10: PRIMER AÑO

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—¿A dónde iremos?

—Es una sorpresa... —canturreé mientras tiraba de su mano.

Entonces... ¿cuál es el plan?

¡Buena pregunta! Por primera vez en mi vida he planeado algo para que me salga perfecto. Es de mañana, el día está nublado y hace un poco de frío, sin embargo nada —absolutamente nada— puede arruinar todo lo que planeé.

¿Y qué haré?

¡Buena pregunta! Otra vez...

Primero iremos al parque de diversiones que dijo Yamaguchi, estaremos unas cuantas horas ahí; jugando y divirtiéndonos. Al atardecer, comeremos en una pequeña tienda de aquí cerca y por último, organicé una noche de películas de acción bizarras que le gustan a Kageyama.

Todo saldrá bien.

—Hemos llegado al primer lugar... —dije con una sonrisa de oreja a oreja, deteniéndome enfrente de las grandes puertas. —¡El parque de diversiones de Miyagi!

Sonrió y me miró.

—¿Te gusta? —borré mi sonrisa e hice una mueca, girándome para verlo.

Él asintió tranquilo.

—¡Genial! —Volví a emocionarme. —¡Entremos!

Tiré de su mano, comenzando a caminar rápidamente por todo el increíble lugar frente a nosotros. Había muchos juegos, música y niños por todos lados. ¡Era hermoso y quería probar todo!

Es obvio que nos subimos a una montaña rusa, donde Kageyama se sintió un poco mareado al bajar. Yo pensé que me iba a pasar algo como él, sin embargo bajé como si no hubiese pasado nada.

—No volvamos a subirnos a una de estas cosas... —dijo agarrándose de su propio pecho. Reí y asentí.

Seguimos caminando por el parque y los ojos de Kageyama captaron una máquina de fotos. No dudamos en pagar y entrar rápidamente. El lugar era un poco estrecho pero el asiento era suficiente para dos personas, no obstante terminé sentándome en su regazo. Él reía.

—Debemos salir bien —dije pasando mi brazo por atrás de su nuca para quedar sentado de costado, con mis piernas apoyándose en el asiento—. Quiero muchas fotos y también quiero pegarlas en los costados de mi nuevo espejo.

Él pareció sorprenderse pero terminó sonriéndome con ternura.

—Está bien.

Era una pantalla grande en la que podíamos verse y había un botón rojo abajo. Era obvio que cuando lo tocáramos, no podríamos controlar el tiempo. Ideé un plan en mi cabeza y esperé a que Kageyama tocara el botón rojo.

Cuando lo hizo, sonreí y miré a la cámara.

La primera foto era tierna. Yo sentado sobre Kageyama, con una sonrisa de oreja a oreja y él sonriendo levemente. La segunda foto para en la que lo miré sonriendo enternecido, pensando que sería una foto de esas que son demasiado tiernas... al fin terminé con un rostro de sorpresa al ver cómo movía su rostro para también mirarme.

En la tercera y última foto, no pude evitar tomarlo de las mejillas y besarlo.

Esta no fue la última vez que estuvimos en la máquina de fotos. Terminamos llevándonos doce secuencias de tres fotos (y digo doce porque seis para cada uno). En algunas nos veíamos haciendo caras divertidas y terminábamos riendo, mientras que en otras simplemente eran fotos de nosotros besándonos.

—¡Deberían ir saliendo! —Escuchamos la voz del empleado afuera. —¡Está lloviendo!

¿¡Qué!?

No tardé en bajarme de Kageyama y salir de la máquina rápidamente.

¡Mierda! ¡Mierda, mierda, mierda y más mierda!

¿¡Por qué tanta mala suerte!? ¡Desde el lunes los días han estado soleados y llenos de vida pero hoy hay lluvia... y dolor... y muerte... y toda la mierda!

¡Sí, estoy repitiendo palabras porque estoy enojado! ¿¡Y qué!?

—Oh, está lloviendo —dijo Kageyama con las cejas alzadas mientras miraba al cielo.

Me di vuelta y lo miré obvio.

—¿En serio? —fingí sorpresa. —¡No me digas!

Crónicas de una Pareja Primeriza | KagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora