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Faltaba media hora para las 7pm y era momento de ir yendo a la casa de Enoshima. Toko estaba muy emocionada, sonriendo radiantemente mientras salía de su habitación; el rubio, aunque no quisiese admitirlo, también estaba entusiasmado. 

Era la primera pijamada de sus vidas y qué mejor que pasarla con la persona que más querían.

Su afinidad había crecido notoriamente, pero ambos eran demasiado tímidos como para demostrarlo abiertamente.

Por parte de Byakuya, deseaba complacer todo deseo de su amiga, dejando la objetividad de lado. Habían momentos en los que se enojaba consigo mismo por ese cambio que se presentaba sólo con ella, pero al no encontrar respuesta siempre terminaba ignorándolo.

Por otro lado, Toko deseaba enorgullecer y servir al ojiazul lo más que pudiese, pues sentía una gran deuda hacia él. 

Mientras tanto, Aloysius sólo observaba como ese par de oruguitas enamoradas se iban dando cuenta de sus sentimientos. Era viejo y sabio, por lo que tenía la capacidad de ver lo que sentían con tan sólo posar sus ojos en ellos.

Admitía que le extrañaba que a su "hijo" le gustase ese tipo de chica, es decir, la señorita Fukawa era muy inteligente y preparada, hermosa y amable, pero pensó que Byakuya sería más de mujeres adineradas y serias. Quizá estuvo equivocado.

Llegó a la conclusión de que su pequeño necesitaba alguien para complementarse, por lo que mientras esté bien, él lo apoyaría en todo. 

El viejo estaba tan orgulloso de su amo, es decir, lo vio crecer cual flor y ahora era un joven apuesto, inteligente, millonario, y estaba desarrollando una mejor madurez emocional. Eso aparte de haber cumplido sus objetivos a la corta edad de 17 años.

Su burbuja de pensamientos paternales reventó al escuchar la voz de su retoño.

- Aloysius, ya nos vamos. - Afirmó el rubio junto a la pelimorada. 

- ¿No desea que lo lleve, joven? - Preguntó algo sorprendido. 

- No, yo conduciré. Hasta mañana. - Se despidió el heredero mientras salía de la residencia, la ojigris le seguía.

Al llegar al auto, el más alto abrió la puerta caballerosamente para que su amiga subiese, la cual le dedicó una tímida sonrisa.

Ambos se encaminaron hacia su destino en un silencio tranquilo pero penetrante. Sus mentes no dejaban de rondar en torno al contrario, estaban nerviosos al ser la primera vez que dormirían juntos.

Después de unos largos minutos, llegaron a la dirección indicada en aquella invitación. Se encontraron con una casa lujosa pero no tanto como la del heredero, era bastante linda a decir verdad.

Se dirigieron a la puerta y escucharon varias voces detrás, por lo que tocaron el timbre. La pelirosa respondió al llamado con una gran sonrisa.

- ¡Vaya! ¡Si son la pareja del año! - Chilló la fashionista haciendo sonrojar a la más baja. - Pasen, hay bebidas interesantes que deben probar. - Rio la anfitriona. 

Cuando entraron se dieron cuenta que eran los últimos en llegar, pues ya todos estaban ahí.

- ¡Toko!~ - Gritó la castaña corriendo enérgica hacia su amiga. - ¿Por qué no viniste con pijama? - Se preguntó la ojiazul.

- Hola A-Asahina... N-No tengo p-pijama... - Volteó los ojos algo avergonzada pues ya todos estaban cómodos.

- ¡Pero es una pijamada! - Chilló la contraria.

- N-No importa.. S-Sólo c-cállate.. - Murmuró la escritora al ver que toda la atención recaía en ella por culpa de la escandalosa nadadora. 

- Me hubieses avisado para comprarte una. - Respondió el millonario con una mirada penetrante, lo cual avergonzó aún más a la ojerosa.

- N-No es necesario, Byakuya... G-Gracias... 

- ¡Ala pero si es Fukawachi y Togamichi! - Exclamó el adivino, haciéndolos quedar como el centro de atención.

Todos les dieron una cálida bienvenida pues pensaron que no llegarían, excepto uno.

Al centro se encontraba Valentine, mirando desafiantemente al rubio, el cual le devolvía la mirada.

- ¡Toko! ¡Qué bueno que llegaste! - Dijo el ojiavellana abrazando a la ojigris, incomodándola un poco.

- Hola V-Valentine... - Saludó la escritora apartándose suavemente.

Se escuchaban estridentes risas por todo el pasillo, por lo que curiosa se dirigió y se encontró con Maizono bailando y cantando mientras que Kuwata se apegaba a ella, ambos no tan sobrios. 

"¿Tan rápido?" Pensó la pelimorada al ver un par de botellas vacías a sus lados.

Su mirada se dirigió hacia un pobre castaño que miraba solitario a la pareja. Era evidente que a Sayaka le interesaba Leon y viceversa, Naegi daba lástima.

Volvió por donde entró y llegó al comedor encontrándose con el resto. 

- ¡Bueno! Todos siéntense en un círculo que escogeremos el juego. - Ordenó Junko. - ¡Maizono, Leon, Makoto, vengan banda de ebrios! - Gritó la anfitriona algo enojada, no esperaba que sus compañeros sean tan avezados. 

Acataron las órdenes y la escritora se sentó junto a Byakuya, llamando su atención.

- ¿Tienes alguna idea de lo que jugaremos? - Preguntó.

- No... No sé qué podría ser...- Respondió pensativa. 

Después que los aludidos regresen y se agregaran al círculo, empezaron el juego.

El primer juego se trataba de "verdad o reto", un clásico y perfecto para comenzar. Se supone que girarían una botella vacía y al que apunte con el pico, es el que tendrá que confesar una verdad o cumplir un reto.

En las primeras rondas fueron retos y preguntas suaves como: "Te reto a tomar un vaso de alcohol en menos de 5seg." o "¿Es verdad que te agrada alguien de aquí?" Nada del otro mundo, incluso aburrido. Sin embargo, al pasar las rondas las preguntas y retos empezaron a subir de niveles más picantes.

En una de las rondas le tocó a Byakuya, quién estaba bastante aburrido porque no le interesaban en lo absoluto los secretos de los demás.

- ¿Verdad o reto? - Preguntó Junko.

- Mhmm... - Lo pensó un poco, concluyendo que su única opción era reto, pues podrían preguntarle algo confidencial del conglomerado y claramente no podría responder. - Reto.

- ¡Uhhh! ¡Interesante! - Chilló la modelo. - Te reto a besar a quien te parezca linda. - Dijo la pelirosa esperando a ser besada, pues se consideraba un ángel caído del cielo.

El heredero hizo una expresión de asco al escuchar semejante reto, pues su ego se tiraría de un acantilado.

- Paso. - Respondió tajantemente siendo llenado de abucheos.

Con un pesado suspiró miró a su alrededor. "Si beso a Toko no habría problema, es con la única que tengo confianza..." Pensó, aunque a decir verdad sí le parecía bastante linda. 

De un momento a otro agarró del mentón a su amiga y plantó sus labios en la frente de la contraria, asombrando a todos.

- ¡¿Ella?! ¡Piensa en tus herederos! - Se le escapó a Junko recibiendo un golpecito de Aoi.

- Si no me equivoco, era en los labios. - Refutó Kirigiri, quien estaba más relajada de lo normal.

- Nunca especificaron donde, en fin, siguiente. - Cambió de tema lo más rápido posible al ver lo sonrojada que estaba la escritora.

Van a haber 2-3 partes de la pijamada, disfruten!

Mi Eterna Inspiración (TOGAFUKA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora