Capitulo 10: Una escritora y una pintora.

62 8 0
                                    


Ella

Miércoles, mitad de semana.

Había despertado muy temprano, inconscientemente me estaba preparando psicológicamente para hacer el proyecto de arte en la casa de Geneviève, a pesar de que acordamos ser amigas y desde que la visité en el hospital habíamos intercambiado un par de mensajes, me sentía nerviosa, muy nerviosa, conocería su casa y quizás a algún miembro de su numerosa familia

Eso sin contar las constantes advertencias y pseudo órdenes de Danielle y ahora Hunter se había unido a esto, insistiendo en que no me relacionara con ella, me estaban volviendo loca.

Iba sentada en el asiento del copiloto, Ame conducía y Ale iba sentado en los asientos de atrás viendo videos de animalitos, ambos habían querido traerme y no me iba a negar a eso

-Pareces un chihuahua. -Dice Ame viéndome de pies a cabeza brevemente.

-Estoy un poco ansiosa, eso es todo. -Respondo intentando restarle importancia al asunto, aunque es obvio que mi cuerpo me está delatando.

-¿Ansiosa por? -Me pregunta Ale con la ceja alzada apartando la vista de su teléfono.

-Por el examen de historia de mañana, claramente. -Contesto como si de una cosa obvia se tratara y parecen creerme.

-Eres buena en historia Bambina, lo harás bien. -Dice el sonriendo de lado, yo asiento sin prestarle mucha atención a el, ya que mi atención está en el camino.

A medida que nos vamos acercando a la dirección indicada las casas comienzan a verse cada vez más grandes y extravagantes, al punto donde mi casa probablemente es del tamaño del baño de una de estas mansiones.

-Estamos estúpidamente cerca de la Élite de Londres, esta gente usa billetes en lugar de abanicos. -Comenta Alessio con la boca abierta, ni siquiera puedo reírme de su chiste, estoy igual de perpleja que el.

-¿Qué esperabas? nuestra Ella ahora estudia literalmente con los próximos líderes del país. -Dice Amelio con un tono serio pero aún así luciendo sorprendido, esto no me está ayudando mucho.

Gracias a mis confiables fuentes y a la gente chismosa sabía de sobra que Geneviève tenía dinero y fama, status, pero creo que mi mente no lo procesó tanto hasta ahora.

El trayecto se sintió eterno, entre mis florecientes nervios y los ocurrentes comentarios estúpidos de mis queridos hermanos.

-Llegamos pequeña, residencia Dreux-Brèzè. -Anuncia Amelio con un tono de voz extraño, que me hace reír y relajarme un poco.

-Estás muy tensa, no me digas que no sabías que las Dreux-Brèzè están podridas de dinero. -Me pregunta Alessio como si fuera tonta, bueno, ahora mismo me siento bastante tonta.

-Bueno, había escuchado algo al respecto, pero no me hice realmente la idea. -Respondo observando impresionada el lugar y luego de repasar mentalmente que decir, me dispongo a abandonar el auto.  -Bien, gracias por traerme chicos, les avisaré si deben venir por mi.

-Suerte Ella, cuida tus modales. -Dice Ame divertido con una falsa voz elegante.

-Adiós Brunella Sophia. -Sigue el otro animal y de paso alza una ceja intentando molestarme.

-Nos vemos idiotas. -Digo a modo despedida y espero a que el auto se aleje para avanzar hacia la entrada, o lo que parece la entrada.

-Residencia Dreux-Brèzè buenas tardes, ¿Su nombre señorita? ¿A quién busca? -Pregunta el hombre de la entrada con tono duro y serio, dejándome un poco descolocada.

Tacto Dulzón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora