—Pediremos pizza y veremos películas baratas.
—Qué buen plan —dice Kenma mientras entramos a la casa de Kuroo.
Hacemos lo que él dice y todos terminamos en su sillón. Kenma y yo no hablamos desde que empieza la película, pero Kuroo y Kageyama sí.
Ni siquiera le presto atención a lo que está pasando en la televisión, mi mirada está en ellos y en la manera en la que se divierten. Sigo sin entender realmente por qué son tan amigos, esto no tiene sentido. Él me ha dicho muchas cosas sobre él pero... ¿desde cuándo?
Cuando termina la comida, Kuroo le dice a Kageyama que lo ayude, ya que quiere hablar de algo con él en la cocina. Cuento hasta diez mentalmente para no seguirlos y espiarlos, porque sé que esto está mal pero... ¿de qué hablarán?
Intentando ignorar toda clase de pensamiento, me dirijo al baño y me encierro en él. Lavo mi rostro varias veces, intentando enfriar mi cabeza para dejar de pensar tanto en Kuroo y Kageyama. Hablaré con Kenma cuando vuelva, así podré distraerme.
Cuando salgo del baño, sí o sí tengo que pasar al lado de la cocina y lo hago de manera lenta. Lo siento.
—¿¡Cómo es que ya son novios!? —gritó Kuroo en un susurro. Fruncí mi ceño y me apoyé contra la pared.
—Kuroo, fuiste el primero en enterarte.
—¡Lo sé, lo sé! —siguen hablando sospechosamente en voz baja—. Pero es que necesito escucharlo salir de tu boca en persona, ¿entiendes? Estoy emocionado. Dime, dime. ¿Cómo pasó? Digo, ¿Qué pasó?
—Pues... él me pidió ser su novio y terminé aceptando.
Kuroo soltó un gritito emocionado.
—¡Al fin! Gracias al cielo. ¿Recuerdas cuando te encontré llorando por él? Qué buenos recuerdos...
—¿Por qué me haces acordarme de eso, idiota? —Vi cómo Kageyama le pegaba con fuerza en el brazo.
¿Kageyama lloró por mí?
Oh, sí, ahora lo recuerdo. Fue el día que no fui a nuestra cita. O intento de cita...
—¡Tienes que acordarte del lado positivo! —exclamó Kuroo riendo—. La pasamos bien ese día, ¿o no?
Alcé mis cejas. ¿Qué acaba de decir?
—Sí, la pasamos bien... Me da vergüenza acordarme.
—Ya sabía yo —Kuroo dijo con diversión—. Si vuelves a necesitar ayuda en algo como eso, llámame. Sabes que soy bueno para hacer esas cosas.
—Oh, cállate.
Tengo mucho que procesar.
Comienzo a caminar hacia la sala de estar y me siento al lado de Kenma, él está perdido en su mundo así que no me presta mucha atención. Le hablaría pero necesito pensar.
¿Ellos... la pasaron bien? ¿Kuroo es bueno para hacer qué? No quiero pensar nada estúpido pero ya es muy tarde.
La noche parece pasar más lenta que una eternidad y Kageyama no presta atención. ¿Será que así se sintió cuando yo no fui por estar con Kenma? En mi defensa, falté porque me olvidé ¡Pero es porque estábamos hablando de él! Me distraigo cuando se trata de Kageyama.
Gracias al cielo que terminamos de comer y Kageyama dice que deberíamos irnos porque es tarde. Gracias al puto cielo, ahora puedo hablar con él, calmar mis inseguridades y volver a ser el mismo de siempre.
Pero no hablamos hasta que llegamos a la posada en la que nos hospedamos, porque ninguna palabra puede salir de mi boca. Mientras tanto, quiero aclarar que nuestros padres tuvieron que pedir el cuarto porque somos menores de edad.
La habitación es grande y cómoda. Hay una pequeña cocina, una cama grande y una puerta que nos dirige al baño. Suficiente para intentos de turistas como nosotros.
Pero... ¿eso importa ahora mismo? ¡Claro que no!
Kageyama se tira en la cama y toma su teléfono, comenzando a usarlo. Yo me quedo apoyado contra la puerta, mirándolo fijamente.
—Tobio —llamo. Él solo hace un ruidito para que siga hablando—. Necesito preguntarte algo y quiero que seas completamente sincero conmigo.
—Está bien.
¿Por qué me está costando tanto esto?
Tomo aire.
—¿Qué pasó entre Kuroo y tú?
Él parece confundido porque levanta la cabeza y me mira con las cejas juntas.
—¿Qué?
—¿Qué pasó entre ustedes dos? —volví a preguntar, cerrando mis ojos. Preparándome para lo peor.
¿Qué estoy pensando? Que me fue infiel o que hizo algo con Kuroo antes de confesarme su amor.
¿Qué? No me juzguen.
—¿Nada? —respondió confundido. Abrí mis ojos.
—¿Cómo que nada? Los vi hablar en la cocina.
—¿Nos espiaste? —alzo una ceja.
—No, no... —negué y me acerqué a la cama—. Bueno, sí, lo hice pero es porque escuché que habías llorado por mí y después Kuroo dijo que la habían pasado bien haciendo algo y que si necesitabas volver a hacer algo como eso... que lo llamaras... —hice una mueca.
Se me quedó viendo atontado.
—¿Y eso qué?
Suspiré.
—Vamos, ya dilo.
Frunció su ceño.
—¿Decir qué?
—Que... ¡Qué tuviste algo con Kuroo!
ESTÁS LEYENDO
Crónicas de una Pareja Primeriza | Kagehina
Fiksi PenggemarSEGUNDO LIBRO DE "CRÓNICAS DE..." KAGEHINA. EL ANTERIOR ES "CRÓNICAS DE UN KAGEYAMA CONFUNDIDO" Luego de tanto tiempo, Kageyama por fin es mi novio. Tuvimos altos y bajos en los inicios de nuestra relación y estoy seguro que en el camino también los...