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Abrió los ojos con dificultad y se encontró en una habitación blanca, con luz tenue, solitaria.

Estaba acostado en una camilla, y notó que una aguja estaba insertada en su piel, al parecer conducía suero.

Realizó que estaba en una clínica, mientras observaba atentamente a su alrededor.

Se preguntó cómo es que había acabado así, y varios recuerdos cayeron cual meteoritos en su mente, tantos, que hubiese preferido no recordar.

Un nudo se formó en su garganta al recordar lo que sucedió con Aloysius. Intentó mover la cabeza, pero sintió un profundo y doloroso pinchazo.

Todo el cuerpo le dolía, observó su cuerpo con detenimiento y no presentaba quemaduras aparentes, simplemente vio varios moretones. Y su cabeza, bueno, se estuvo desangrando por horas, era obvio que no sanaría rápido.

De un momento a otro, una enfermera seguida de la escritora entraron a la habitación.

Sus ojos se iluminaron al ver a cierta ojigris, pensando en que todo había acabado. Esta, aceleró el paso al encontrarlo despierto.

- ¡Byakuya! ¡Recuperaste la consciencia! - Exclamó Toko mientras lo abrazaba con cuidado.

- ¿Recuperar? ¿Cuánto tiempo llevaba dormido? - Preguntó con curiosidad.

- Ha pasado u-una semana desde aquel incidente, ¡p-pero todo está bien ahora! - Respondió intentando restarle importancia.

- ¡¿U-Una semana?! ¡¿Tanto he pasado inconsciente?!

- S-Sí, bueno, fuiste uno de los que salió más afectado en la explosión por las heridas que ya tenías, e-especialmente la de la cabeza...

- ¿Y tú ya estás bien? ¿Qué pasó con Aloysius? - Interrogó impaciente.

- Y-Yo me siento bien... Es decir... Mi alter ego tiene una resistencia increíble... P-Pero...

- ¿Pero...? - Continuó el rubio apurándola.

- E-Era prácticamente imposible que Aloysius sobreviva... E-Es decir, ¡s-sorprendentemente lo hizo! Pero no duró mucho tiempo... - Confesó la pelimorada mientras agachaba la mirada, sabía que iba a dolerle demasiado al contrario, pero era necesario que lo sepa.

- ¡¿Sobrevivió?! ¡¿Está muerto?! ¡¿Cuándo murió?! - Gritó ojiazul mientras sostenía a la joven de los brazos para exigir respuestas.

- S-Sobrevivió a la explosión pero muy m-malherido, con quemaduras demasiado g-graves y con partes m-mutiladas. - Hizo una breve pausa para evaluar el estado del heredero, el cual la miraba atónito sin siquiera poder pestañear. - A-Además, varios de sus órganos internos estaban d-dañados, no le quedaba más de una s-semana de vida... A-Así que...

- ¿Lo mataron? - Preguntó el rubio secamente.

- ¡¿Q-Qué?! ¡N-No! L-Le ofrecieron aplicarle la eutanasia, s-sí... P-Pero él se aferró a la vida... O b-bueno, eso me c-comentaron las enfermeras... - Toko sentía sus ojos humedecerse, pues si le dolía a Byakuya también le dolía a ella. Además, aquel señor fue bastante amable y no dudó en acogerla como una invitada de su nivel más, aparte, era consciente de lo importante que era para su amigo. - A-Aunque bueno... N-No sobrevivió mucho tiempo m-más...

Byakuya se quedó en silencio por unos minutos, estaba procesando la información. Lágrimas rodaban por sus mejillas pero él ni siquiera lo notaba, seguía en shock.

Recordaba claramente lo que sucedió, absolutamente todo, no tenía ninguna laguna mental. Incluso recordaba la imagen exacta de su mayordomo llena de explosivos, pero aún así se le dificultaba creérselo.

¿Por qué él? ¿Por qué su padre? ¿Por qué la única persona que estuvo y confió en él?

