Byakuya tomó del brazo a la asesina.
- ¿Ehhh?~ ¿Desea algo más, maestro?~ - Preguntó coqueta.
El heredero no entendía por qué había hecho eso, había sido involuntario. Las caricias de Syo habían provocado cierta incomodidad ahí abajo, por lo que no dejaría que se vaya como si nada hubiese pasado.
No quería admitirlo pero cada que Syo se arrimaba de esa manera contra él, terminaba en la ducha.
¿Se sentiría igual si lo hiciese Toko? ¿Toko sería capaz de besarlo y tocarlo como lo hacía Syo?
Su mente empezaba a divagar en pensamientos obscenos, pasar tiempo con cierta escritora le estaba afectando.
- ¿Maestro? - Preguntó la pelimorada al no recibir respuesta del contrario.
- Vete. Y más te vale no volver a intentar matarme, no habrá perdón la próxima vez. - Amenazó el rubio mientras le daba la espalda para ocultar su sonrojo.
La asesina se retiró por el mismo lugar en el que llegó, dejando al ojiazul solo.
¿Por qué me haces esto? Se preguntó pensando en cierta ojerosa, dirigiéndose a la ducha.
Con pesados pasos salió del baño envuelto en una toalla. Había pasado aproximadamente una hora desde aquel encuentro.
Ya había terminado de "liberar la tensión" por lo que volvió a ponerse el pijama y se acostó nuevamente.
Sus últimos pensamientos fueron acerca de la chica que llamaba su atención. No tenía idea de cómo la vería a los ojos el día siguiente.
Era miércoles y el ojiazul llegó más temprano que de costumbre para pasar tiempo con su amiga. De paso podría explicarle el malentendido pues tenía en cuenta que Syo y ella no compartían recuerdos, afortunadamente.
El tiempo pasó y ya casi todos habían llegado, sin encontrar rastro de la escritora.
Empezó a preocuparse un poco, pero de seguro se había quedado dormida o algo así.
Por dentro sabía que eso era muy improbable pues no era ese tipo de persona, además que según Syo había estado muy deprimida anoche.
Pasó otra media hora y oficialmente la pelimorada había faltado.
Veía de reojo el asiento de su amiga, deseando con sus poderes mentales que estuviese ahí pero obviamente todo fue en vano.
Intentó no cuestionarse el por qué le importaba tanto, pues no quería tener otro lío mental totalmente innecesario.
Esperó con ansias que el día escolar termine para dirigirse directamente a la vivienda de su amiga, así podrían aclarar las cosas.
Se planteó encarar a Valentine pero sabía que saldría perdiendo. El castaño tenía el cariño de todo el aula, aparte de no tener pruebas con qué incriminarlo.
Decidió descartar esa idea, por lo que solo esperó y esperó hasta que se acabase la clase.
Ya después del horario escolar, ignoró olímpicamente a todos, aún más que de costumbre, para irse de inmediato a la vivienda de su amiga.
Había estado ansioso por eso, y aún no quería averiguar el por qué.
Le ordenó a su chófer que lo llevase al hogar de la escritora, encaminándose.
Estaba nervioso después de mucho tiempo, pero era un distinto tipo de ansiedad. No se comparaba con la que había sentido en la prueba final para ser el heredero Togami, sino que más bien era otro tipo totalmente distinto.
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Mi Eterna Inspiración (TOGAFUKA)
FanficIntentaré actualizar lo más seguido posible. Togafuka, si no te gusta el ship puedes ignorar esta historia.