A good start, a good end

10 2 2
                                    

KODALINE - WHEREVER YOU ARE

Relativamente aquella chica ya llevaba 3 años en coma, era complicado para él, su hija, prácticamente para todos aquellos que rodeaban a la chica antes del accidente. Como uno de los tantos días monótonos él entraba a la habitación de ella, de su esposa que sabía que no respondería.

- Merlí, ya pasaron 3 años, ¿por qué no despiertas? - dijo derramando lágrimas.

La puerta fue ligeramente abierta por aquella chica que hace poco había empezado la secundaria, miro a su papá sentado y cerro mientras se sentía confundida, se encerró en su cuarto y lloro. Había sido duro, su madre había tenido un accidente junto a ella, llego al punto en el que no sabía a quien culpar que incluso pensó en su padre, si su padre hubiera estado ahí ¿hubiera pasado o no? Aun sin respuestas se dejó caer en su cama, la puerta de su habitación fue tocada, la chica se reincorporó mientras mencionaba "pase".

- Annie - hablo May entrando por la puerta - mi niña, traigo regalos.

- Tía May - ella era la madre más cercana que tenía.

Desde que su madre estuvo en coma, May había cuidado de ella y de su padre, así como le hubiera gustado a su mejor amiga, pero esta vez la razón de que ella estuviera ahí era distinta, había notado que la hija de su amiga tenía rencor a su padre por no estar cuando ocurrió el accidente, tenía que hablar con ella, así como Merlí lo hubiera hecho.

- Mucho helado - mencionó feliz dejándolo sobre la cama - ahora voy a contarte mucho.

Tomo su tiempo dejando que la niña tomara helado y que estuviera preparada.

- Tengo una pregunta - la niña le miro - ¿pasa algo entre tu padre y tú? - ella negó con duda - se sincera.

La menor dejó caer sus manos unidas a su regazo, suspiro y miro a May.

- Él... No estuvo cuando paso eso, si él hubiera estado todo eso no hubiera pasado - miro con lástima a la niña que lloraba - él nunca estuvo en mi infancia.

- Entiendo, tu madre tuvo el mismo problema con su padre, su padre trabajaba en las tardes y ella estudiaba en la mañana, solo se veían unos minutos por la noche o ni siquiera eso - relato a la menor - discutía con él y a veces sus discusiones eran más agresivas de lo que parecía - miro a la niña - ¿sabes? tu madre siempre tuvo la respuesta a todo, si ella estuviera aquí, seguramente te hubiera contestado que no podría haber cambiado nada que él estuviera ahí.

- ¿Por qué? - pregunto.

- Tu madre tenía ideales... subidos de tono, siempre dejaba que la vida siguiera su curso, ¿sabes por qué? - la menor negó - era fiel creyente de que el destino estaba escrito, hiciera lo que hiciera no podría cambiarlo y si intentaba hacerlo todo sería peor - la menor parecía asombrada - era una persona de pensamientos profundos que nunca dejaba cosas sin resolver - reviso su bolso y saco una libreta - es para ti, es de tu madre, es una libreta donde ella escribía lo que pensaba de cada cosa que le pasaba, siempre analizaba todo hasta que tenía una conclusión - la menor tomo el objeto con cuidado.

- Gracias tía - habló.

- No tienes que agradecer - palmeo la cabeza de ella - mi amiga hubiera querido esto, estoy devolviéndole el favor, ella evitó un montón de veces que acabara conmigo - sonrió con tristeza - mi mejor amiga era un ángel que me salvo y que tengo la responsabilidad de devolverle el favor.

Se levantó de la cama y tomo su bolso.

- Quédate con el helado y no discutas con tu padre, él fue la persona que salvo a Merlí de aquellos malditos demonios de adolescente - sonrió antes de retirarse.

La chica había mirado fijamente aquella libreta, decidió leerla, apenas la abrió una nota cayo de dentro. Aquella nota traía tantas frases que con lo poco que había conocido de su madre no le era difícil saber que era su letra y sus típicos pensamientos.

- "Muchas veces pensé que la vida solo me traía problemas porque era un imán de ellos, pronto me di cuenta de que cada logro tenía su esfuerzo, amarse a sí mismo no era fácil, encontrarte a ti mismo tampoco - leyó en un susurro - afrontar los problemas con solo tener 16 años no era cosa fácil, a mi edad los problemas se ven tan grandes que las soluciones están demasiado perdidas, tenemos montones de demonios sobre nosotros que nos llevan a la locura y nos hacen perdernos, es como estar en una habitación oscura mientras oyes voces a tu alrededor - tomo un respiro y continuo - culpamos cualquier cosa para no sentir ese pesor de culpa o nos lastimamos a nosotros mismos incluso culpándonos sin razón. Lo he entendido, así como las personas se van así vienen, todo es cuestión de lo ya escrito, por muy mala que sea la persona que aparezca en tu vida tiene su razón de ser, cada una de ellas aunque las olvidemos forman parte del pilar del que nos construimos y de nuestro destino ¿por qué molestarnos con aquellos que se burlaron de nosotros, nos hicieron llorar o nos ignoraron? solo es cuestión de seguir y no dejar que vuelva a pasar, porque en realidad cada persona cumple una función en nuestra vida, ya sea mala o buena, una vez cumple su función se va. Cuando yo no esté aquí, me iré feliz, porque sé que seré feliz, feliz con lo que tuve y lo que fui, sea a la edad que sea, solo que esa ida no la decidiré yo, una vez que cumpla mi función en la vida de otro, sabré que llego el momento" - termino de leer con lágrimas en los ojos.