Pidió un momento a solas, echando a Toko y a la enfermera quien había estado cambiando el suero mientras tanto. No obstante, antes de que esta última se retire, le entregó una carta sellada. Sin más, ambas mujeres abandonaron el cuarto.

Aloysius estaba muerto. Realmente muerto.

Había fallecido con dolor y sufrimiento.

Todo por su culpa.

¿Por qué se interpuso en el asunto de Genocider? ¿Por qué no dejó que matase al maldito de Naodai de una vez? ¿Por qué todo tuvo que culminar así? ¿Por qué cobró la vida de un inocente?

Después tantas cuestiones, sintió el dolor. Sintió como su corazón se estrujaba y no lo dejaba respirar, sintió unas ganas tremendas de gritar hasta desgarrarse la garganta.

Sentía en ese momento como su pecho se cerraba, como su estómago se sentía tan pesado, como su cuerpo se volvía difícil de cargar.

Y para echarle sal a la herida, una voz interna le recordó que

No pudo despedirse de él.

No pudo despedirse, ni darle las gracias, ni darle un último abrazo, ni disculparse por haber sido grosero algunas veces, nada.

No pudo agradecerle casi las dos décadas de apoyo incondicional que le ofreció. No pudo agradecerle que estuviese ahí, pendiente de él, aunque no los uniesen lazos sanguíneos y solo sea un empleado más. No pudo agradecerle aquella paternidad que le brindó sin esperar nada a cambio.

Y todo, por impedir que Toko rompiese su promesa.

Todo por ella.

Sentía una gran ira interna, ¿Por qué tuvo que involucrarse? ¿Por qué no simplemente ignoró a aquella joven? ¿Por qué no denunció a Syo desde que la conoció? ¿Por qué siguió detrás de ella si sabía que Valentine era problemático?

Estaba lleno de arrepentimiento e impotencia, sentía que había perdido a la única persona a la que le debía todo, por un amorío más.

Estaba empezando a sentir odio hacia la pelimorada, una furia que si la tuviese en frente sería capaz de

Capaz de

¿De qué?

¿Qué le hizo?

Hizo que se enamore de ella.

Y ahí cayó en cuenta que el único culpable era él.

¿Acaso planeaba culparla por sus sentimientos? Se estaba comportando como un cobarde. Siempre lo fue, y lo será.

Siempre evitó sus sentimientos, siempre hizo daño e intentaba acusar a los demás, nunca admitió sus errores. Su vida se basaba en encontrar culpables, todos, menos él.

No sabía qué pensar. Entonces, ¿Todo fue su culpa?

Tampoco quería creerlo así, es decir... Sólo se enamoró, no sabía que Aloysius moriría.

El único culpable en realidad era Naodai, él fue el primero en intentar sabotear todo.

Él fue el enfermo que decidió secuestrarlo después de todo, y torturarlo, hasta que Kirigiri llegase al rescate.

¿Cómo planeaba odiar a Toko, si ella fue de las primeras en preocuparse por él? Ella le enseñó a perdonar, le enseñó a que quizá todo podría estar en la mierda pero si están juntos quizá todo iría un poco mejor. Ella fue su primer amor, ella le confió tantas cosas ciegamente, le enseñó sentimientos nuevos y todo hubiese sido perfecto...

Pero un demente apareció, y los marcó por completo.

Pensó que Aloysius sabía que ella era buena para él, y por eso la dejó entrar en su vida. Además, su padre no hubiese querido que se llene de odio después de esto.

Prácticamente dió su vida por él, y es por eso que intentaría seguir sus consejos al pie de la letra, para que nada haya sido en vano.

Byakuya no había dejado de llorar mientras se cuestionaba todo, pero al final, después de varias horas, sintió paz.

Sintió como si lo hubiese entendido todo.

Sintió como si su padre estuviese orgulloso de él.

Mi Eterna Inspiración (TOGAFUKA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora