I'm not going to see you anymore

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ANYMORE - SOMI

Si bien ambos se encontraban en el mismo equipo, nunca había un momento perfecto y privado para que ambos conversaran y eso siempre lo frustraba a él. Merlí, a diferencia de él, ponía todo su esfuerzo en evadirlo, tenía miedo y eso la hacía sentirse peor, cuando se acostaba en su cama por las noches, el recuerdo de aquel beso volvía, ¿se arrepentía? claro que sí, pero en su mente el pensamiento de "sigue así y lo arruinaras todo" se repetía. 

- Es inútil - una lagrima rodo de sus ojos a sus mejillas. 

El silencio de la noche la hacía sobre pensar más en lo que sucedía, se levantó de su cama, intento no hacer ruido para no despertar a sus hermanas. Sus ojos se dirigieron a la puerta del cuarto de sus padres, se encontraba cerrada. Siguió caminando hasta llegar al ventanal de la sala que daba una perfecta vista hacia el cielo, estaba oscuro, algunas estrellas iluminaban dentro de toda la oscuridad, miro con ilusión a la luna. 

- Yo - sus ojos se llenaron de lágrimas y el nudo en su garganta le evito hablar por unos segundos - no quiero esto, él me gusta, pero tengo miedo, ¿qué más puedo hacer? - las lágrimas bajaron sin detenerse - solo quiero ser feliz, pero lo sé, no puedo hacer esto sí quiero ser el mejor ejemplo para Eme, ¿que se supone que haga?

Se envolvió en si misma en un intento de ahogar sus penas, con su cabeza recargada en el cristal, se desahogó bajo la tenue luz de la luna en medio de la oscuridad. 

A la mañana siguiente, Ethan la vio, estaba sentada en un banco a un lado del pequeño jardín donde habían hablado la primera vez. El cabello de ella estaba hecho en una pequeña trenza que caía sobre su hombro, el ligero viento agitaba su flequillo que ella intentaba acomodar cada cierto tiempo. Corrió dentro del salón y dejo su mochila en su asiento que ahora se encontraba más lejos del de ella. Salió a donde estaba ella, su vista estaba fija en el este donde el sol comenzaba a salir, tenía sus audífonos puestos y parecía desinteresada en su alrededor. Con cuidado se sentó a su lado y ella al notar su presencia intento levantarse.

- Merlí, quiero hablar - hablo rápidamente. 

- ¿Acerca de qué? - pregunto aun parada - si es sobre el proyecto puedes esperar hasta que empiece la clase.

- Vamos, no puedes olvidar de la noche a la mañana algo por lo que me evitas - sonrió con dolor y tristeza.

- No quiero hablar sobre eso - dijo sin mirarlo.

- Tu no, nunca quieres hablar sobre eso - dijo con agresividad el chico mientras se paraba - para ti todo está bien porque solo tienes que ignorarme, ¿y yo que?, a mí nunca me preguntaste si estaba bien con eso - le miro con incredulidad - te alejas de mí de un día para otro y si, te di tu espacio, ¿qué pasa con nosotros? seguiremos...

- ¿Cual "nosotros", Ethan? - pregunto intentando mostrar desinterés.

- No digas eso, lo sabes y es mejor que no digas eso - la conversación entre ambos eran como dagas que atravesaban el uno al otro con cada palabra que decían.

- Acepta la realidad, yo ya la acepté - le dijo sin verlo.

- ¿La realidad? - pregunto viéndola con un rostro de no creer - es la realidad que tú quieres ver, no la que es - dijo viendo como sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas - sé que fue un error - hablo más calmado - sé que no debí de hacer eso...

- Si, nunca debimos conocernos, tampoco ser amigos, ese beso no debió de haber ocurrido y entonces esto no estaría ocurriendo - dijo ella con dureza mientras su voz se comenzaba a quebrar.

Ella miro a sus compañeros comenzar a llegar uno tras otro y dirigir su mirada a ellos, con rapidez camino lejos de él, Ethan repetía su nombre sin moverse de donde estaba, pero ella no regreso y así fue como ambos se hirieron sin lograr arreglar nada.

....

- ¡¿Qué dices?! - la madre se gritaba con el hombre enfrente.

- Si, lo que oíste - ambos estaban por empezar una de esas discusiones en donde podían llegar a los golpes.

- Basta, aceptaré - la madre miro a su hijo asustada - yo sé que no te gusta la idea y a mí tampoco, pero es la última orden tuya que obedeceré. Así como lo oyes papa, iré los 5 años de la carrera y volveré para hacer la residencia acá - el padre sonrió con victoria - no es solo así, mamá tiene que obtener la casa y la custodia de mi hermana, ambos se van a separar y punto, son mis condiciones.

- Nah, igual no necesito este pedazo...

- No te atrevas a insultar a mi madre, jamás has hecho nada por mí, ella me ha hecho crecer no tú, por mí te hubiera mandado al carajo desde hace años, no tengo nada que perder aquí nada más que a mamá y a mi hermana, estoy aceptando con todas esas condiciones y además con el hecho de que una vez que regrese no quiero recibir ninguna orden tuya - la madre estaba hecha un mar de lágrimas - ahora si me disculpan voy a salir.

El chico salió de la casa a caminar, llego al parque donde beso a la chica. Una vez ahí se soltó a llorar, el parque era bastante solitario así que no le importo.

- Todo paso por algo, quizá lo correcto era no estar juntos para que no doliera tanto - el chico sujetaba su cabeza y se jalaba el cabello en su desesperación.

5 AÑOS DESPUÉS...

Iba rumbo a la plaza, iba junto a su compañero de trabajo, ambos se llevaban muy bien, tenían gustos parecidos así que habían encajado bien desde el inicio. A pesar de todo lo que había dicho Merlí de no volver a tener ningún amigo esto era diferente, su amigo era homosexual así que no le molestaba de ninguna forma, además él era una buena persona y tenía a una buena persona a su lado.

- Si serás - se quejó la chica.

- Me parece una ofensa qué trates a tu mejor amigo de esta manera - la chica sonrió ampliamente - pequeña mocosa.

- Quien tiene mocos eres tú - mostró su lengua de forma divertida.

- Maldición, está bien, solo di que quieres comer - la chica brinco ligeramente en su lugar - no seas idiota, vamos bajando las escaleras, te vas a golpear.

- Hey, boy. Logre ganarte en algo que creí que jamás haría - el chico sonrió.

Y sí, estaban discutiendo acerca de que le debía una comida porque el diagnóstico del niño que habían atendido estaba correcto.

- No lo entiendo solo tienes 23 y yo que tengo 28 no pude saber que era, además yo lleve enfermería que me haya salido de la carrera es cosa aparte, eres un cerebrito - la chica sonrió - aun así, me acerque a la respesta - la chica hizo una mueca de desagrado.

- Acepta que perdiste - la chica le señaló con burla.

Merlí casi al final de las escaleras se puso a rebuscar en las bolsas unas galletas, tanto que no se dio cuenta de que ya iba en la última grada, piso mal y chocó con alguien que apenas iba dando la vuelta para subir.

- Auch - dijo sobándose el codo.

La risa de su amigo se escuchaba por detrás de ella, al ver a su amigo morir de la risa mientras estaba ella en el suelo, decidió cobrar venganza después de que se levantara.

- ¿Merlí? - esa voz la reconoció de inmediato.

You're EnoughDonde viven las historias. Descúbrelo ahora