[21] Pelea por respeto

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Pov 3ra persona

Una chica de cabello castaño, y piel __, dormía plácidamente en su cama. Las facciones de su rostro estaban totalmente relajadas.

La cálida y acogedora sensación del calor que le daba la manta le hacía no querer salir de su cama. Todo su cuerpo estaba en un estado de tranquilidad.

Pero esa agradable sensación se fue a la basura cuando sintió una horrible sensación en su garganta.

Al instante en que lo sintió, se levantó quedándose sentada mientras tosía.

La respiración se le dificultaba cada vez más, tosía y tosía para que se le pasara.

De tanto toser sentía como su respiración disminuía, recordó un consejo que le habían dicho.

Aguanto la respiración, no inhalaba ni exhalaba, quería toser pero hacia el intento por no hacerlo; y tragaba saliva lo más que podía.

Hizo eso hasta que ya se le había pasado, su respiración volvió a la normalidad y la horrible sensación en su garganta se había ido.

______

Me estaba atragantando con mi propia saliva.

Si no moría por una flecha en mi cuello entonces moriría por mi propia saliva, esta era una mala forma de empezar el día.

Volví a recostarme y me acomodé en mi lugar volviendo a cerrar los ojos, no sé cuánto tiempo pasó pero el sueño se había ido por completo después de esa mala experiencia.

Me levanté y me puse mis zapatos para salir, una vez ya estando afuera noté que el cielo estaba de color celeste con morado. Era muy temprano.

—Veo que ya despertaste —me hablaron, me di la vuelta y vi que era Félix; estaba sentado en un tronco mientras limpiaba la hoja de unas dagas.

—Eh, si. Por un momento quise madrugar —respondí caminando hacia él.

Alzo la ceja sin creerme—. ¿Tú? ¿Madrugar? Si claro. Son las 4:20 am ¿Enserio te levantarías a esta hora?

Me quedé callada, por lo que quise cambiar el tema de conversación.

—Pan dijo que, me enseñarías a usar la espada.

—Si, y ya que estás despierta, es mejor comenzar a practicar. Algo me dice que nos tardaremos demasiado tiempo.

—Pff, no creo que sea tan complicado usarla.

(...)

Ya no quería seguir en esto, era cansado, agotador, peligroso, y era vergonzoso escuchar burlas a cada rato.

—Es todo, me retiro —dije arrojando la espada al suelo.

Mis brazos estaban llenos de cortes, y sin duda alguna; mi rostro también está lleno de cortes.

—¿Tan pronto? ¿Empezamos hace 5 y ya estás cansada? —respondió Félix como si no hubiera hecho nada. Estaba demasiado tranquilo.

Lo vi por un momento, di un suspiro y volví a tomar la espada. Entre más pronto aprenda, más pronto dejaré esto.

[...] [...] [...]

22 malditos días y aún no se como manejar bien la espada. Soy buena con el arco, pero con esto no, para nada.

Clavé la espada en el tronco de un árbol y ahí la dejé; muy probablemente se caería debido a que no lo clave con fuerza, sería fácil agarrarla en un movimiento rápido. La miré por un segundo y me alejé de eso. Ya no podía, me esforzaba pero no lo lograba.

Dejarlo todo por amor (Peter Pan y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora