Capítulo 4: Puedo ayudarte.

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Geneviève

No pasé una buena noche, por lo cual mi rigurosa rutina de la mañana se había visto pospuesta por pasar 30 minutos más en la cama, simplemente perdida viendo el techo.

Hoy no se sentía como un buen día para estar viva.

Cuando al fin logré ponerme en pie me dirigí hacia el baño, donde me encuentro con mi horrible mi reflejo, tengo un aspecto muy cansado, gracias a mis ojeras y mi piel sumamente pálida, luzco bastante enferma, apoyo mis manos en el lavabo para evitar observarme, cuando tomo un poco más de aliento levanto la mirada y de mi pequeño botiquín tomo una pequeña píldora.

Luego decido tomar un baño, acción en la que me tomo mi tiempo y cuando salgo me siento un poco mejor, aunque mi cuerpo diga lo contrario.

Esta vez me visto más cómoda que los días anteriores, con unos simples jeans azul claro y un sweater negro holgado, raramente no me molesto en lucir demasiado arreglada, solo me maquillo levemente para quitarme el aspecto de zombie.

Parece no servir de mucho, porque cuando salgo de mi habitación Adrienne se me queda viendo con una ceja alzada y los brazos cruzados, lleva una bata rosa y su cabello en dos rodetes.

-Otra vez no pudiste dormir. -Pronuncia con tono duro observando mi rostro.

Carajo.

-Tenía muchos pendientes para hoy. -Contesto intentando excusarme a la vez que evito su mirada. -Por eso me acosté tarde, es todo.

-No te creo nada, tú jamás dejas tus pendientes para último momento. -Dice rodando los ojos, ella tiene razón, pero sé que si sigue indagando me obligará a hablar. -Por algo eres la mejor alumna Ciel, al menos inventa una buena excusa.

-Adrienne, estoy bien, lo prometo. -Contesto sonriendo un poco. -No te preocupes por mi.

-Es por Lucien ¿Verdad? -Pregunta cambiando su semblante por uno más relajado,

Odio que lo mencionen cada vez que me ven mal, no todos mis problemas se asocian siempre a él.

-Ciel, si quieres hablar puedes hacerlo conmigo. -Dice posando una mano en mi hombro, yo niego.

-Adri, no necesito hablar de eso. -Respondo seca.

-Quizás si necesitas hablar de eso..

-.. Por favor sólo vamos a desayunar. -Pido entre dientes, ella asiente poco convencida y bajamos en un silencio total.

-Buenos días. -Saludo en general cuando llegamos al comedor.

-¡Hola Ciel! -Responde animadamente Viviane desde su asiento, ganándose una mala mirada de Max.

-Buenos días. -Dice Simone, con un poco menos de efusividad que Viv, pero igual sonriente.

En la mesa del comedor están distribuidas todas mis hermanas, beso la mejilla de cada una, excepto de Maxine, porque cuando me acerco a ella se pone de pie para irse a la cocina.

-Max, ¿Qué te pa.. -Comienza a decir Simone, pero yo la interrumpo.

-Déjala, Simone, está bien. -Le digo a mi hermana con una pequeña sonrisa, todo para evitar una disputa entre ellas dos.

Ignorando el hecho de que mi hermana menor me odia, tomo asiento junto a Adri y sirvo un poco de fruta en mi plato y café en mi taza.

-Tendré que hablar con mamá sobre esto Ciel, no está bien el como se está comportando Maxine contigo. -De inmediato niego, no quiero ocasionarles problemas. -Es en serio.

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