En la segunda parte del ensayo, nos explicamos lo que no entendíamos. Bueno, Lizzy casi me impartió una clase magistral de lo que me había perdido ese día. Creé notas mentales de sus explicaciones, pero, en algún momento, intercalé la mirada desde su rostro y el movimiento de nuestros dedos sobre el piano hasta las ventanas de la sala. Estaba anocheciendo, y hacía rato que no tenía noticias de mi familia.
Lizzy me puso la mano en el antebrazo y detuvo mis movimientos mecánicos sobre el teclado del piano. Contuve la respiración y alcé la mirada; en la suya encontré preocupación.
—Will, es suficiente por hoy. No te veo bien.
Me costó tragar mientras caía en la realidad: cuando saliera del conservatorio, iría al hospital a ver a Ethan y no creía que me depararían noticias favorables.
Fruncí las cejas y desvié los ojos hacia las teclas. También me había propuesto ayudar a Lizzy.
—No pasa nada —murmuré—, sigamos.
—No, Will. —Lizzy meneó la cabeza—. Gracias, pero es suficiente. ¿Quieres hablar?
Clavé la mirada en la pared de un rojo apagado delante de nosotros. Estuve tentado a contarle lo que había ocurrido, pero una masa dura de emociones me oprimió el pecho y tuve miedo de hacerla explotar.
Lizzy me sujetó la mano. Me erguí al sentir el contacto, cerré los ojos e intenté destensar las facciones. Parecía dispuesta a volver a ser mi bote salvavidas. Además, supuse que había vivido algo similar, desde el punto de vista de la persona internada, al menos.
—¿Alguna vez has sentido como si... la marea te llevara? —Mi voz sonó lejana mientras seguía viendo la pared. Me visualicé siendo arrastrado por mis emociones—. Te ahogas. No puedes luchar contra ella.
Me remojé los labios resecos e hice acopio de todas mis fuerzas para que esa masa que tenía en el pecho no estallara.
—¿Alguna vez te sentiste débil, a pesar de ser ese pilar que sostiene a otros y que los saca a la superficie cuando se ahogan? —Sentí cómo mis barreras empezaban a derribarse. Algo comenzó a sacudirse en mi interior—. Pueden confiar en ti, eres su ancla —la impotencia y el desasosiego se colaron en mis palabras—, pero te sientes inútil y débil porque no puedes cambiar las situaciones que no están bajo tu control.
De repente, lo entendí: ansiaba abrirme emocionalmente con Lizzy porque ella también había vivido situaciones difíciles y no tendría lástima ni de mí ni de mi familia.
—Sí, he sentido parte de lo que dices —susurró Lizzy, mirando nuestros dedos entrelazados—. No quería demostrar que me estaba ahogando. Solo... no podía hacerlo. Ya demasiado débil me habían visto como para demostrarles a los demás que todavía lo era.
Clavé mi mirada en la suya.. Quería entender qué había intentado decirme, pero no lo logré. Eso sí: pude apreciar las capas de fortaleza que ella había construido.
—Will, tal vez de eso se trata. —Lizzy me miró convencida—. Somos lo suficientemente fuertes como para sostener a otros porque la vida nos golpeó y dimos traspiés mil veces, pero aprendimos que un tropezón no es caída. No somos débiles. De alguna manera, afrontamos nuestros miedos y nuestros problemas para sostener a otros cuando lo necesitan. Eso es ser fuerte, y eres un roble, el ancla de quien te deposita su confianza.
Sabía que era el ancla de mi familia, que intentaba mantener la calma en los momentos tensos, pero estaba harto de que la salud de Ethan pendiera de un hilo. Hacía tiempo que me sentía impotente, aunque me esforzaba por mantener mis emociones bajo control. No sabía hasta cuándo podría seguir haciéndolo, no si recibíamos malas noticias.
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¿Una estrella que no se apaga? (Lost Souls #1)
RomanceWill Gallagher ama la música. Se ha convertido en su refugio después de que un accidente le dejara cicatrices en el alma difíciles de sanar. Ahora una noticia desgarradora amenaza con desbaratar sus sueños y poner en riesgo sus ambiciones. Pero una...