El sol se alzaba en el horizonte, mostrando una imagen dantesca de cuerpos que cubría el campo de batalla. Los sobrevivientes movían a sus heridos, se llevaban a sus muertos; los heridos eran tratados por los médicos de Piltover, los muertos eran dejados en bolsas plásticas.
Los noxianos serían devueltos a través de una de las puertas de Hextech en una aeronave, llevándose con ellos a los que perdieron, para que los lloraran u honraran como considerasen; los piltovianos eran trasladados en grandes vehículos, llevados al centro de la ciudad, donde cada familia reconocería a su miembro perdido; los zaunitas serían movilizados hacia Zaun en grupos, allí decidirían qué hacer con ellos.
Era una mañana silenciosa, pareciera como si todos tuvieran miedo de perturbar la victoria con el sonido y que eso los hiciera despertar del sueño, devolviéndolos al campo de batalla, a la guerra y devastación. Aun con su brazo herido, Jayce tomó rápidamente el control de la situación; para pesar de Cait, tenía que admitir que él se había vuelto un buen líder, la experiencia lo había hecho crecer. Era posible que Piltover estuviera en buenas manos, después de todo.
—Listo, señora Kiramman, ya puede pararse —indicó una de las enfermeras, acabando de curar su herida. Cait agradecía la anestesia que evitaba que sintiera el dolor—. Deberá usar las muletas y no poner mucha presión en la pierna, pero estará bien.
—Gracias.
Apenas le dieron permiso de moverse, Cait tomó las muletas y empezó a andar lejos de los demás, avanzando por las familiares calles de Piltover, observando a las familias reuniéndose, o llorando a los caídos. No había visto a Lux, Sylas o Katarina, había querido, pero ella misma no sabía qué decirles, y su mente estaba fija en su hija, quien no había aparecido todavía.
No tenía fuerzas para apoyarlos, para consolarlos, caminaba en un trance extraño, incapaz de sentir nada, su cuerpo usando la memoria muscular para no caer, y su mente espaciada.
No supo cuánto había caminado sino hasta que se vio delante de las rejas de su mansión. No entró.Observó las cenizas y escombros de lo que fue el hogar de su infancia, adolescencia y parte de su adultez, la casa de su familia, el orgullo de su madre. Nadie tuvo que decirle, su padre le había informado del mecanismo de explosivos instalados en la casa por seguridad, sabía que si había tenido que usarlos, él ya no estaba vivo. No lloró, quiso hacerlo, se sentía mal no hacerlo, pero no encontraba las lágrimas en ella.
—Pastelito.
La voz se extendió en el velo del silencio como una caricia melódica. Cait sintió su respiración acelerarse, cerró los ojos, tragando el nudo en su garganta y dándose la vuelta lentamente, su peso recargado en las muletas. Abrió los ojos con parsimonia, con miedo, y sintió el peso de su pecho desaparecer cuando vio a Vi caminando hacia ella, su brazo pasado por encima de los hombros de Cassidy.
Quiso correr, pero no pudo, así que se quedó allí, quieta, esperando pacientemente hasta que ellas estuvieron delante. Cassidy pasó sus brazos por el torso de Cait, abrazándola, dejándola sentir su calor, sus temblores, su vida. Cassidy estaba viva. Cait lloró.
El sollozo escapó de sus labios con una mezcla de tristeza y alivio, su mano apoyándose en la espalda de Cassidy, presionándola más contra ella, como si quisiera fundirla a su cuerpo y nunca más dejarla. Sus ojos se alzaron hacia Vi, suplicantes de tu tacto, y ella no la hizo esperar, acercándose por el lado sano de Cassidy y abrazándolas a ambas.
Había lágrimas silenciosas corriendo por sus rostros, sollozos que rompían la imagen de entereza que intentaban sostener, temblores espasmódicos que controlaban afianzando el agarre una en la otra. Estaban vivas, no estaban bien, no lo estarían por un largo tiempo, pero ahora sabían que tenían tiempo para ir recuperándose.
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Arcane: El renacimiento.
FanfictionPiltover y Zaun colapsan en desgracia después de la explosión causada por Jinx, haciendo que Caitlyn y Vi se vean atascadas en medio del dolor y las responsabilidades. Con un reloj contando el tiempo que les queda juntas antes de que ambas naciones...