Guess, who is going to marry?

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I Choose You - Forest Blankk

Faltaban dos días, en dos días ambos serían el uno para el otro de manera oficial. La chica bailaba un vals de la mano de él, la música suave se metía en el oído de cada uno de los presentes, Ethan se encontraba en el centro de la sala bailando junto a ella, la hermana del chico se encontraba mirando a la pareja bailar tan en lo suyo que había comenzado a llorar, la madre del chico y la de la chica miraban desde la cocina de la casa de ambos, ahora que se casarían.

- Creo que debería de decirle ese día a tu madre que le agradezco por tener un hijo maravilloso - la sonrisa de él se extendió aún más.

- ¿Estas intentando robarte mis frases? - ella asintió sin vergüenza - no te dejare que lo digas, pequeña ladrona.

- Te quiero ver deteniéndome - ella se burló de la respuesta de él.

- No puedo justo ahora, están nuestras madres y la metida de mi hermana - susurro al oído de ella.

Ella solo se río de lo que el chico decía y negó con la cabeza.

- No deberías decirle así a mi cuñada - él arrugo la frente.

- Hablando de eso, ¿y tu hermana? - preguntó el chico confundido.

- Eme está en medio de su desastre, está probándose uno y otro vestido, deja todo para el final y por eso ahora está en esa situación - el chico solo sonrió - pero llegara en un rato.

- Muy bien - la hermana de él se levantó interrumpiéndolos - es hora de volver a casa - él la miro como si fuese la cosa más extraña del mundo - ¿creíste que dormirías con ella? No, no y no. Eres mi hermano, pero no confió en tu palabra. Necesito que, mi bella nueva hermana, descanse bien dos días antes de la boda, no la dejaré en la boca del lobo, yo no sé qué cosas puercas este pensando tu mente en hacer.

Merlí se volvió un tomate en cuestión de segundos, si bien las madres de ambos no lo habían oído había sido vergonzoso.

- Eres ofensiva - su hermano le miro con los ojos entrecerrados - tus pensamientos deben estar llenos de suciedades. 

- Da igual, linda, Eme te acompañara los dos días que siguen - sonrió con mucha alegría.

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La chica se vio al espejo, las lágrimas estaban por escapar de sus ojos, se veía hermosa y en lo más profundo de esa imagen que miraba, era capaz de mirar a esa niña dentro de su corazón, esa niña que le repetía que tan feliz estaba. 

- Que hermosa - Ashi hablo al verla al espejo.

- Amo las bodas - la hermana menor de la chica hablo con felicidad.

- Adivinen ¿Quién se va a casar? - ambas hermanas señalaron a la chica en aquel vestido blanco y largo.

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Aquella música comenzó a sonar como una suave melodía que resonaba sobre los oídos de ella, estaba tomada del brazo de su padre, suspiro ligeramente y asintió a su padre. 

- Estoy lista - su padre acaricio la mano de ella y comenzó a avanzar.

El brazo de su padre le recordaba a donde tenía que ir. Las miradas de todos se posaron sobre ella, aquel vestido largo y blanco se arrastraba sobre el suelo entre los pétalos que Emeli había decidido poner, los ojos de él se posaron sobre el hermoso rostro de ella, su cabello recogido en un amarre a lo alto de su cabeza, dejaba que algunos rulos de la chica escaparan del peinado, el velo detrás de la cabeza de ella, el corte del vestido en la parte superior hacia sonreír al chico al ver que aquel collar que solía llevar siempre, había persistido hasta el día de su boda.

- Es toda tuya - el padre de ella entrego la mano que cargaba con mucho cuidado y la dejo reposar sobre la del chico. 

- Espero que lo estes disfrutando, me volvería a casar contigo cuantas veces sean necesarias, pero claro, la primera vez siempre será la primera vez - ella asintió ante lo que le susurró.

- Las mangas largas en los vestidos son la mejor cosa que se le pudo haber ocurrido a un diseñador - una pequeña risa se escapó de sus labios.

Esa chica era su perdición.

You're EnoughDonde viven las historias. Descúbrelo ahora