Capítulo 17: El pasado de la señorita tres nombres.

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Ella

La noche había caído y Geneviève luego de la comida se había retirado, no sin antes agradecerme bastante el haberla invitado, la velada fue muy agradable para todos y ahora mismo me encontraba sentada en una de las banquetas apoyando mis codos en la encimera, viendo a Amelio lavar los platos de la cena, me tocaba a mi, pero el accedió a hacerlo si yo me quedaba acompañándolo.

Su mirada lucía perdida mientras lo hacía, desde la tarde que luce extraño, preocupado por algo o alguien, cosa que también me preocupa a mi.

-¿Todo bien? -Le pregunto desde mi lugar.

-Si, está todo bien. -Contesta saliendo de su pequeño trance y forzando una sonrisa, pero no le creo nada, es malo mintiendo, casi tanto como yo.

-Eso no te lo crees ni tu. -Digo rodando los ojos, en serio odio que me oculten cosas.

El me observa aparentemente debatiéndose entre decírmelo o no.

-Solo.. estoy preocupado Ella, no es muy importante. -Responde suspirando con pesantez.

¿En qué momento esta charla se convirtió en el instituto? porque no estoy entendiendo absolutamente nada.

-¿Preocupado? ¿Por qué estás preocupado? -Pregunto alzando una ceja. -Mira, probablemente no pueda ayudarte al respecto, pero hablarlo te hará sentir mejor fratello.

Nuevamente parece poco convencido de confesarme lo que tiene tan preocupado, pero termina hablando.

-Por.. Geneviève. -Dice con lentitud, como si yo fuera a escandalizarme o algo así. -Es que.. ella se ve realmente muy mal y me dejó pensando un par de cosas.

-Desarrolla un poco tu idea por favor. -Pido entrelazando mis manos bajo mi mentón. -Porque te juro que ahora mismo no te estoy entendiendo en lo más mínimo.

-Creo.. que jamás la había visto tan apagada, ella era una chica muy sonriente y risueña, también hermosa y sigue siéndolo, pero está demasiado delgada, ojerosa, desganada, no es la misma de antes. -Dice frunciéndole el ceño a la nada. -Sé que tú no la conociste antes, pero yo si y no me gusta su cambio, me inquieta, parece ser algo que va mucho más allá del físico.

-Bueno.. yo también lo noto, pero no es algo que pueda hablar con ella, Geneviève siempre dice que está bien. -Le respondo encogiéndome de hombros.

-Constantemente dirá que está bien porque no tiene un espacio seguro para desahogarse, pero eso le pasará cuentas en algún momento. -Comenta cerrando la llave del agua y secándose las manos, luego toma unos vasos y los comienza a secar para guardarlos. -Desviándome un poco de tema, fue bastante sorpresivo verla contigo, creí que habías dicho que te odiaba.

-Es que yo también creí que me odiaba, pero al parecer solo es su forma de ser.. o eso creo, pero ahora somos amigas, al parecer le agrado.. un poco. -Confieso sonriendo de lado, el asiente cambiando su semblante a uno divertido, Dios que bipolares son. -¿Sabes que fue sorpresivo para mi? el hecho de que ustedes dos ya la conocían y yo jamás la había visto.

-Es porque pasábamos más tiempo en su casa que en la nuestra, además tampoco te había interesado antes con quien nos juntábamos de todas formas. -Responde entrecerrando los ojos hacia mi con una sonrisa. -¿Acaso estás celosa de tu hermano bambina?

-Claro que no Ame, solo sentí curiosidad al respecto, no es que esté especialmente interesada en ella. -Contesto con desinterés mientras el me ve como si hubiese dicho la mayor estupidez de mi vida. -Hablo en serio, ¿Por qué me ves así?

-Es que nunca habías estado tan interesada por uno de mis amigos hasta ahora, por esa razón no te creo eso de que ella no te interesa. -Entrecierro mis ojos en su dirección como el anteriormente, a lo que el levanta las manos como gesto de paz. -No me mires así, yo no imagino cosas.

Tacto Dulzón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora