Capítulo 20- Compensación.

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Vi había ido a revisar las minas desde muy temprano, la noche anterior Caitlyn había tenido que hacerse cargo del bar después de la medianoche, porque no iba a permitir que Vi estuviera despierta trabajando toda la noche y luego en la mañana fuera seguido a ver a los mineros, así que luego de una discusión sobre como su embarazo no la volvía una inútil, Vi accedió, quedándose dormida casi de inmediato y despertando temprano, cuando recién Caitlyn iba a dormir.

Para cuando Caitlyn despertó, era casi mediodía y Vi todavía no regresaba, así que ella aprovechó para limpiar un poco el lugar. Luego de poner en la cocina a hacer un caldo espeso con algunos ingredientes que Vi había traído, junto con la vieja olla y le fogón, donaciones de agradecimiento, Caitlyn se dedicó a sacar unas cuentas sobre cómo iba el negocio, haciendo un promedio que le indicaba que recuperarían con creces la inversión si las noches seguían igual de animadas y eso permitiría mejorar en cierto grado el estilo de vida que llevaban. El olor indicaba que el caldo estaba listo y esperando por Vi, aunque Caitlyn ignoró a propósito el extraño color rojizo tierra que presentaba.

Decidió meterse a bañar, lavando su cabeza y aprovechando la privacidad para depilarse, últimamente descuidaba ciertos aspectos de su higiene considerando lo agitada que la vida se había vuelto. Cuando la lámina de la cuchilla pasó por sus labios mayores, Caitlyn ahogó un jadeo, meditando los días que hacía que Vi no la tocaba.

Entre apurar la apertura del bar y luego Ahri secuestrándola y todo lo que vino después, simplemente el cansancio y el estrés era demasiado. Normalmente Caitlyn no prestaría atención a eso, porque podía soportar algún tiempo de abstinencia considerando lo tarde que inició su vida sexual, pero desde que ella y Vi había abierto esa puerta juntas, siempre habían sostenido algún tipo de intercambio sexual diariamente, lo cual al parecer le pasaba la cuenta a Caitlyn en esos momentos.

Decidió apartar esos pensamientos de su mente, intentando ignorar la forma en que su interior se contraía ante las ideas y recuerdos que llegaron a ella, terminando su labor y saliendo el baño, sintiéndose considerablemente más limpia y fresca. El clima empezaba a cambiar, se acercaba el invierno y Caitlyn no tenía idea de cómo se pasaba esa temporada en Zaun.

En Piltover solían encender las calderas y calefacciones, se resguardaban en grandes abrigos de pieles y se mantenían calientes, Caitlyn era consciente de que en Zaun eso no sería así, por lo que después tendría que preguntarle a Vi cómo funcionaba todo.

Salió envuelta en la toalla, acercándose a la mesa y observando la ropa que tenía. Sintió como la excitación de su interior seguía latente, por lo que decidió que no podría usar pantalones, y como no tenía intenciones de salir, alcanzó uno de los vestidos doblados al final de una de las pilas del fondo.

Era un vestido sencillo, de un delicado color rosa que nunca había sido atractivo para Caitlyn, pero la suave tela y lo holgado del diseño, que se sujetaba con dos tirantes finos que seguían desde el escote, estirándolo para que se amoldara a forma de lágrima, con el único elástico hallándose debajo de sus senos y el resto de la tela cayendo en una falda suelta hasta por sus rodillas, hacían que ignorase el color y lo usara en momentos especiales, como cuando estaba gruñona e inflamada por su período, o los días después cuando se ponía muy caliente y la costura de los pantalones le molestaba.

Buscó un blúmer que ponerse, escogiendo uno negro de tela ligera, que prácticamente no se sentía cuando se traía puesto, mientras alcanzaba una botella de agua y miraba las bolsas que quedaban por desempacar. Eran solo dos, Caitlyn sacó la primera, donde mayormente había vendas de Vi, algunos calcetines y corpiños ajustados, acomodándolos en la mesa que temporalmente haría de armario, hasta que reunieran dinero para organizar la compra de muebles.

Arcane: El renacimiento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora