—Dime cinco cosas que te gustan de mí.
03:00 AM. No podemos dormir.
Hemos tenido una increíble y divertida sesión de besos en el sofá pero se nos ha hecho tarde y hemos decidido irnos a dormir. Las camas son cómodas y Hayami nos ha dicho que no la esperemos esa noche.
—Tus labios —susurré en la oscuridad, picando su boca. Kageyama soltó una risita nasal—, tus manos —por debajo de las sábanas, tomé su mano—, tus dedos...
—Atrevido.
Yo reí.
—Te quedan dos cosas.
—También me gustan tus ojos —solté un suspiro—, y por último, me gustas tú.
—Qué tierno.
—Te toca.
—Solo diré una: tú.
Reí avergonzado.
Kageyama tomó mi pierna y de un tirón me atrajo a él, descansándola sobre su cintura. Yo sonreí y coloqué mis manos en su cuello, acariciándolo levemente con mi pulgar.
—Te amo mucho —murmuró besando mis labios.
—Y yo a ti.
—Eres el amor de mi vida —Ahora besó mis mejillas.
—Y tú el mío, pero quiero un beso.
—Te he dado besos —Kageyama murmuró sobre mi piel.
—No de los que me gustan... —canturreé.
—Oh —Él soltó una risa baja.
Sus manos se movieron rápidamente por debajo de las sabanas y se quedaron en mi cintura, yo ignoré los nervios en mi estómago y le sonreí, aunque no podía verme mucho.
Cuando sentí sus labios sobre los míos, no tardé en corresponder. Las mismas sensaciones de siempre se sintieron sobre mi cuerpo: las punzadas en mi pecho, mi corazón latiendo rápido, mis nervios y la sangre corriendo rápidamente por mi cuerpo. Ya era algo normal, era el efecto que Kageyama producía en mí.
Me besó con lentitud, recorriendo mis labios con los suyos. Tirando de ellos y mordisqueándolos levemente. Yo me sentía en el cielo, como siempre.
Cuando su lengua recorrió mis labios me di por muerto. Abrí mi boca un poco más, dejando que hiciera lo que quisiese conmigo. Kageyama no tardó en reaccionar y de un segundo para el otro, sin dejar de besarme, se posicionó sobre mí, como siempre.
—Te dije que esto iba a pasar —dijo separándose solo para bajar a mi cuello. Yo abrí los ojos y llevé mis manos a su cabello.
—Si no quieres que me arrepienta, mejor cállate.
Una risita se escuchó y yo volví a tirar su cabello. Los labios de Kageyama se plantaron levemente sobre mi cuello, besándolo y dejando besos húmedos por toda mi piel. Desde que leímos que los chupones son arriesgados, dijimos que solo se permitían unos cuantos y pequeños.
Jadeé cuando sus dientes rozaron mis clavículas. Espera, ¿En qué momento llegó ahí...?
Levanté mis brazos y él entendió al instante. Sacó mi camiseta rápidamente y no tardó en volver a bajar, besando mi pecho. Mordí mi labio inferior cuando sus labios tocaron mis pezones, estaba avergonzado y no sabía cómo actuar.
—No tienes que quedarte callado —dijo alejándose. Yo jadeé mirándolo—, no hay nadie en casa —mordí mi labio inferior y asentí—. Y segundo... —sus dedos recorrieron mi estómago causándome escalofríos. —¿Quieres seguir?
Asentí repetidas veces.
—¿Estás seguro?
—Que sí, Kageyama.
Él bajó a mi estómago pero al instante subió.
—¿Kageyama?
—¿Qué? —fruncí mi ceño.
—No me llames por mi apellido.
Reí atontado.
—¿Q-qué?
—Llámame por mi nombre —su mano bajó hasta mi entrepierna e hizo presión, yo jadeé llevando mi manos a sus hombros y dando un apretón—, vamos, hazlo —dijo más fuerte y por lo tanto, apretando más.
No pude evitar gemir y asentir.
—T-Tobio.
—Dilo bien.
—¡Tobio!
Soltó una risa.
—Así me gusta —su mano se alejó y yo suspiré con fuerza. —¿Sigamos?
Asentí.
Sería una larga noche.
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Crónicas de una Pareja Primeriza | Kagehina
FanfictionSEGUNDO LIBRO DE "CRÓNICAS DE..." KAGEHINA. EL ANTERIOR ES "CRÓNICAS DE UN KAGEYAMA CONFUNDIDO" Luego de tanto tiempo, Kageyama por fin es mi novio. Tuvimos altos y bajos en los inicios de nuestra relación y estoy seguro que en el camino también los...