—Kageyama.
Caminábamos hacia la escuela tomados de la mano. Su mirada iba perdida en el frente mientras que yo miraba mi teléfono, hablando con Kenma.
—¿Cuándo le diremos a los chicos que estamos juntos?
—No lo sé —respondió—. Cuando tú quieras.
—Simplemente quiero ver la reacción de cada uno —dije con sinceridad.
Él soltó una risa.
—Entonces hagámoslo hoy.
—¿En serio? —lo miré con las cejas alzadas.
Asintió.
—Quiero reírme de la cara de Tsukishima.
Habíamos acordado que lo haríamos al final de la práctica.
Estuve todo el día nervioso, golpeando la punta de mi lápiz contra el banco mientras intentaba prestar atención a la clase. Se me hizo imposible, no podía dejar de pensar en que nos juzgarían.
¡No quería tener una mirada desaprobatoria de Daichi o de Asahi!
Lloraría si Suga me decía algo malo.
Me preguntaba constantemente cómo se sentiría Kageyama. ¿Igual o peor que yo? Bueno... estoy seguro que se siente muy nervioso pero que no lo dirá porque no querrá preocuparme o algo por el estilo. Después de todo, lo conozco.
Con eso recordé que dentro de dos semanas cumpliríamos un mes juntos.
Creo.
No soy bueno en matemáticas.
En fin, ¡tengo que preparar algo para nuestro aniversario de un mes!
—Entonces... ¿Ahora les diremos?
Las clases ya habían finalizado, ahora caminábamos hacia el gimnasio.
Era la hora de decir la verdad.
—Sí —respondió Kageyama tranquilo.
—Estoy nervioso —dije con sinceridad, soltando un suspiro.
—Yo igual.
—No pareces.
Se encogió de hombros y me tomó de las mejillas cuando llegamos a las puertas del gimnasio.
—Solo suéltalo y ya. Nadie nos juzgará.
—¿Seguro?
Hice una mueca.
—En realidad pienso que nos odiarán pero debo animarte.
Y sin importarle, abrió la puerta y me tomó de la mano, arrastrándome adentro.
Cada uno de nuestros compañeros estaba en su propio mundo. Suga y Daichi hacían pases de arriba y abajo, Nishinoya le pedía a Asahi a gritos que jugaran y Tsukishima y Yamaguchi se encontraban ordenando las pelotas junto a Yachi. Tanaka practicaba remates y Kiyoko observaba todo en silencio, como siempre.
Solté un suspiro y miré a Kageyama, como siempre lucía serio y no parecía tener intenciones de llamar la atención de los demás.
—¡Amigos! —grité, haciendo que todos me mirasen.
Me sentí demasiado pequeño.
—¡Q-queremos decirles algo! —volví a decir, cerrando mis ojos con vergüenza mientras sentía mis mejillas calientes.
—¿Qué pasa, Hinata? —preguntó Suga con el ceño fruncido, acercándose como todos.
Tragué con dureza y miré a Kageyama. Seguía quieto en su lugar, mirando a todos tranquilo. Probablemente en su interior estaba muriendo de miedo, lo sé. Lo conozco.
—Uh... —tartamudeé, sin saber qué realmente decir. Nunca lo pensé—. Quería decirles que...
—Que estamos saliendo, somos novios.
Kageyama terminó la oración por mí.
Lo miré con horror.
Y luego miré a los demás.
Todos estaban en silencio.
Hasta que Suga volvió a hablar:
—¿Ya lo sabíamos? —contestó confundido con una mueca. —¿Gracias por decirlo, de todos modos?
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Crónicas de una Pareja Primeriza | Kagehina
Hayran KurguSEGUNDO LIBRO DE "CRÓNICAS DE..." KAGEHINA. EL ANTERIOR ES "CRÓNICAS DE UN KAGEYAMA CONFUNDIDO" Luego de tanto tiempo, Kageyama por fin es mi novio. Tuvimos altos y bajos en los inicios de nuestra relación y estoy seguro que en el camino también los...