Sus pasos resaltaban en medio del caótico silencio, las piedras cedían bajo sus pies. El camino se había hecho largo y dificultoso debido a los edificios que explotaron, los escombros desperdigados por todas partes, zonas todavía en llamas y, sobre todo, porque Caitlyn no estaba lista para ver tantos cadáveres.
Acaban de entrar al área central de Piltover, allí donde más desastre había quedado, donde la desgracia vestía cada casa y persona. Ante el primer esbozo del cuerpo quemado de una niña de aparentemente 11 años, Caitlyn apoyó la espalda contra el muro de aquel callejón y cerró los ojos con fuerza.
—Hey, tranquila —dijo Vi, acercándose rápidamente y sosteniendo el rostro de Caitlyn entre sus manos—. Respira hondo. Tú puedes con esto, yo estoy contigo, no estás sola —La zaunita fue repitiendo con firmeza, sin variar el tono reconfortante con el que hablaba, hasta que Caitlyn abrió los ojos y permitió que el azul se enfrentase al gris.
—Yo solo…siento que no puedo —respondió Caitlyn, su voz marcada por el dolor ante la idea de enfrentar la destrucción de su pueblo; aferró sus manos a la chaqueta roja nueva, aunque mantenía un diseño casi idéntico a la anterior, que ahora usaba Vi.
—Me sacaste de la cárcel contra toda ley, fuiste a Zaun para investigar a Silco, te enfrentaste a Sevika, a la parte más baja de Zaun consumida por el shimmer, luchaste contra las luciérnagas, te ibas a ofrecer de tributo por salvarme, me defendiste delante del Concejo y enfrentaste a Jinx. Todo eso fuiste tú en los últimos días —enumeró Vi enérgicamente, mostrando una intensidad en su mirada que Caitlyn solo le había visto para luchar—. No nos conocemos de mucho tiempo, pero yo no sigo a nadie débil, y a ti te seguiría a dónde quisieras —confesó Vi, haciendo a Caitlyn sentir su corazón latir desaforado.
Los ojos de Vi se desviaron un segundo hacia los labios de Caitlyn; tan cerca de sus pulgares, mientras sus manos sostenían su rostro, que Vi podía sentir como la piel le picaba por las ansias de tocarlos. Caitlyn entreabrió los labios inconscientemente y sus ojos bajaron también a los labios de Vi, su garganta cada segundo más seca ante la intensidad de lo que en verdad deseaba.
El sonido de los pasos las hizo separarse. Caitlyn reconoció, por la distorsión de la voz, que eran vigilantes usando las mascarillas debido al humo que todavía pesaba en el aire. Vi observó a Caitlyn y le hizo un gesto para que se adelantara, mirándola con confianza absoluta; por lo que Caitlyn respiró profundamente, avanzó un paso y luego tomó la mano de Vi, buscando en ese gesto el valor que le faltaba.
Al sentir que Vi no se apartaba sino que, por el contrario, sus dedos se entrelazaban con los de Caitlyn y le daba un ligero apretón para animarla, Caitlyn empezó a caminar con confianza, enfrentándose al sol que ya se alzaba alto en el cielo, iluminando un escenario que ella jamás imaginó.
Habían edificios derrumbados hasta los cimientos, calles rotas debido a los derrumbes, escombros y cenizas por todas partes, paredes y pedazos de casas salpicados de sangre, cuerpos quemados más allá del reconocimiento o reventados en formas indescriptibles: con sus cráneos aplastados y extremidades dobladas de forma casi imposible. Muerte, caos y destrucción por todas partes a donde miraran.
Luego de dar unos pasos con la mirada fija en su alrededor y el rostro con una expresión ilegible, los vigilantes las notaron.
—¡Alto allí! —exclamó uno, acercándose a ellas mientras les apuntaba con el arma.
—Tranquilos —respondió Caitlyn, sacando una serenidad de la que no se consideraba capaz sino hasta ese momento—. Soy Caitlyn Kiramman y ella es Vi, viene conmigo —dijo firmemente, sintiendo como Vi se tensaba ante la presencia de los vigilantes.
—Lo sentimos, señorita Kiramman, pero ningún suburbano tiene permitida la entrada —habló el vigilante, apuntando con el arma directo hacia Vi.
—¿Entrada? —intervino Vi, con ironía mezclada con enojo—. El lugar entero voló, no hay ninguna entrada —escupió en dirección a los vigilantes, dando dos pasos hacia adelante y siendo detenida por Caitlyn, que tiró de ella por la mano que seguía entrelazada a la suya, poniéndose delante de Vi y tapándola con su cuerpo.
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Arcane: El renacimiento.
FanfictionPiltover y Zaun colapsan en desgracia después de la explosión causada por Jinx, haciendo que Caitlyn y Vi se vean atascadas en medio del dolor y las responsabilidades. Con un reloj contando el tiempo que les queda juntas antes de que ambas naciones...