Desperté con el fuerte olor del alcohol, de inmediato recordé lo ocurrido por lo que traté de incorporarme.
—Espere un momento—me detuvieron unos brazos.
— ¡Mi bebé! ¡Carlos! —grité tratando de soltarme.
—Xime—escuché una voz conocida—, ¿Cómo te sientes?
— ¿Gustavo? —lo vi junto a mí— un poco mareada, Mauricio se llevó a Valentina—empecé a llorar—, y le disparó a Carlos—traté de levantarme de nuevo.
—Tranquila—me tomó de los hombros—, Valentina está aquí, no pudo llevársela y Carlos está en el hospital.
— ¿Cómo? ¿Qué pasó?
—Llegué cuando pretendía irse, así que lo detuve.
— ¿Entonces ya está preso?
—No—suspiró—, logró escapar, pero ahorita deja que te revisen, mientras voy por Valentina, está dormida.
—Gustavo—lo detuve—, gracias.
El paramédico terminó de revisar mi cabeza, al parecer todo estaba bien pero lo mejor sería que fuera al hospital. Gustavo llegó con mi niña en brazos, de inmediato pedí que me la diera.
—Mi niña—la vi aliviada de que estuviera bien—, sentí tanto miedo de que te apartaran de mi lado.
—Vamos al hospital hermana, tienen que revisarte
—Y quiero ver a Carlos.
Dejamos a Valentina con Adri quien estaba de visita en casa de Gustavo y nos dirigimos al hospital, la revisión fue rápida así que salí a preguntar por Carlos.
—Está en cirugía—dijo la enfermera del área de informes.
Me dirigí a la sala de espera donde estaba Gustavo en compañía de los padres de Carlos.
—Xime—se acercó Lorena a abrazarme— ¿Cómo estás cariño?
—Me siento mejor, solo un ligero dolor de cabeza, pero estaré mejor cuando tengamos noticias de Carlos, solo me dijeron que está en cirugía, me preocupa por el área del disparo, fue en el pecho.
—No puedo entender que de nuevo haya escapado.
—Yo ni siquiera tengo idea de qué pasó—volteé a ver a mi hermano— ¿Cómo entró si la casa estaba repleta de seguridad?
—No toda—suspiró—, entró por la terraza, en los videos de vigilancia se aprecia que entró a la casa de los vecinos de al lado y de su azotea brincó a la terraza, la puerta es demasiado fácil de abrir, y esperó en algún lugar de la casa para atacar, por eso nadie se dio cuenta hasta que llegué.
— ¿Y el disparo? —preguntó Gonzalo.
—El arma tenía silenciador, suponemos.
—Cierto—asentí—, ahora que lo mencionas recuerdo que no se escuchó mucho.
—Cuando llegué, escuché que discutías con alguien, le dijiste "ni muerta", después dejé de escucharte así que subí con cuidado, entonces lo vi, con Valentina en brazos, tú inconsciente y Carlos sangrando, tomé lo primero que encontré y lo golpeé, le quité a la niña y avisé a los escoltas, pero Mauricio recobró la consciencia rápido y huyó por la puerta trasera, llamé a una ambulancia y ahora estamos aquí.
—No quiero ni siquiera pensar en qué pensaba hacerle a mi hija ese psicópata, y sigue libre—me senté llevándome las manos al rostro.
—La bebé está bien cariño—Lorena se sentí a mi lado para abrazarme—, afortunadamente Gustavo llegó en el momento justo.
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A Rienda Suelta ©
RomanceUna vida libre y sin compromisos, sin deseo o intención de cambiarlo, una familia unida y una carrera en la charrería consolidada, dinero, mujeres y fiestas ¿Qué más podría querer? Nada, o eso pensaba Carlos hasta que la llegada de una hermosa mujer...