Salieron despedidos velozmente hacia el límite de Zaun tan pronto como Samira, el contacto que Signed había puesto a vigilar a Caitlyn, avisó de que la peliazul había roto aguas. Enseguida Jinx había dado órdenes para iniciar el ataque, tal cual habían repasado cientos de veces en aquellos meses. Había ido a visitar a Ekko primero, porque ver su rostro cuando despertó de los efectos del medicamento que le habían inducido en la última comida fue divertido, pero añadirle la expresión desconcertada y aterrada que puso apenas notó lo que Jinx insinuaba, eso sí que no tenía precio; luego se había reunido con los demás y volaron juntos hasta el punto seguro.
—¿En serio está por aquí? —preguntó Ahri, confundida de no observar ninguna entrada.
—Deja de preguntar tonterías, vamos a buscar adecuadamente —regañó Jinx, brincando al lado de ella mientras la miraba fijo, haciendo que Ahri tragara grueso un instante.
—Claro, lo que tú digas —concedió la muchacha zorro, revisando la siguiente roca en la pared en búsqueda de la entrada.
—Creo que es aquí —llamó Viktor a través de la máscara, sintiendo la diferencia en el tacto de la piedra.
—Déjame ver —dijo Jinx, apartándolo mientras él se volvía a colocar el guante y ella tocaba la pared—. Sí, es esto —aseguró.
Una sonrisa extensa iluminó su rostro mientras ella se alejaba de la pared y cargaba su ametralladora, apuntando directamente hacia el desnivel en las rocas. Los disparos fueron rápidos y continuos, el polvo se elevó por el sitio, haciendo a Ahri toser, los pedazos de piedra saltaron por doquier y la risa de Jinx alcanzó niveles estridentes mientras causaba los destrozos que le abrirían paso.
—Sí, ya lo hemos conseguido —murmuró hacia Silco, que estaba parado a su lado.
—No creo que esto sea buena idea —comentó Mylo, apareciéndose a su derecha.
—¡Cállate! —gruñó Jinx, harta de escucharlo.
—No hemos dicho nada —dijo Ahri, confundida.
—No estoy hablando contigo —espetó Jinx, mirándola con rabia—. Vamos.
Se adentraron en el túnel, pasando por encima de las rocas fragmentadas que habían llenado la entrada. Viktor encendió la luz de la mano extra que estaba en su armadura, era un arma de potencia de energía en forma de rayos, pero podía ser utilizada para iluminar su camino a través del oscuro túnel. Incluso contra sus propios deseos, el hombre tenía que admitir que Jinx tenía un talento nato; él y Signed habían trabajado en los soldados que los seguían, todos mecánicos y dispuestos a explotar, de darse el momento, pero el desarrollo, las ideas e incluso, las soluciones, vinieron de la mente desquiciada de la chica de cabellera azul.
Caminaron por quince minutos hasta que la marca fosforescente de la pared les llamó la atención, era como Ekko había descrito, el símbolo de las luciérnagas, eso significaba que estaban justo debajo del centro de Zaun. Las órdenes habían sido dadas hacía mucho, Ahri y Viktor se prepararon, él enviando las direcciones a los soldados sin vida y ella lista para dominar las mentes que pudieran ser un problema, inyectándose una dosis de shimmer perfeccionado, que Jinx había elaborado para que sostuviera mejor control de sí misma al usarlo.
Jinx, por su parte, se alejó por el otro túnel, según Ekko, este daba a la alcantarilla que estaba a dos cuadras del bar La última gota. Viktor sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo mientras la veía alejarse, murmurando por lo bajo y dejando escapar risas quedas, adentrándose en la oscuridad solo con la ventaja de sus ojos violetas con visión nocturna y sentidos agudizados. El tiempo había llegado, a cinco minutos de camino, Jinx sonrió alegremente, silbando una canción por lo bajo mientras sentía el estallido de la explosión.
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Arcane: El renacimiento.
FanfictionPiltover y Zaun colapsan en desgracia después de la explosión causada por Jinx, haciendo que Caitlyn y Vi se vean atascadas en medio del dolor y las responsabilidades. Con un reloj contando el tiempo que les queda juntas antes de que ambas naciones...