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Toko llegó a su vivienda siendo acompañada por cierto castaño como siempre, pero esta vez era algo diferente. 

El día de hoy había ocurrido un incidente que la ponía entre la espada y la pared. No sabía quien había sido el culpable pero por más que quisiese no quería averiguarlo, pues los dos eran sus amigos y no quería desconfiar de ellos.

"Es como una novela romántica" pensó la escritora mientras se imaginaba escenarios bastante cuestionables entre ella, Byakuya y Valentine. 

Fantaseaba con que los dos chicos se peleaban por ella hasta morir, pues deseaban con toda su alma un poco del cariño de la hermosa escritora... El ganador era cierto rubio, que se veía tan apuesto en aquel uniforme de batalla... Se acercó a la pelimorada y la agarró de las manos mientras le profesaba amor eterno, sus labios se juntaban en un tierno y apasionado beso... Pero Valentine se interpuso con sus últimas fuerzas e intentó convencerla que él era mejor... La tomó de los brazos y besó su frente prometiéndole una vida de lujos y riquezas... Sin embargo, el rubio no se quedó atrás y....

Despertó de la fantasía secándose la saliva que chorreaba de sus labios con el antebrazo. Espabiló al escuchar el timbre sonar, al parecer su pesadilla había vuelto.

Bajó atemorizada mientras todo su cuerpo temblaba, no estaba lista para volver a encontrarse con su progenitor. Al llegar a la puerta soltó un fuerte suspiro cargado de emociones negativas, y se dispuso a abrirla.

Con sumo cuidado tomó el picaporte y lo jaló, encontrándose con un par de jóvenes uniformados. 

- Buenas tardes, somos de la compañía eléctrica y venimos a informarle que usted no ha pagado las facturas correspondientes de 5 meses seguidos, por lo que ya no podemos seguirle brindando nuestros servicios. Con su permiso, iremos a desinstalar el internet y cortaremos los cables correspondientes. - Sin más, los jóvenes entraron a la vivienda y cumplieron lo dicho. Nuestra protagonista no lo podía creer, ya pasaba mas de una semana sin encontrar rastro de los adultos y se daba con la sorpresa que ahora no tendría electricidad.

No, no era sorprendente; estaba más que claro que ella era un estorbo para sus progenitores, era obvio que no pagarían sus comodidades.

Pero eso significaba sólo una cosa... Si ellos habían dejado de pagar era porque ya no usarían la electricidad por lo que... La habían abandonado.

No... No podía ser posible, por mucho que la odiasen no la dejarían así como así, ¿verdad?

Sintió una presión en el pecho que no le permitía respirar apropiadamente, un par de lágrimas resbalaron por sus mejillas y sólo atinó a encogerse en el suelo.

Los jóvenes ya se habían retirado cuando la ojerosa había comenzado a gritar incoherencias y llorar desconsoladamente, se rascaba compulsivamente las cicatrices de su alter ego, mientras arrancaba algunos mechones púrpuras de su cabellera. 

¿Qué haría ahora? No tenía idea. ¿Podría seguir asistiendo a Kibogamine? ¿Sería considerada huérfana? ¿La llevarían a un orfanato? ¿Dónde se quedaría sino? ¿Qué comería? ¿Acaso no era lo que deseaba?

Tenía muchas dudas y pocas respuestas, no podía pensar con claridad pues la desesperación se apoderaba de su ser. Volvía a estar sola y desamparada como si fuese aquella niña de hace años. Volvería a pasar hambre y frío siendo despreciada por todos.

Después de pasar unos largos momentos en pánico, intentó calmarse pues no podría hacer nada para solucionarlo... De todas maneras intentaría pensar con claridad.

Se concentró e intentó identificar los primeros problemas que traería aquella falta de luz.

Al no tener electricidad los alimentos perecibles se estropearían para el amanecer, no funcionaría la calefacción en invierno y el maltrecho sistema de seguridad eléctrico quedaría totalmente inservible.

No tenía con qué sustentarse pues a pesar de ser una reconocida escritora, sus progenitores recogían todas las ganancias por ser menor de edad.

Cayó en cuenta que así como dejó de funcionar la electricidad, pronto el agua escasearía por lo que no tendría baño ni nada para beber. 

Su primera reacción fue llenar todas las botellas de la mayor cantidad de agua posible, así podría sustentarse por unos días más a partir del corte, pero para su sorpresa cuando intentó abrir el grifo no cayó absolutamente nada. También habían cortado aquel servicio.

Con las dos manos se agarró de la cabeza por el fuerte dolor punzante que sentía, tanto estrés le estaba haciendo mucho daño. A pesar de que tuviese que ser independiente por la mierda de padres que tenía, estaba segura que no podría sustentarse sola al 100% con tal edad, mucho menos si los adultos tenían su dinero.

No sabía que hacer, ahora lo que faltaba es que los de la renta también la echasen de ahí, y en ese caso ni siquiera tendría un lugar donde dormir.

Buscar trabajo no era una opción, salía bastante tarde de Kibogamine y debía concentrarse en sus estudios pues no podría darse el lujo de perder la beca y que su vida se tranque por completo. ¿Pero como pagaría su hospitalidad? 

Los recuerdos pasaron por su mente, su padre degradándola y tachándola de prostituta. ¿Era eso lo que era? Quizá no era nada más que una puta... ¿Debería recurrir a eso? No tendría otra forma... 

Su padre y madres tenían razón, era una sucia zorra. Estaba pensando en prostituirse ahora que no tenía dinero pero, ¿Quién querría a una asquerosa cerda como Toko Fukawa? Nadie pagaría ni un centavo por ese adefesio, además de escuálida y fea, apestaba y era una simple virgen.

¿Los hombres pagarían por ella? ¿Cómo lo haría? No... No debía pensar eso... Debería haber otra forma...

¿La había? No lo sabía.

Se sentía como si estuviese al borde de un abismo que cambiaría su vida por completo dependiendo la decisión que tome. 

Había sido abandonada otra vez pero en esta ocasión permanentemente, nadie adoptaría a alguien como ella. Era tan inútil que no podía ser independiente, no tiene dinero, servicios, y próximamente carecerá de hogar.

No tenía idea de qué hacer, ¿A quién acudiría? No hay nadie para socorrerla, debía de generar dinero de inmediato...

Se le pasó por la cabeza una idea fugaz al recordar que conocía a cierto rubio que sabía sobre finanzas, quizá le podría dar algún consejo sobre cómo lidiar con la situación...

No, alguien como ella no tendría por qué molestarlo... Sólo estorbaba en su vida... Apostaba que lo que había pasado hoy era totalmente su culpa...

Pero quizá debería mandarle tan sólo un mensaje...

Abrió el chat encontrándose con la gota que colmaría el vaso. 

"No quiero volver a verte"

Aquello terminó por derrumbarla por completo, todos la odiaban ahora, no había nadie más en que apoyarse. Estaba sola... otra vez.

¿Cómo se le ocurriría que alguien como Byakuya Togami sería su amigo? Claramente nunca fue nada para él, y realmente no importaba. Ya nada importaba.

Por primera vez en mucho tiempo decidió sacar a Genocider a propósito para descansar un momento de todo lo que pasaba a su alrededor, aún así si eso conllevase a que un inocente muera esa noche.


San valentín 3/3

Disculpen la tardanza, andaba mal de salud.


Mi Eterna Inspiración (TOGAFUKA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora