2 MINUS 1 - SEVENTEEN
Mientras él intentaba volver a adaptarse al horario de su país, su mente no dejaba de dar vueltas. Podían pasar los días, pero dentro de su hogar la curiosidad carcomía vivo a el chico, vivía solo y el silencio mataba más que cualquier cosa, su casa era demasiado grande como para él, había frío uno soportable para andar con un suéter que su madre decía que era demasiado delgado pero ¿qué más daba? las temperaturas en Canadá eran aún peor que donde vivían, no era muy anormal estar en pleno invierno en una casa fría, porque ya había llegado diciembre, la misma fecha en la que por fin había estado más cerca de la chica que nunca, la misma fecha en la que la historia de ambos se había terminado por impulso del corazón, por él no resistir a estar cerca de ella. El chico bajaba frustrado de su habitación a la sala, se tumbó en el sillón agresivamente y suspiro con cansancio.
- Mejor miraré televisión - tomó el control y la prendió.
Incluso en todo lo que hacía veía frustración en sí mismo, como aún había regresado se suponía que le darían lugar en el hospital a inicios del siguiente año, ya que había terminado el año anterior el otro grado. El chico estaba cambiando sin sentido de canal hasta que se estresó y lo apago. Ni siquiera podía prestar atención a lo que veía, estaba usando energía para algo que ni siquiera le interesaba ver.
- Agh, es que ¿por qué? ¿Qué dije mal? - se preguntaba a sí mismo, no había dicho nada, ella ni siquiera le dio la oportunidad de expresarse y al parecer ni los mensajes habían hecho efecto.
Miraba al techo hasta que de vuelta se estresó y se paró, subió a su cuarto se cambió, se vistió como normalmente lo hacía, después de volver de Canadá había cambiado un poco su estilo hippie a uno más formal, lo que lo llevaba a usar camisetas por debajo del pantalón y abrigos. Solía estar bien vestido en cualquier lugar, había adoptado esa costumbre de la chica y de su típica frase que ella le había dicho más de una vez "sin importar el lugar vístete bien, no sabes que puede llegar a pasar".
- Deja de pensar tanto, solo pasa el rato - y bueno, pasar el rato para él era... Ir a caminar al parque.
Mientras caminaba sus recuerdos volvían a atormentarlo, en ocasiones sentía que nada podría borrar a la chica de su cabeza, ni el alcohol que en una sola ocasión le había llegado a la cabeza en un invierno en Canadá, ni el saber que tiene a alguien más, ni verla bien, nada en absoluto, incluso la lejanía le hacía quererla más.
- ¿Tanto eres para mí? - sé pregunto a sí mismo mientras miraba al cielo.
Había una frase que solía escuchar mucho "cuando más quieres dirigir tu corazón es cuando menos puedes" no podía saber a dónde iban sus sentimientos, pero sabía que poco a poco se hacía más daño a sí mismo por el hecho de no saber qué hacer con ellos.
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- Sanmi - la voz de esa persona en la que pensaba apareció como si del destino se tratara.
- Creo que ya estoy enloqueciendo - rio como un tonto sin saber que pensar.
Volteo a ver, topándose con la chica vestida como casualmente lo hacía, ella parecía buscar algo desesperada.
- Merlí - el chico sonrió sabiendo que el destino podría estar de su lado.
Noto que una pequeña pelusa salía de unos de los arbustos acercándose a la chica.
- Por dios Sanmi me metiste un buen susto, pequeña - la chica lo tomó en sus brazos con demasiado cuidado.
- ¿Es tuyo? - el chico se acercó asustando a la chica.
- Ay Dios santo - la chica se asustó de inmediato a lo que el pequeño gato se asustó como la misma que le cargaba.
La chica vio al chico bien vestido, realmente le gustaba el estilo que él tenía ahora, era tal y como siempre había deseado verlo, aunque tratara de negarlo en su cabeza ella se repetía que incluso era más guapo de esa forma. Él se rio un poco de la chica, eran como lo mismo, su gato y ella lo eran.
- Lo lamento, la costumbre - la chica le miró fijamente a los ojos y en cuanto no aguanto retiro la mirada.
Era extraño, aunque pasarán los años, simplemente no podía verlo a los ojos sin retirar la mirada, con el resto de las personas sí podía, ella era la última persona en retirar la mirada, pero con él era diferente.
- Vámonos Sanmi - el chico tomó a la chica del brazo con cuidado.
- ¿Por qué haces esto? - le preguntó el chico.
- Eres... ¿Sabes qué? Olvídalo, no tiene sentido darte explicaciones, ya hace años me explicaste tú las tuyas así que no creo que haya algo que aclarar - la chica se sentía dolida al decir eso.
Solo recordar todo le lastimaba, hace años no tocaba el tema así que ¿por qué ahora?
- No me diste la oportunidad de siquiera explicarte, es frustrante para mi - la chica le miró.
- Justo ahora, así que ahora sí te frustras, tuviste 5 años para preguntar y lo dices justo ahora - el chico se sorprendió.
El chico la miro fijamente y con cuidado, aquel pensamiento paso por su mente "¿Así que nunca supo que él se había ido a otro país?"
- ¿No supiste? - el chico se posicionó cerca de ella poniéndola nerviosa - ¿no leíste mis mensajes?
- ¿De qué? Sé claro - el chico sentía un poco de decepción.
- Tengo una pregunta para ti, después de lo que paso en esa discusión que tuvimos en la escuela ¿nunca te molestaste en saber de mí? - ella negó intentando hacerse la fuerte y el rio con desagrado y tristeza - me siento como un perro detrás de alguien a quien no le importo - la chica frunció su ceño - bien, yo...me confundí, creí que yo te gustaba porque tú me gustabas, no sé... pensé en muchas cosas - él suspiró sintiéndose atormentado - lo lamento, por todo lo que hice, por todo lo que dije, prometo no volver a molestarte nunca más - sonrió con un rostro claramente decepcionado - lo siento - el viento de invierno movió su cabello en cuanto él se giró, el perfume inundo dentro de ella y él camino apresuradamente para alejarse de ella, tenía ganas de volver y decirlo todo en su cara, pero eso no cambiaba nada.
- ¿Qué rayos fue eso? - se preguntó a sí misma la chica.
El chico camino rápido a casa y se tiró en el sillón, sentía su corazón arder, se sentía mal, incluso después de todo había creído en el destino, había confiado en su sueño donde la conoció.
- ¿Por qué duele tanto? - se preguntó a sí mismo.
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You're Enough
Teen FictionDespués de aquel sueño, Merlí despierta confundida, pero todo da vueltas cuando aquel chico aparece frente a ella, en su mente cruza un pensamiento ¿podría ser feliz? - Eres más que suficiente para este mundo... - Saga: Look Here - Historia hetero...