Capítulo 21: Sal de mis pensamientos.

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Ella

Sin duda mi cabeza estaba pegada a mi cuerpo, pero mis pensamientos me tenían severamente alejada de la realidad.

Por favor, sal de mis pensamientos Geneviève.

La imagen de ella estaba bien grabada en mi memoria y constantemente la revivía involuntariamente, me encanta su rostro, el que parece de una muñeca de porcelana, su cabello largo y de tacto tan suave como seda, su risa delicada y melodiosa, su sonrisa, que aunque sea solo un gesto..

.. Parece poder iluminar mi corazón.

A pesar de adorar cada uno de estos aspectos, ninguno se ellos se podía comparar con sus claros ojos azules, aquellos tan profundos como el hermoso mar, aquellos que pueden transmitir toda emoción que pasa por ella y se expresan mejor que las palabras que salen de su boca.

Solo la conozco hace un par de meses, los cuales ya fueron bastante intensos y hacen más innegable el efecto que ella tiene en mi, independientemente del tiempo transcurrido.

Aún no estoy segura de lo que siento, pero quiero estarlo por ella, necesito aclarar mi mente y descubrir si Geneviève siente algo remotamente similar por mi, aunque yo no sea de una familia de dinero, ni sepa nada respecto a la fama y el status, me gusta pensar que puedo ser suficiente para ella.

Para Geneviève..

-Geneviève.. -Suspiro en la palabra que dulcemente fluye por mis labios.

-¿Qué pasa con Geneviève? -Pregunta Amelio frente a mi con su cara entre sus manos, visiblemente atento a las próximas palabras que diría.

Oh rayos, olvidé que mis hermanos y yo estamos desayunando en el comedor, aunque ese sea un nombre muy elegante para lo que en realidad estamos comiendo.

-¿Con Geneviève? pff.. nada, no es nada. -Digo moviendo mis manos exageradamente fingiendo desinterés, ganándome una mirada de desconfianza de su parte. -¿Por qué me miras así?

Te conocen demasiado bien y apestas mintiendo, te descubrirán enseguida.

-Pues.. porque desde regresaste de tu escapada del viernes estás rara, muy callada y perdida en tus pensamientos Bambina. -Habla entrecerrando los ojos en mi dirección.

-Eso no es para nada común en ti, así que definitivamente te estás enamorando o estás enferma, muy enferma. -Dice Alessio quien se interpone en la conversación y toca mi rostro con preocupación.

-¿Yo? ¿Enamorada? creo que a esa cabezota enorme que tienen le falta alimento o algo, porque creo que ya no funcionan, tal vez deben descansar un poco de la universidad. -Amelio ríe, pero Alessio me mira desafiante como acostumbramos, seguro seguirá con este tema un rato para irritarme.

-Querida Sorella, podrías mentirle a medio mundo, pero no a tus fratelli, ¿Debo recordarte que nos desarrollamos en el mismo útero? -Cuestiona en un tono serio bastante forzado, el no sabe ser serio.

-No, eso ya lo sé y no es en absoluto un tema que quiera tocar ahora mismo, gracias. -Respondo rodando los ojos al recordar a nuestra progenitora ausente.

-Bien, entonces cuéntanos, ¿Qué tiene tu cabeza llena de pajaritos arcoíris? -Pregunta Amelio alzando una ceja.

Pijiritis irciiris.

-Nada.. -Repito apartando la mirada, pero al parecer mi sonrisa me delata.

-Mientes con todos los dientes. -Contesta con simpleza y usando los refranes de mi abuelo.

-A ti no te sale, déjale los dichos al abuelo Bruno. -Digo poniéndome de pie para buscar más leche en el refrigerador.

-¡No me cambies el tema de conversación! ¡Ya confiesa todo Brunella Sophia! -Chilla exasperado a la vez que me sigue.

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