Capítulo 31: No me abandones tu también.

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Ella

Marco el número de teléfono de Geneviève sonriendo como estúpida, creo que ayer dejé mi libro de cálculo en su casa, seguro me distraje cuando Viviane me invitó a jugar con sus muñecas y olvidé tomarlo antes de irme.

Si fue así al menos tengo una excusa para ir a verla una vez más.

No recibo respuesta, lo que me parece extraño, porque Geneviève había encendido su celular en mi presencia y prometió responderme si la llamaba. Vuelvo a marcar pensando que quizás está dormida u ocupada con algo, sé que cuando pinta se desconecta del mundo.

Esta vez si responde alguien la llamada, al otro lado escucho una respiración entrecortada.

Definitivamente la desperté.

-Hola Genny, lamento molestar tu sueño de belleza, pero creo que dejé mi libro de cálculo en tu casa y lo necesito para la clase de mañana. -Digo divertida, esperando escuchar una risa o un gruñido del otro lado, pero solo oigo un profundo silencio. -¿Genny..?

-¿Ella? -Oigo en un murmuro.

Esa no es Geneviève, si no me equivoco es su hermana, Maxine.

-¿Maxine?

-S-Si..

-¿Por qué tienes el celular de Geneviève? ¿Está todo bien? -Pregunto inmediatamente con un mal presentimiento carcomiéndome, ella no me responde, pero noto que no está tranquila por su respiración acelerada. -Maxine por favor, dime que ocurrió.

-C-Ciel.. -Balbucea pero sus palabras son interrumpidas por su llanto.

-Tranquilízate Maxine, intenta respirar. -Pido con suavidad a través del altavoz, la noto mejor después de unos segundos. -¿Qué pasó con Ciel?

Procuro hablarle lo más calmada posible, por más que me quiera arrancar las pestañas de los nervios, sé que si llego a perder la paciencia probablemente empeore todo y no quiero eso, claramente Maxine está alterada por algo que desconozco.

-C-Ciel tuvo un accidente, Ella.. -Dice entre sollozos, me cuesta un poco entender lo que me habla. -La chocaron mientras conducía la motocicleta, no se sentía bien y al parecer se distrajo, ella está muy grave y es mi culpa..

Siento como si la sangre se me enfriara repentinamente, no es una sensación conocida para mi, creo que jamás había estado tan preocupada, la presión que siento en el pecho me provoca ganas de llorar, de correr con ella.

Necesito verla.

-Dime en qué hospital está, iré enseguida Max. -Digo a duras penas saliendo de mi estupefacción, Maxine me da la dirección, aún la escucho llorar, nunca pensé que estaría así por algo relacionado con Geneviève, las veces que estuve con ella no parecía amarla con locura. -Intenta mantener la calma Maxine, prometo que estaré ahí pronto.

Cuelgo la llamada y yo misma me veo en la necesidad de hacer un par de respiraciones profundas, estoy muy alterada, no puedo conducir así o también terminaré accidentada.

Pienso un segundo si hay alguien en mi casa que pueda llevarme.

¿Papá? Trabajando..
¿Amelio? En la universidad..
¿Alessio.. ¡El está en casa!

Me dirijo hacia su habitación y abro la puerta sin siquiera tocarla, me lo encuentro sentado en su escritorio con la vista en un libro.

Tacto Dulzón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora