23: SEGUNDO AÑO

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Las clases han comenzado. Kageyama y yo tenemos a Nishinoya y a Tanaka todo el día sobre nosotros.

—¡Kageyama! —grita mientras corre hacia él, abrazándolo con fuerza.

Yo simplemente alzo mis cejas y veo como mi novio corresponde al abrazo de Nishinoya. Tanaka llega a mi lado y me sonríe.

—¿Cómo estuvo su verano?

—Fue divertido, fuimos a Tokio —respondo con una sonrisa.

—¡Con Kiyoko también!

Quiero recordar que falta poco para que cumplamos un año juntos. Lo que significa que, como dije anteriormente, nos conocemos bien. Se supone que ya no tenemos que desconfiar el uno del otro pero se me hace imposible no molestarme cuando Nishinoya está todo el rato hablando y llamando su atención.

Sí, puede ser que tenga la atención de Kageyama sobre mí las 24 horas del día. Y sí, puede ser que también él siempre esté atento a todo lo que hago y demás pero hoy, mi queridísimo amigo, Nishinoya Yuu, no lo ha dejado estar conmigo.

En serio no quiero sonar malo pero...

¡Él no es Asahi-san!

Suspiro.

Debo calmarme. Estoy exagerando demasiado.

Odio esto.

Ahora mismo estoy en el baño, apoyado contra el lavamanos y mirando al suelo. No he salido de aquí desde que empezó el receso y Kageyama ni siquiera se ha dado cuenta por la culpa de cierta persona.

Me siento un idiota. ¿Y por qué? No puede ser que siga sintiéndome así cuando ya casi estamos un año saliendo, hemos pasado por muchas cosas y aun así no puedo evitar sentirme inseguro por algo tan estúpido.

Me pregunto si Kageyama se ha sentido así en algún momento de nuestra relación. ¿O es que solo soy yo el que tiene este problema? Me aterra pensar que se cansará de mí y me dejará, diciéndome que ya no puede estar más con alguien que desconfía tanto de él.

Pero es que en serio no quiero perderlo. Esta es mi primera relación y el primer chico que me ha gustado, tengo miedo de que se canse de mí pero tampoco sé cómo hacer para detener con esta clase de pensamientos.

—¿Hinata? —Me sobresalto en mi lugar cuando mis ojos se encuentran con los de Kageyama. ¿En qué momento llegó? —Hey, ¿qué pasa? ¿Estás bien? —pregunta preocupado mientras toma mi mejilla y la acaricia.

Lo miro en silencio, con una clara mirada triste y un puchero en mis labios. Termino negando y lanzándome a él, abrazándolo con fuerza. Kageyama corresponde confundido.

—¿Alguien te molestó? —preguntó acariciando mi cabello. Yo negué. —¿Pasó algo en tu casa? —volví a negar. —Entonces... ¿qué pasó?

—No lo sé —mentí con mi rostro enterrado en su pecho—, solo me siento mal.

—Está bien, tranquilo —murmuró. —¿Quieres que cuando salgamos vayamos a mi casa y hagamos algo? Así no piensas en eso.

Asentí soltando un suspiro.

Hoy no ha sido el mejor día de todos. Han enseñado un tema nuevo en matemáticas y no entendí en lo más mínimo, no he comido nada en todo el día y el tema de Nishinoya con Kageyama me ha hecho doler la cabeza.

Así que caminamos hasta su casa en silencio, con mi ánimo por el suelo. Sé que Kageyama no sabe cómo actuar, porque son raras y pocas las veces en las que estoy tan desanimado.

Camino a su habitación arrastrando mis pies y me tiro en su cama apenas llego. Kageyama, quien está confundido, cierra la puerta y se acerca, picando mi mejilla con su dedo índice.

—¿En serio estás bien?

—Sí —respondí con mi cara enterrada en su colchón.

—Nunca estás tan... desanimado —dice sentándose a mi lado y acariciando mí cabello.

—He tenido un mal día, no te preocupes.

No le diré nada, me quedaré callado hasta que este sentimiento se vaya. No quiero preocuparlo y no quiero que se canse de mí. Nishinoya es solo un amigo después de todo.

Crónicas de una Pareja Primeriza | KagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora