I didn't know I liked it...

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Maybe - James Arthur

Las personas no sabemos lo que somos y lo que tenemos, nadie sabe que es lo que realmente queremos hasta que aparece algo que nos enseña que es aquello. Al principio todo era dolor, tristeza, enojo, ira y odio a aquello que me hacía daño y aquello que me dolía y me hacía entristecer era en sí una forma de sentirme débil y sin valor. Después de esa noche todo cambió, todo cambió para mí por el simple hecho de que esa persona a la que había visto parecía más débil que yo, más sensible que todo lo que me rodeaba, fue complicado de entender cuando desperté. En camino al primer día de clases iba callado, pensando una y otra vez en aquella chica de ojos lindos, cuando entré a la escuela, trataba de borrar la imagen de esa chica que me había llamado la atención, sentía desilusión porque en serio creía que ella no existía, aunque mi respiración prácticamente se detuvo en cuanto la vi.
Facciones delicadas, extrañamente todo en su cara no era perfecto, pero al verlo todo unido era perfecto. Ojos pequeños, nariz mediana, labios pequeños, mejillas formadas a su cara, su altura baja le hacía verse tierna, nada de maquillaje; pero más allá de la belleza exterior, no era lo único en su cara: ojos cansados, comisuras decaídas, silenciosa, rostro tímido e incómodo. Era obvio que más allá de aquella capa había más. En cuanto mi mirada vio la de ella me sentí atrapado, ella me observó unos segundos y retiro la mirada, aun si ella no deseaba mantener la mirada y aunque la desquitara de ella no me quitaba la imagen de ella de mi cabeza. Como todos, no sabía lo que quería hasta que la vi, no sabía cómo lo haría, pero si sabía algo... Es que no dejaría tan fácil algo que me había llamado la atención. Incluso cuando había demasiadas personas ella era lo único que observaba, podía parecer tonto, pero era real, ella se veía más que todos, era diferente sin querer.
Por más que tratara de acercarme, era como si supiera que era lo que seguía, media todos sus movimientos con tanta exactitud que me daba miedo todo, trataba de mantenerse alejada de mí, así como del resto. No parecía querer ser parte de la sociedad, no tenía que interesarse en el mundo, estaba metida en una burbuja propia, en varias ocasiones la veía comiendo sola en el salón, alejada del resto, tarareando canciones. Casi siempre enfocada en su mundo. Por más que ella lo tratara de esconder, veía sus preocupaciones en sus ojos, veía su tristeza, muchas veces la vi entrar al salón con los ojos rojos o llenos de lágrimas. Vi su nerviosismo, el movimiento de sus manos y piernas cuando estaba estresada, el frío en sus manos denotaba que estaba sufriendo.
Cuando me dejaba estar a su lado era un milagro del cielo, poco a poco me fui acostumbrando tanto a ella que parecía que la siguiese y ella se daba cuenta, me miraba raro y cuando por fin me pregunto por qué la seguía, quería mentir y decirle que iba a un lugar que estaba cerca de donde iba ella, pero era prácticamente imposible hacerlo, era tan llamativa que no tenía vista en otro lugar y mi cabeza solo se llenaba de ella, mi corazón latía como loco cada que ella estaba cerca, así que seguirla era un hobby para mí, simplemente era imposible mentir y decir cosas falsas porque ella ya se había dado cuenta.
Poco a poco con el tiempo sentía una clase de conexión con ella, que extrañamente le hacía realizar acciones sin pensarlo, protegerla sin saber, armaba peleas con el fin de proteger a esa chica, sin querer estaba en el momento correcto para protegerla, quería borrar los malos recuerdos en la mente de ella, quería limpiar yo mismo las lágrimas del rostro de la chica, quería ser la causa de sus sonrisas y de su felicidad. Avanzó más allá de aquello que me había propuesto.
Comencé a ser el soporte y soportar las cosas, hacía algunas cosas a la chica con el fin de sacarla del mundo cruel y doloroso, hacer que su cabeza pensara en lo bueno y hacerle ver los momentos buenos de la vida y recordarlos, evitar marcarse por aquellos momentos malos. Con el tiempo el mirarla de lejos sin que ella se diese cuenta era mi pasión, aunque pareciera acosador. Hasta que mi "acoso" comprendí que era un sentimiento, al que conocían como enamorarse. Mi vida se basaba en ella cuando la acepte, pero aun así parecía no ser tiempo de ser feliz, porque todo parecía venirse abajo en el mejor momento, cometí un error que ahora puedo decir que no lo cambiaría, mi vida cambió y tampoco la cambiaría, porque al final de cuentas todo lo que hay a nuestro alrededor ocurre y tiene un origen con su propia razón. Tendría que hacer miles de rituales al destino si me dijeran que lo cambiaran, el destino era la razón y no, no quería que el destino cambiara lo que ahora estaba pensando.
Y ahora le miraba a ella, sus ojos cerrados, las pestañas largas que tanto amo, aquel rostro que desde mi punto de vista era perfecto, el rostro feliz, relajada, dulce y serena. Era difícil creer que en verdad estaba viviendo la realidad, pero cada que siento un solo roce de ella, es traerme de vuelta y decirme que es real. No lo hubiera imaginado, quien hubiese imaginado que una chica de la que te enamoraste en tus sueños ahora mismo estaría frente a ti, durmiendo con aquel rostro angelical que solía tener hasta que se enojaba.

- ¿Qué tanto me miras? - me preguntó con los ojos cerrados.

- Que eres tan hermosa - dije quitando algunos cabellos de su cara.

Se dio la vuelta y me miró.

- ¿En serio soy bonita? - su pregunta era algo que podía contestar con certeza.

- Demasiado que siento que voy a quedar ciego - bromee.

- ¿Acaso eso lo sacaste de una canción? - se burló ella, recordó de donde y le miro con los ojos entre cerrados - ¿crees que no reconoceré la letra de una de mis bandas favoritas? - rodó los ojos sabiendo lo que seguía.

- Me atrapaste, pero lo digo en serio, ¿Cómo puedes ser tan hermosa? - ella sonrió con orgullo - lastimas mi corazón con tanta hermosura - ella rio ligeramente.

- Basta, eres muy cursi - se cubrió con la almohada.

- Soy muy cursi por ti - sonrió mientras yo no podía evitar sentirme feliz.

Se abrazó a mí, a lo que yo solo le acaricié el cabello hasta que como siempre nos pasaba, ambos nos quedamos dormidos ahí como si nada.

"Las estrellas brillan por la noche, cuando ni siquiera la luz de la luna es suficiente para cubrir su brillo que se esfuerza por cruzar millones de metros y años desde el cielo para llegar a nuestros ojos, se una estrella, no dejes que una pequeña luz te hunda, si brillas, incluso la luz más fuerte no lograra cubrirte, su brillo se terminara y al final todos, absolutamente todos, brillaremos. Es... destino."

-Look Here

You're EnoughDonde viven las historias. Descúbrelo ahora