La niña se sintió culpable por llorar cuando su madre no hubiera querido eso.

- "Ahora estando así me pregunto ¿cuántas veces le exigí al cielo acabar con mi dolor, con la tristeza? Miraba las estrellas y las contaba mientras lloraba, porque el cielo era tan hermoso y la tierra tan cruel, en la tierra ocurría de todo, en el cielo no pasaba nada, él... él es como aquel cielo, cuando estaba a su alrededor la tranquilidad nacía de vuelta, cuando volvía a la realidad el mundo ardía, dolió mucho estar separados, pero al final valió la pena - la chica no podía pensar en nada más que en que el destino de nuevo los había separado - mi cielo está a mi lado, ahí se quedara siempre, cuando lo necesite simplemente llegara, no se trata de vivir apegado al amor, se trata de encontrar un lugar seguro donde todo esté bien, obviamente existirán problemas, pero todo tendrá sentido, se lo prometí, hoy se lo prometí, incluso en mi último respiro, pensaré en él y en todo lo bueno que pase junto a él"

La niña dejó la libreta sobre la cama, se sentía culpable con todo, porque si, había culpado a su padre sin saber que su madre siempre tuvo la respuesta, su padre no tenía la culpa, ninguno de ellos.

- Papá - corrió a donde él sin siquiera seguir leyendo aquella libreta.

Abrazo a su padre y comenzó a llorar, no era justo, lo había torturado por tres largos años, por un simple pensamiento. Su padre estaba sorprendido, en tres años su hija nunca se había acercado tanto, ella se había vuelto lejana a él, por más que intentaba acercarse a su hija esta no le dejaba, pero hoy era diferente, las lágrimas derramaron de sus ojos.

- Lo siento papá - May nunca se había ido, así que desde la puerta miraba a ambos.

- Merlí, despierta, ya fue suficiente dormir - se burló de su amiga en voz baja mientras puñaladas de tristeza corrompían su corazón.

Se sentía encerrada en un silencio profundo, en una oscuridad que parecía vacía, hasta que hubo una luz, sus ojos adormecidos comenzaban a abrirse mientras se encontraba perdida, giro su cabeza con cansancio, no sentía sus dedos, pero sabía que estaban ahí. Aquella imagen que vio fue tan hermosa de ver que las lágrimas habían caído, estaba viva, si estaba viva, su esposo y su hija se abrazaban con tanto cariño que deseaba no haberse perdido de mucho, su hija se veía diferente a esa niña pequeña que había dejado.

- Merlí - May noto la mirada de aquella fémina - ¡Merlí! - no perdió tiempo y corrió a donde su amiga.

- May - menciono a lo bajo.

Su garganta estaba tan dormida que apenas y podía hablar.

- ¡Merlí! ¡Estas despierta! - la abrazo mientras lloraba.

May había sido una de las que más se sentían perdidas, su mejor amiga le había acompañado en sus peores momentos y el accidente le había hecho sentir como que había perdido a su hermana de sangre. Merlí logro mover su brazo hacia ella, abrazándole con lágrimas.

- ¡Mamá! - hablo aquella niña apenas se movió May.

- Cariño - tomo la mano de su hija que lloraba sin parar - lo siento mi niña, no fue mi intención dejarte solo así.

- Mamá no te vuelvas a ir - eso era lo que ella más esperaba.

- No lo haré - acaricio la cabeza de la niña.

No dijeron nada, solo basto una mirada de ambos para entenderse, Ethan camino a ella y la abrazo con fuerza mientras ella hacia lo mismo, ambos lloraban.

- Lo siento, no debió ser fácil para ti - miro a su esposo mientras acariciaba su rostro.

- Así nos separen 10 veces más estaré a tu lado, eso nunca lo olvides - volvió a abrazarla.

La respuesta era tan simple, ella siempre lo había dicho "cada problema siempre tiene soluciones, a veces debemos de luchar contra ello, a veces rendirnos, no siempre podemos ganar. Y la vida siempre va a estar llena de retos, que debemos de superar antes de que ellos nos superen a nosotros" esa era la última página en aquella libreta.

"Somos humanos, simples humanos que nacieron solos y morirán solos. Existen personas que llenan aquella soledad, pero de igual forma estamos solos en la vida, se trata de aprender a vivir sin los demás, no de asegurar que una persona se quedara para siempre a nuestro lado, en ocasiones la vida nos da golpes que esclarecen más esa idea. La humanidad está hecha para cometer errores y también corregirlos, no podemos culpar a otros de lo que somos cuando hemos decidido ser eso al no luchar, todo es cuestión de perspectiva, todo tiene que ver con no poder o no querer"

- Look Here

--------------------------------------------------------------------------

Esta vez sí es el final.

You're EnoughDonde viven las historias. Descúbrelo ahora