You're Enough

Flame of the Heart in Love

DEMI LOVATO - SUNSET

Podía parecer loca, y en parte era como una fantasía, la chica estaba ahí con él, subían las escaleras con prisa, él ya estaba cansado, ella también, pero la emoción le ganaba más, la Torre Eiffel, todo un sueño ¿no? lo habían logrado, ambos habían conseguido dos semanas vacacionales y con ya 29 años se encontraban en una carrera por subir las últimas escaleras.

- Loser - se burló ella de él al verlo prácticamente sacando el aire.

- Mala idea Ethan, una muy mala idea - se dijo a sí mismo - ¿no que no te gustaba competir? - le grito desde unas cuantas escaleras bajando.

Ella sonrió feliz.

- Bien, tendrás ventaja - ella se sentó en la grada y cerró los ojos.

Después de unos minutos, unas manos cálidas se posaron en sus mejillas. Abrió los ojos y encontró a él muy cerca.

- Oh, te puse nerviosa - miro con una sonrisita satisfecha a ella.

- No me agradas - negó ella y se levantó, comenzó a seguir subiendo mientras que él le seguía, una vez subieron a la cima ambos se miraron contentos y se abrazaron.

- Lo logramos - ambos brincaban abrazados y las personas a su alrededor los miraban con ternura.

- Más al rato me va a dar dolor en las piernas - se quejó él.

Una vez tuvieron fotos suficientes bajaron en un elevador que había dentro.

- ¿Quieres comer? - ella lo noto un poco nervioso, pero decidió ignorar eso, así que asintió.

Caminaron solo un poco y entraron en un restaurante, ella hablaba emocionada y él también, aunque él parecía estar perdido en otro mundo, pero el tiempo se le estaba acabando y necesitaba soltarlo ya o así se prolongaría de día en día y jamás lo diría.

- Merlí - ella volteó sonriente a verlo dejando de lado su postre.

- Mande - sonrió sin enseñar los dientes.

- No nada - él sacudió la cabeza dejándola confundida.

- Vamos a los campos Elíseos - él sonrió.

Caminaron tomados de la mano a aquel campo. Estaba tranquilo, había silencio, así que él decidió hacerlo justo en ese instante.

- Merlí mira allá - señaló detrás de ella y ella reaccionó de inmediato volteando.

Era ridículo lo que estaba haciendo, tomó la mano de ella y con mucha rapidez dejó sobre ella aquel aro de oro con piedras.

- No hay... - se detuvo al ver que él había dejado algo ahí - ¿Qué es esto? - pregunto incrédula.

Podía sentir que era, pero no lo creía, al abrir su mano sus dudas se confirmaron, un anillo. Él se rascaba la nuca con nerviosismo.

- Es una clase de... Propuesta de compromiso - Ella le miraba en shock.

- ¿E-estas hablan-do en ense-enseriio? - Él sonrió apenado.

- Sorpresa - dijo tratando de aligerar el ambiente.

- Debes estar bromeando - Ella le miró fijamente.

- No me mires así - soltó un suspiro - si no quieres solo dilo, solo no te enojes, sé que puede que sea algo muy incomo...

Se detuvo después de que ella le besara.

- Hablas demás la mayor parte del tiempo - sonrió dándole el anillo de vuelta.

Y no, no era un rechazo, pero se sentía indignada de que ella tuviera que ponérselo sola.

- Ponlo, estoy loca, pero lo suficientemente bien de la cabeza como para no ponerme el anillo yo sola - se quejó.

Él solo rio ligeramente de eso y le puso el anillo con cuidado para después acariciar la mano de ella y la beso, provocando un sonrojo en ella.

- No seas cursi - se quejó ella.

Ambos después de un largo tiempo en el que ella no dejaba de emocionarse y él no dejaba de escucharla, ella incluso ya estaba planeando todo, incluso mejor que lo que él había hecho. La mirada de ella los siguientes días se dirigían constantemente a aquel anillo y por supuesto, no perdió el tiempo para presumírselo a sus familiares y amigos, estaba ocurriendo, su destino soñado estaba ocurriendo, era momento de ser feliz, esa era su felicidad.