Mi último deseo ©

Capítulo 36: Por siempre, Grace

Reese

Falleció tres días después de nuestra boda.

Recuerdo haber ido al hospital esa mañana, como todos los días antes de ir a clases. Asher, Summer y yo habíamos tomado esa decisión porque ninguno sabía cuánto tiempo le quedaba, por lo que lo aprovechábamos tanto como podíamos.

Asher iba conmigo cuando sonó esa llamada y supe de inmediato que algo andaba mal.

Corrimos por los pasillos del hospital hasta llegar a su habitación. Todo era un caos allá dentro. Todavía no sé cómo logré entrar. Recuerdo que alguien me empujó para que saliera, pero mi cuerpo se negó a obedecer. Usé fuerza inhumana para librarme del agarre de esa persona y me apresuré a sujetar la mano de mi novia. Recuerdo que estaba fría y tenía una mascarilla de oxígeno puesta. El monitor emitió un sonido justo después de darle un beso en la frente y decirle, entre gritos desesperados, lo mucho que la amaba.

Una enfermera por fin me sacó de la habitación. Y no es que hiciera un gran esfuerzo, en ese momento mi cerebro no lograba pensar en otra que no fuera ella. Quería entrar a salvarla, aunque supiera en lo más profundo de mí que era en vano.

Cuando la doctora Carter salió de la habitación a darnos la noticia, fue como si una parte de mí hubiera muerto con ella.

Casi no recuerdo de ese momento, o del día en general. Solo sé que Asher no dijo ni una palabra, ni siquiera soltó una lágrima. Al contrario de su padre y Kristal que lloraban devastados por haberla perdido. Summer estaba de rodillas en el suelo, a mitad del pasillo, gritando para que trajeran de vuelta a su mejor amiga. Los gritos eran tan fuertes que Asher tuvo que sacarla del hospital y llevarla a su casa, incluso llamó a su novia para que le hiciera compañía ya que él debía regresar con sus padres.

Ese día maldije al universo por haberme arrebatado a mi novia.

♡♡♡

No sé qué día es hoy. No sé cómo llegué al cementerio y tampoco sé qué hora es.

Estoy vistiendo el mismo traje que usé en la boda. Un traje que no recuerdo haberme puesto. Mis padres están sentados a mi lado mientras que Kristal da un discurso. Creo que está agradeciendo a todos por haber venido.

Miro alrededor para tener un vistazo completo del panorama.

Hay compañeros del trabajo del señor Lawler, amigas cercanas de Kristal, las compañeras de ballet de mi novia y amigos de Asher. También está Piper al lado de su madre y a Summer la perdí de vista hace rato.

Dean también se encuentra aquí con una chica. No alcanzo a ver su rostro para descubrir quién es.

Me entretengo viendo a las personas hasta que una mano en mi hombro me saca del trance. Se trata del señor Lawler. Él se inclina para entregarme un sobre de color amarillo.

—Encontré esta carta en uno de los libros de mi hija —explica con voz apagada—. Supuse que era algo importante que quería decirnos a todos y por eso prefiero que tú la leas.

Niego con la cabeza.

—Yo no...

—Por favor, Reese. A ella le hubiera gustado que sus palabras fueran escuchadas. Además, no me encuentro en posición de leer una carta escrita por mi difunta hija.

Se le escapan un par de lágrimas al decir eso último.

No quiero aceptar, pero dado que él me lo está pidiendo, y porque también quiero saber lo que está escrito en esa carta, es que accedo a leerla.