Dejarlo todo por amor (Peter Pan y Tú)

[8] Ayudar a Henry

—¡Por favor no nos lleves ahí —suplicaba el pobre de Henry deseando no entrar a su casa.

—Mira, puedo darte 25 dólares para que solo nos dejes en la entrada —dijo ___ mientras mostraba unos billetes en su mano.

—¿Me estas sobornando? —dijo Emma fingiendo estar ofendida.

—¿Qué? ¡Claro que no! Solamente te estoy proponiendo un trato, tú nos dejas en la puerta sin tocar el timbre, yo te doy el dinero y ya. ¡Tú ganas, nosotros ganamos, todos ganamos! —opinó ___.

—Discúlpenme pero, tengo que hacerlo sus padres estarán preocupados por ustedes.

—¡No tenemos padres! Solo una madre... y es malvada —dijo Henry exagerando su tono de voz un poco al final de lo que dijo.

—¿Malvada? ¿Exageran, cierto? —preguntó cansada Emma.

___ empezó a reír por el comentario de su hermano—. Escucha Emma, nuestra madre no es malvada —dijo mirando de reojo a Henry—. Es... un poco complicada.

—Si lo es, ella no me quiere. Simula que lo hace —dijo en un tono triste.

—Escuchen... apuesto a que no es así.

Pero de pronto la puerta de la gran casa se abrió de golpe dejando ver a una mujer preocupada.

—¿Henry? ¿___? —en su voz se notaba la angustia y la desesperación. Esta se dirigió a los chicos y los abrazó fuertemente—. ¿Están bien? ¿Donde estuvieron? ¿Que les pasó?

—¡Encontré a mi verdadera mamá! —dijo bruscamente Henry librándose del abrazo de su madre para luego salir corriendo hacia la casa.

Las tres mujeres se quedaron viendo entre sí. ___ podía escuchar el regaño que su madre que le iba a dar dentro de unos minutos—. Bueno... fue un gusto conocerte Emma —dijo mientras entrelazaba su mano con la de Emma formando una despedida—. Eres buena persona y... haber cuando nos invitas a comer. ¡Adiós! —dijo ___ rápidamente para luego salir corriendo igual como lo hizo Henry dejando a ambas mujeres solas.

Ya estando solas habló al mujer de cabello negro—. ¿Usted es su verdadera madre?

—Hola...

—Iré a hablar con los chicos a ver si se sienten bien... —informó el joven que estaba con la pelinegra.

Se notaba la incomodidad entre ellas dos por lo cual la pelinegra decidió acabar con el silencio—. ¿Le gustaría un trago de la mejor cidra de manzana que existe?

—¿No tiene algo fuerte? —preguntó la rubia.

(...)

Luego de que el alguacil hablara con ambos chicos, fue en busca para avisarle que no había nada malo, solamente estaban cansados.

Ambos chicos se encontraban en sus cuartos. ___ esperó a que el alguacil bajara a la planta baja para poder ir a hablar con su hermano.

Salió silenciosamente de cu cuarto, escuchó la platica entre su madre y la rubia, pero decidió no entrometerse. Camino hasta quedar en frente de la puerta del cuarto de su hermano.

Tocó la puerta y luego entró—. Hola, creo que no debiste de hacer eso con... mamá.

—Ya encontré a mi madre ¿por qué debería seguirle el abrazo? Ella es mala —protestó Henry, caminaba de un lado a otro.

—No es mala... solamente... su amor es diferente. Además no creo que Emma te haya creído al 100% ni siquiera creo que llegó al 25% —dijo mientras agarraba unos juguetes que estaban tirados en el suelo para luego guardarlos en su lugar