EllaTenía sentados frente a mi a mis dos hermanos, con rostros tan serios que casi parecían irreconocibles, estaba más acostumbrada a que siempre estuvieran bromeando entre ellos y molestándome a mi, no era lo usual verlos de esta manera por lo cual me sentía aún más preocupada.
La noche anterior la había pasado con Geneviève, dado que me encontraba tan angustiada que solo pensé en estar con Geneviève un momento y hablar las cosas con ella antes que cualquiera, finalmente logré calmarme y me dormí en sus brazos como una indefensa bebé, una noche de sueño junto a aquella chica fue bastante tranquilizante y todo lo que necesitaba para recuperar un poco de la cordura anteriormente perdida por tantos sentimientos fuertes.
Al no llegar por la noche y ser notificados por Genny que no me encontraba del todo bien, mis hermanos habían decidido ir a recogerme al instituto después de clases e inmediatamente me trajeron a casa para interrogarme sobre lo que había sucedido, no sobre Geneviève claramente, no tenían problema alguno con ella, de hecho les agradaba demasiado lo que sea que teníamos y pasaban molestándome al respecto.
En mis manos se encontraba una taza de chocolate caliente y en la mesa frente a mi se encontraba un enorme plato de galletas caseras de chispas de chocolate, mis favoritas y la especialidad de Amelio.
Destacable que saben cómo tratarme estando en este deplorable estado.
-Entonces.. -Comienzo a decir al notar que ninguno dice nada después de escuchar mi extensa explicación.
-Andrea va a morir. -Dice Amelio con lentitud, como si no pudiera creer sus propias palabras.
-Andrea va a morir. -Repite Alessio rectificando lo que anteriormente les dije.
-Andrea va a morir. -Confirmo tomando un sorbo de la bebida caliente.
-No sé cómo sentirme al respecto. -Dice Amelio tomando una galleta y llenando su boca con ella como gesto de evasión.
-Tampoco yo. -Sigue Alessio pasando sus manos por su rostro con estrés.
-Ni yo. -Termino viendo hacia abajo mis dedos inquietos.
No me sentía bien con nada de esto y odiaba eso, jamás había sido la clase de persona que está triste, lo evitaba a toda costa, no me disfrutaba en absoluto estar triste ni sentirme desanimada, me gustaba sonreír y ser muy feliz a pesar de todo, pero después de recibir una noticia tan fuerte cómo está me sentía mentalmente destruida, solo quería encerrarme en mi habitación y que esta me tragara.
Me hace recordar la situación de Geneviève hace a penas unos meses.
-Creen que.. ¿Deberíamos perdonarla? -Pregunto en voz alta, ambos fijan sus miradas en mi y me observan como si hubiese enloquecido por completo, sobretodo Ale.
-¿Perdonarla? -Cuestiona Alessio frunciendo el ceño hacia mi. -¿Te golpeaste en la cabeza Brunella?
-Está enferma Alessio y no saldrá de esto, ¿Qué más vamos a hacer? ¿Estar enojados con ella hasta el día de su funeral? -Contesto sarcástica y a la vez molesta por su forma de responderme, tampoco es una idea tan estúpida.
-No es tan fácil como perdonarla de un momento a otro Ella. -Contesta relajando su expresión. -Sabemos lo que sucedió y lo que eso provocó mejor que nadie, no puedes olvidar algo así.
-Tal vez no perdonarla ni olvidar. -Dice Amelio suspirando mientras parpadea rápidamente, evitando así llorar. -Pero quizás deberíamos darle una oportunidad de arrepentirse, si le damos la opción tal vez podamos acercarnos a ella, creo que es de las únicas cosas que podemos hacer para mejorar un poco la situación.
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Tacto Dulzón
Ficção AdolescenteEn ese momento Geneviève se recriminaba de tantas formas a si misma, no podía lidiar con esto. ¿De qué le había servido ser perfecta toda su vida? ¿De qué le había servido hacer todo como se suponía que debía hacerlo? ¿De qué le había servido sa...