lágrimas que salían de mis ojos.-yo sí creo en un nosotros.- me dijo.

Un flashback de Scott diciendo eso hace unos minutos lleno mi mete y esta vez no eran lágrimas las que soltaba, era llanto a mares, llanto que salía porque sabía que había perdido algo que quería de verdad.

Me solté del agarre de Will y me dirijo corriendo hacia la puerta.

-Lo siento Will.- le dije antes de cerrar la puerta y salir corriendo al otro lado del pasillo. Mis lagrimas estaban saliendo inconscientemente de mis ojos, ya no sentía el control en ellas, estaba despedazada porque uno me rompió el corazón y al otro yo. Quería salir de ahí lo más rápido que pudiera pero no me podía exponer así enfrente de todos y menos en el día más importante para el abuelo.

-¿Mariana?- escuche a mi mama que subía las escaleras.

Mi instinto me dijo que corriera y así lo hice, corrí hasta la última puerta del pasillo para adentrarme a ella y cerrar la puerta de nuevo con seguro. Justamente en la habitación de mis padres.

-Mariana cariño háblame...- escuchaba a mi mama detrás de la puerta intentándola abrirla.

-Vete quiero estar sola.- no había notado la intensidad de mis lagrimas, ya no lloraba, estaba sollozando, mi mundo se estaba viniendo abajo y con ello mi dignidad.

¿Cómo lo pude creer? ¿Cómo pude creer que Scott, el Playboy de la escuela se podría enamorar de una chica como yo tan arrogante y orgullosa? Las personas como él no se enamoran de personas como yo de eso estoy segura.

Me aseguré de cerrar la puerta y poner cualquier obstáculo que encontraba en la habitación de mis padres para que nadie pudiera pasar, mis sentimientos estaban literalmente en el suelo y mi tonto orgullo no quería consolación.

Me dirigí al escritorio de mi padre para buscar la llave de la puerta por si se quedaba atorada y trate de abrir el cajón pero no tuve éxito, intente e intente mil veces con todas mis fuerzas pero tenía seguro, nada lo podía abrir y sabía que ahí estaba la llave. Busque con la mirada rápidamente tratando de encontrar algo para abrirlo.

Instituto WhitmoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora