You're Enough

Although time passes...

There's nothing holding me back - Shawn Mendes

Se conocieron en primero, por un sueño antes del primer día de clases, cuando se vieron el primer día de clases ambos se sorprendieron y estuvieron desconcertados, luego se acostumbraron a la presencia del otro todos los días y aunque ella no lo aceptará, ambos comenzaban a sentirse como más que solo una relación de amistad. Aunque no pareciera... El tiempo pasaba, pero para ellos eran solo recuerdos más que iban juntando, sonrisas, lágrimas, melancolía, dolor, felicidad, días juntos que compartían con cada una de esas cosas. Él siempre solía ser alguien extrovertido, hablaba con todos se llevaba con todos excepto con las chicas con ellas siempre se alejaba, aunque con una de ellas no e incluso podría llegar a ser alguien callado y muy atrevido junto a ella. Merlí era alguien introvertida, siempre odiaba estar cerca de las personas, se asustaba por todo, sin importar el momento tenía cara seria o triste, aunque con él era distinto, sonreía, hablaba y podía llegar a ser como un rayo de luz despierto.

- Estás mal de la cabeza - se quejó ella.

- Auch - se sobaba donde le había golpeado la chica.

- No es así, es "although" - el chico puso cara de indignación.

- Ja, que ofensa - el chico se quejó.

Ella lo volteo a mirar fijamente, él se comenzó a poner nervioso.

- No me mires así, parece que me comes con la mirada - la chica puso cara de asco.

- Eso sería asqueroso, te dije, estás loco, que no ves que estaba en mi viaje astral, pero estas en mi camino - el chico suspiro - ¿y ahora tú qué? - el chico volvió a su posición nerviosa.

- ¿Sabes qué? - la chica le miró con rareza - tengo hambre, iré a la cafetería y vuelvo.

Ella lo vio irse y desaparecer por la puerta. Sonrió y luego se rio un poco de él.

- Cute - sonrió hasta que se dio cuenta de lo que dijo.

Tomó la libreta del chico y vio un dibujo de dos personas tomadas de la mano frente a un campo, ella era más baja que el chico. Detrás de él dibujó había un texto.

Para: M̶e̶r̶n̶o̶o̶o̶o̶o̶o̶o̶o̶o̶o̶o̶o̶ x̶d̶ noooooo, no y no
De: mi :)
Pues que puedo decir... Es una declaración de amor a lo que yo le digo un no es necesario que digas que si solo que lo sepas....

No termino de leerla, ya que se la arrebataron de las manos.

- Eh - la chica volteo y vio a Ethan muy cerca de ella, todo rojo.

- NO LEAS ESO - la chica sonrió con complicidad.

- ¿Pará quién es? - preguntó ella con curiosidad, aunque por dentro sentía tristeza a lo que ella miro a lo lejos.

- No es para nadie - ella le miró con los ojos entre cerrados.

- No te creo, vamos dime, quiero saber quién es, dime, dime - seguía molestándolo mientras lo jalaba por los hombros.

La escena por detrás no se veía tal y como una discusión desde la puerta, y eso lo confirmó una vez que entró la amiga del chico, Diane.

- Okey - la chica se separó de él de inmediato.

- No pienses en nada de ese tipo - dijo la chica - tienes una mente sucia, Diane.

- Sabía que había algo entre ustedes dos - Diane sonreía con victoria y gusto.

El chico aún estaba tratando de deshacerse de la carta así que aprovecho el momento y corrió a donde Diane.

- No me sigas - el chico señaló a Merlí mientras se escondía detrás de Diane - Voy a hablar con Diane y regreso, no toques mis libretas o a la próxima te juro que no dejaré otra vez mi mochila contigo.

Diane reía por la escena, realmente se veían tiernos y como un par de novios.

- Eres un charlatán - le grito la chica.

- Lo haré, lo juro - fue lo último que se escuchó antes de que el chico se alejara mucho del salón.

Y así pasaban más años en los que ambos se llevaban mejor, Ethan le había confesado a Diane que le gustaba Merlí, Diane se había vuelto loca ante la confesión y desde ahora hacía un arduo trabajo porque el destino siguiera juntándolos. La chica se sentía más a gusto y en especial cuando no había tenido problemas fuertes con su madre, todo parecía marchar mejor de lo común y eso no tenía mucho sentido.
Y pronto crecían con dificultades y todo, pero lo hacían.
Siempre que se acercaba a tratar de confesarse con solo ver a la chica sonriendo o siendo feliz, todo en él se revolvía y se olvidaba de que decir. Realmente la chica no odiaba la vida que llevaba, pensaba en su lugar que por algo había pasado todo, amaba el laboratorio y poco a poco le tomaba cariño a su carrera, con todo y sus dificultades.

Incluso cuando el tiempo pasaba, ambos estaban detenidos en su propia máquina del tiempo.

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