GenevièveCamino por los pasillos con mi brazo entrelazado con el de Leo, sintiendo cómo así me siento un poco más fuerte para soportar lo que queda de día.
Al menos tenía resuelto mi problema solitario del día, sabía bien que Leo y yo teníamos muchas cosas de que hablar, habían pasado meses desde la ultima vez que nos vimos y las cosas habían quedado un poco inconclusas entre nosotras.
-Cuéntame, ¿Qué tal el intercambio? -Le pregunto apoyando mi cabeza en su hombro, acabábamos de salir de nuestra última clase antes del almuerzo y me sentía muy cansada.
-Fue una experiencia.. interesante, por un lado me gustó mucho vivir con mi papá 6 meses. -Contesta ella cambiando nuestra postura y pasando su brazo por mis hombros, apegándome a ella. -Pero también extrañaba estar aquí, Baviera está muy lejos de parecerse en algún aspecto a mi vida cotidiana en Londres.
-Bueno, eso tiene sentido, pero imagino que te sirvió para conocer un poco de tu país natal, ¿Qué te pareció Alemania? -Vuelvo a preguntarle con cierta curiosidad fijando mi mirada en ella.
-Es hermoso, realmente hermoso Just. -Contesta con una sonrisa encantadora. -Recorrí todo lo que pude, pero el idioma era un problema bastante grande.
-Aún no lo hablas. -Afirmo sin dudar, a lo que ella asiente.
-Lo domino un poco mejor que antes, pero aún no me considero bilingüe. -Dice encogiéndose de hombros.
Los padres de Leo están divorciados hace varios años y dado que toda su familia paterna está en Alemania luego del divorcio su padre volvió allá con su novia, mientras que su madre aún vive aquí con su prometido.
-¿Y tú que tal has estado mi rubia francesa? -Dice desordenando un poco mi cabello, cosa que antes siempre hacía. -Luces un poco cansada Just.
-Estoy bien Leo, sé que luzco como un desastre pero tampoco me ofendas. -Respondo intentando ignorar que en serio me veo mal, ella ríe y yo solo la miro hacerlo, siempre me gustó el sonido de su risa. -Lo estoy intentando.
-Claro que no eres un desastre Just, yo solo digo lo que veo, pero me parece bien que lo estés intentando. -Yo sonrío en respuesta. -Me alegra tanto volver a verte rubia.
-Para mi también es agradable volver a verte, extrañé hablar contigo. -Digo sonriendo de lado.
Ella se da media vuelta para quedar frente a mi y me mira alzando una ceja, gesto que hace cuando va a hablar de algo serio.
-Bien, la cursilería no es lo de nosotras y los rodeos tampoco, así que mejor dime, ¿Qué te tenía tan molesta que te descargaste con tu pobre casillero? -Cuestiona haciéndome rodar los ojos recordando el asunto de Riggs.
-Danielle Riggs. -Es lo único que tengo que decir para que ella haga una mueca de desagrado muy similar a la de Lisa hace un rato, realmente nadie del grupo se llevaba con ella.
-Uh, huelo problemas serios. -Dice viéndome divertida y volviéndome a abrazar para seguir caminando.
-No es nada tan serio en realidad, solo me descontrolé un poco. -Confieso esta vez yo avergonzada, no me gusta dejarme ir en la ira, normalmente puedo controlarlo bien, pero hoy no fue una de esas veces. -De todas formas, ya no hago esas cosas tan a menudo para tu tranquilidad.
-¿Qué te hizo molestar tanto entonces? -Pregunta curiosa, yo suspiro en respuesta antes de explicarle.
Tomamos asiento en una de las bancas de afuera, cada una con su comida, ella carraspea con el objetivo de que le siga contando.
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Tacto Dulzón
Teen FictionEn ese momento Geneviève se recriminaba de tantas formas a si misma, no podía lidiar con esto. ¿De qué le había servido ser perfecta toda su vida? ¿De qué le había servido hacer todo como se suponía que debía hacerlo? ¿De qué le había servido sa...