A altas horas de la noche, una hermosa jovencita, recostada entre las delicadas flores de un campo, acompañada del frío y luciérnagas dejando ver sus destellos de luz. Contemplaba cada punto brillante que había en el cielo.
Sin importarle las brisas que caían en ella, sonreía inocentemente mientras disfrutaba el momento. Las noches eran tan únicas y encantadoras. A pesar de que no pasaba nada fuera de lo común, para ella eran especiales.
Ese acogedor momento en donde las preocupaciones escapan de la mente dejándola descansar, y los agradables recuerdos llegando para mejorar el estado de ánimo.
Sin embargo, no desaparecían los pensamientos fugaces e idealizados de aquel muchacho.
Inconscientemente deseaba que ese chico estuviera ahí con ella, acostado a su lado mientras admiraba la belleza de ella. Pero, la historia era la misma, cada quien por su lado.
Por más cursi que se escuchara (lo que solía decirse a si misma), había llegado a tener una pequeña fantasía con él.
Cualquiera que escuchara eso pensaría en cosas algo subidas de tono, pero en realidad era algo adorable y noble; solo era tener un baile.
Se imaginaba muchas veces a ella y él bailando en una oscura noche, bajo las estrellas doradas y brillantes, con o sin música, sería algo tan soñado. Y que finalmente terminase en un dulce y fiel beso.
Con una leve sonrisa en su rostro, solo pudo sentir al calor de sus mejillas al imaginarlo. Levantándose y quedándose sentada, bajó la mirada y se dedicó a ver sus manos.
Un pensamiento ridículo le hizo arrancar una flor y dedicarle un vistazo. En voz baja se disculpó con la planta que había sido separada de su flora. Y sin pensarlo arrancó un pétalo y comenzó a contar infantilmente:
Me quiere...
Otro pétalo arrancado.
No me quiere...
Un pétalo más separado del centro lleno de polen.
Me quiere...
Y así se fue arrancando cada pieza de la flor hasta que solo quedara un pétalo.
Me quiere...
Como si fuese una niña de 7 años, sonrió inconscientemente mientras admiraba la colorida hoja en sus manos. Pero como siempre, creyendo que estaría sola, resulta ser que no.
—¿Quien te quiere? —una voz le hizo dar un pequeño brinco del susto.
Ocultando el pétalo, se dio la vuelta y lo vio recostado de lado en uno de los muchos arboles que habían atrás.
—Debes dejar de hacer eso —respondió temblorosa aún por el susto—. Lo digo en serio, a nadie le gusta recibir sustos de esa forma.
—Lo siento pero, no dejaré de hacerlo —respondió burlón. Acercándosele y luego sentarse a la par suya—, además, no has respondido mi pregunta.
Tirando el pétalo y dejando que el viento se lo llevara, actuó de forma natural y prosiguió—. Nada que sea interesante... —dijo—, ¿no deberías de estar descansando o algo así?
—Esa pregunta debería de decirla yo —respondió—. Pero... solo quería caminar, por un momento bromeé con encontrarte aquí o en el lago pero resulto que era cierto.
Dejando de hablar, se dedicó a verla. Mientras que ella solo prestaba atención a otra flor arrancada que había en sus manos. Encantada por su compañía, pero también nerviosa sabiendo que él la veía, solo fingió prestarle atención a otra flor común.
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Dejarlo todo por amor (Peter Pan y Tú)
FanfictionTodos critican esa unión entre ellos, no quieren que ella este con un cruel villano. Un simple hechizo de amor le hace creer que él la ama, sus ojos están vendados con tal de que no vea sus malas intenciones. Pero un despampanante sentimiento surge...