Mi Eterna Inspiración (TOGAFUKA)

18

Nuestra protagonista se levantó de un salto para alistarse. Quería llegar a tiempo para pasar minutos extra con el rubio, pues no había dejado de pensar en él desde la noche anterior.

Toko se apresuró y llegó a la academia más temprano que nunca. Estaba realmente emocionada por profundizar su relación con cierto rubio, así que lo estaba esperando en su asiento.

Poco a poco iban llegando los estudiantes faltantes menos su nuevo amigo. Se preocupó un poco pero pensó en que quizá había quedado atascado en el tráfico o algo así.

Cuando por fin llegó la clase inició, pero antes Chisa hizo un anuncio importante.

- Muy buen día queridos alumnos - Saludó. - El día de hoy es una ocasión muy especial pues tendremos un nuevo compañero. - Exclamó enérgica como siempre. - Pasa, Valentine. - Ordenó haciendo una seña para que el estudiante en cuestión entrase al aula.

Todos vieron como un chico notablemente extranjero entraba al salón. Era un joven de tez pálida, ojos color avellana con cabello rizado castaño. Era muy alto, incluso un poco más que Byakuya, y tenía el cuerpo delgado pero tonificado.

Les dedicó una encantadora sonrisa a todos los presentes e inició con su presentación.

- Buenos días, mi nombre es Valentine Stonem y vengo de Inglaterra. Soy conocido como el estudiante poeta definitivo, espero que nos llevemos bien. - Dijo amablemente mientras recibía los aplausos de sus compañeros.

Toko tenía una expresión de asombro, nunca pensó que se lo volvería a topar. Byakuya se fijó en eso y le entró una clara duda sobre si su amiga lo conocía de antes.

- Oh, Valentine, ya que eres poeta sería ideal si te sientas cerca de Toko, ella es escritora, estoy segura que has oído hablar de ella. - Sugirió Chisa para intentar juntar al grupo, a lo que el castaño sonrió aún más.

- Oh, claro que conozco a Toko, ¿Dónde podría sentarme? - Preguntó bastante animado.

- Mhmm... A ver... Byakuya, ¿Podrías cambiarte de asien-

- No. - Interrumpió el heredero con una clara expresión de disgusto mientras cerraba el libro que leía con fuerza, a lo que los demás rieron.

- Eh... Ya que el asiento de al lado está ocupado por Byakuya... Podría traer una carpeta más para que la pongas al lado de Fukawa, ¿Bien? - Sugirió algo avergonzada la maestra, a lo que el contrario asintió.

La profesora salió por un momento dejando a los alumnos a solas, por lo que Ishimaru aprovechó en presentarse.

- Buenos días estimado Valentine Stonem, mi nombre es Kiyotaka Ishimaru y soy el delegado definitivo, así que por favor consúltame si tienes algún problema. - Exclamó él ojirubí con un tono serio y demandante.

- Entendido Ishimaru, un gusto. - Respondió con una cálida sonrisa apretando su mano derecha en forma de saludo, satisfaciendo al delegado.

- ¡OHHH! He escuchado y leído algunas de tus poesías, ¡Tienes una voz realmente agradable! - Halagó cierta peliazul tocándole el hombro.

- ¿Sayaka Maizono, verdad? ¡También tienes una voz agradable, lo que se esperaba de la Idol definitiva! - Halagó de vuelta Valentine, sacándole una sonrisa a la Idol y una mueca de disgusto a cierto pequeño castaño.

- ¡Ah! ¡Ah! ¡¿Has escuchado de mi?! Soy Aoi Asahina, la nadadora definitiva. ¡Mucho gusto! - Exclamó la ojiazul, a lo que el ojiavellana sonrió de vuelta.

- ¡Claro! ¡La campeona mundial de natación! Eres cual pez en el agua. - Halagó, ganándose por completo a Aoi.

- Obviamente escuchaste de mi, es decir, aparezco en todas las portadas de revistas. - Dijo arrogantemente Junko con una expresión de amenaza.

- ¡La hermosa Junko Enoshima! Modelo definitiva, aquel título te queda de maravilla. - Guiñó el ojo haciendo a las chicas chillar de emoción.

Los chicos se mantenían al margen de la situación, todos tenían una mueca de odio hacia el chico nuevo. Es decir, ¿Acaba de llegar y tiene a todas a sus pies? No puede ser posible, no puede ser que haya conseguido eso así de fácil.

Cierto rubio no le prestaba mucha atención al escándalo seductor que hacía el tal Valentine, pero le incomodaba de alguna manera ya no ser el único joven del que se hablaba por lo bajo gracias a su aspecto físico.

El nuevo alumno se acercó hacia Toko y la saludó.

- Hola Toko, que coincidencia que nos volvamos a ver. - Dijo con una gran sonrisa a lo que la pelimorada lo veía atónita.

El ojiazul se quedó mirándolos de un lado a otro, sintiendo que era el mal tercio.

- V-Valentine... N-No sabía que v-vendrias aquí... - Dijo la escritora con una leve sonrisa.

- Dudas de mi potencial, bueno, yo estaba seguro que estarías aquí, es decir, ¡Todos tus libros son una obra de arte! - Halagó el joven provocándole una leve carcajada a la contraria.

El rubio presenciaba en silencio el "coqueteo" del nuevo chico hacia su amiga, lo cual le molestaba. No sabía por qué, pero solo deseaba alejar a Valentine lo más posible, ese joven le irritaba demasiado.

- ¡Volví chicos! Ah... Solo habían mesas vacías en el último piso... ¡Disculpen la demora! - exclamó la pelinaranja colocando el nuevo pupitre al lado del de Toko, esta quedando en medio del castaño y el rubio.

La clase empezó sin más, pero era evidente que de vez en cuando algunas chicas le dedicaban sonrisitas coquetas al extranjero, el cual se las devolvía a todas.

El receso llegó y el heredero quería saber de dónde conocía la ojerosa a Stonem, por lo que fue hacia Fukawa para preguntarle.

- ¿De dónde salió el tal "Valentine"? - Pregunto curioso, sorprendiendo a la contraria.

- O-Oh... L-Lo conocí cuando iba en un curso de verano sobre literatura hace dos años, fuimos b-buenos amigos. - Respondió la escritora calmando la duda del joven.

El ojiazul quiso responder más no pudo, pues aquel insoportable castaño jaló del brazo a la ojerosa, retirándola de la escena dejando al rubio solo.

No quería admitir que le molestaba, pero se sentía impotente al no poder reclamar nada, pues al parecer Toko se veía muy "a gusto" con él.

El heredero se convenció en pasar el receso solo como los viejos tiempos, aún malhumorado por la llegada de aquel sujeto.

Todo cuando parecía estar bien entre Togami y Fukawa llega el mamaverga de Valentine, que se le va a hacer.