[1] Un amor...

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Erase una vez...

En un hermoso lugar donde se encontraban personas, cada uno de ellos tenía su historia o mejor dicho su cuento. El lugar no era exactamente un gran bosque, podían ser grandes campos llenos de hermosa flora y fauna, mares desconocidos que muy pocos se atrevían a enfrentar, islas poco conocidas donde abundaba la eterna juventud y países llenos de gracia y locura.

Todos eran buenas personas, sus corazones estaban llenos de bondad y cariño, no había personas que tuvieran una pizca de maldad.

Todos los días eran de paz y tranquilidad. Los niños jugaban y cantaban felizmente, las personas se ayudaban mutuamente cuando alguno de ellos tenía problemas, muchachas cantando mientras recogían pequeños frutos del bosque, jóvenes enamorados que caminaban tomados de las manos con las mejillas pintadas de un leve tono color carmesí.

Pero no eran los únicos, había princesas con una gran belleza llena de sencillez; pero no te dejes engañar, detrás de esas caras bonitas se encontraban hermosas chicas que poseían una gran inteligencia y a decir verdad no veían la necesidad de que un príncipe las rescatara desde lo más alto de una torre.

Había sirenas en los mares, estas poseían una belleza extrema que hacía que te quedaras viéndolas tontamente, pero no creas que todo lo hermoso no tenga maldad, si llegaras a toparte con una de ellas no te sorprendas cuando empiece a cantar; su voz es tan hermosa que con solo escucharlo por unos segundos hace que te acerques a ellas y no sientas la noción del tiempo, mientras que ella canta te acercas lentamente a ella admirando su belleza y su hermosa voz... hasta que de sorpresa ella puede llegar a agarrar tu brazo y atraerte hacia ella haciendo que caigas al agua, ella tomaría ventaja y nadaría hasta lo más profundo del mar solo para ahogarte.

Habían piratas que se la pasaban navegando en los mares, navegaban en busca de criaturas míticas o simplemente en busca de riqueza, si llegas a toparte con uno de ellos, te contarían extraordinarias historias donde había vivido sus aventuras, algunas de ellas podrían ser ciertas, otras... podían llegar a ser una completa mentira y te engañarían.

(...)

No hacía falta decir que en algunas partes del gran lugar se encontraban diferentes reinos. Eran familias que poseían el don de tener lujos y riquezas, y también se encargaban de que en su reinado no hubiera problemas.

Había un reino donde habitaba una familia, solamente eran 3 personas, estaba compuesta por la reina, el rey y la pequeña princesa. Eran una familia humilde y llena de bondad y amabilidad. La pequeña princesa era aventurera, amable, le daba igual si los demás tenían fortuna o no, no era una niña que se preocupara tanto por la realeza. Era muy diferente a sus padres.

Estos la educaban para que fuera una princesa llena de clase, para que fuera una muchacha tranquila y que se casara con una buena familia, como la de ellos.

La pequeña niña se la pasaba fuera del castillo, se mantenía afuera todo el día porque sus padres, al ser la reina y el rey, se la mantenían ocupados la mayor parte del tiempo.

Debido a esto, a la pequeña le gustaba estar en el bosque donde jugaría con algunos niños del pueblo. Pero hubo un día en el cual se encontraba caminando en el bosque, veía a pequeños pájaros volar juntos, unas cuantas ardillas que revoloteaban por las ramas de los árboles y una que otra mariposa que se le atravesaba en su camino.

Pero de la nada escucho un pequeño sollozo detrás de un árbol, esta camino sigilosamente hasta el árbol, rodeó el árbol  y se encontró con un niño aproximadamente de su edad.

Ella vio como pequeñas lágrimas caían por las mejillas del niño, el pequeño tenía los ojos cerrados, la punta de su nariz estaba un poco roja.

Cuando el pequeño abrió los ojos, se sorprendió al verla. Rápidamente giro su rostro para que ella no le viera la cara, pero ya era demasiado tarde, pues ya había visto su rostro lleno de lagrimas.

Dejarlo todo por amor (Peter Pan y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora