Clara
Si alguien me decía que había algo más aterrador que sentarse en una misma mesa con mi familia y los Feller, no iba a creerle. En ese momento todo lo que oía era mi corazón palpitar contra mi pecho. También los cubiertos de metal chocar contra los platos de vidrio.
Traté de encontrar un sustento o una distracción para no volverme loca e irme corriendo de allí. Mi mano se encerraba en un puño sobre mi regazo, arrugado el vestido. El repiqueteo de mi pie sobre la cerámica hacía que me lleve varias miradas de mi padre. No podía obedecer su pedido. Cada vez se volvía más intenso, más incontrolable. Mientras mi padre hablaba con Halton, Beatrice disparaba balas letales con sus ojos a mi madre y Chase asentía ante cada palabra que salía de la boca de su padre, yo estaba entrando en una crisis.
El calor subió con un escalofrío por toda mi columna dejando que mi piel se pusiera de gallina. Pasé una mano por mi frente limpiando el leve sudor, y camuflé mi acción atrapando un mechón detrás de mi oreja. Subí las manos a la mesa pensando que si seguía arrugado la tela, iba a romperla.
No podía oír lo que decían. Tampoco podía ver algo con claridad. Dos de mis sentidos estaban completamente apagados. Esta desesperación me dejó vulnerable. Seguía escuchando las voces pero nada en concreto. Iba en un hipnotismo demasiado profundo.
Solté una bocanada de aire para cesar el calor que hervía dentro de mí.
Iba a desmayarme.
Mi cabeza se movió tan rápido que me maree. Alcé mi vista hacia adelante. Donde mi mano ya no estaba enrollada en un puño macizo, sino que una mano abrió paso a mi palma y rodeó con sus dedos mi mano, impidiendo que vuelva a cerrarla. Todo el nerviosismo se detuvo. Quise encontrar rastros de mi pie moviéndose, pero había parado. Todo había parado. Hasta mis latidos.
Los ojos de Owen no estaban en mí, ni siquiera parecía notar mi presencia. Pero su mano contra la mía erradicaba todo lo que había pensado. Su atención estaba en mí cuando su mirada yacía en Halton. Su agarre era firme, seguro. Un cosquilleo invadió mi cuerpo cuando su dedo pulgar comenzó a moverse en círculos sobre mis dedos. Su gesto era tan disimulado y suave que nadie se había percatado de nuestras manos entrelazadas.
Quise darle las gracias, pero no lucía una buena idea interrumpir la charla. Sabía que Owen estaba conmigo y eso me bastaba.
La comida en mi plato se enfrió. Dejé todo en su lugar. No había tocado ni siquiera el líquido de mi copa. Había notado lo mismo en Owen. Se había limitado a dar pequeños tragos de agua mientras seguía sosteniendo mi mano con la misma firmeza que al comienzo.
No obstante, sabía que iba a llegar la parte que nadie quería mencionar. Era como meter el dedo en la llaga.
Llegó antes de lo esperado.
—Entonces, —carraspeó, Halton, cambiando abruptamente el tema de conversación. Alzó la copa de vino y degustó el tiempo que él creía necesario. Cuando dejó la copa en su lugar, casi vacía, mis ojos conectaron con los suyos —creo que es momento de hablar lo que de verdad nos alteró.
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Amar a un élite ✔
Teen FictionEstoy obligada a fingir una relación con el hijo menor del millonario más importante de Londres para salvar la empresa del quiebre. *** Estar en pareja es lo último que Clara quiere, tiene demasiados problemas para centrarse en una relación. Pero c...