Saving Me As Always

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OMG - NEW JEANS

Habían pasado tan solo unas horas desde que había estado con la chica por mucho tiempo y estaba más que feliz era como un virus de felicidad andante, su sonrisa irradiaba en la oscura casa y su sonrisa tonta también daba ambiente a su hogar. Hasta que en medio de su felicidad el timbre le interrumpió.

- Voy - hablo con felicidad.

Abrió la puerta topándose con su hermana vestida completamente de negro, cruzada de brazos y enojada.

- ¿Acaso es tu forma de revelarte? - preguntó el chico burlándose de su hermana.

- ¿Fuiste a verla? - miraba a su hermano fijamente.

- Te vez como una hormiga de esas delgadas que ni pican y solo se suben en las cosas - el chico empujó a su hermana dentro de la casa - y usted señorita va a tener una plática muy seria con su hermano mayor.

La otra chica sintió miedo de inmediato y corrió a esconderse en la cocina.

- Oye, vuelve aquí, pequeña malcriada, en este mismo instante me vas a explicar de donde sacaste tremendas palabrotas - el chico gritaba buscando a su hermana.

Después de una larga discusión del hermano mayor regañando a la menor por decir palabrotas a su hermano ambos se abrazaron y él le contó toda la historia a su hermana, la chica ganó al decirle que era un tonto por haber dicho tal cosa hace años y fue obligado a jurar que la trataría más bien que nunca, y que si lo echaba a perder le mataría.

- Eres tan suertudo como para hacer que tu chica viniera a buscarte por ella misma hasta tu casa - el chico asintió feliz - realmente se merece más que solo un buen rato.

- Gray ¿Qué clase de cosas haz estado haciendo? - le miro con duda y seriedad.

- Digo, un buen trato - sonrió con miedo - me confundí de palabra.

- Te llevaré ya a casa de mamá - la chica se abrazó a su hermano.

- Ay no, ella quiere que le ayude en eso de hacer pasteles y sabes que voy a arder la cocina - el chico le golpeó ligeramente en la cabeza a su hermana.

- Cómo su hija deberías de ayudarle, además es de noche mamá no cocina de noche, te llevaré a casa e iras a dormir, ¿entiendes? - la chica asintió de mala gana.

El chico llevó a su hermana a casa, saludo a su madre y recibió un pastel de su madre, hace una semana que la había visitado, claro que casi nunca solía tener tiempo, ya que se la pasaba durmiendo debido al cambio de horario, aún se estaba adaptando. Al regresar a casa se acostó feliz y durmió. 

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- Por un carajo - la alarma sonó por tercera vez, si no se apresuraba llegaría 20 minutos tarde a su trabajo.

Era prácticamente el último día de su servicio, pero claro había dormido tarde por tanto estar viendo videos y sí que había sido un error, la cabeza le dolía, se había despertado tarde y faltaban 10 minutos para que fuera la hora de entrada.

- Esto es desastroso - dijo mientras miraba la hora en su teléfono e intentaba arreglarse el cabello.

Jalo su bolso, su credencial, la lonchera y por último la bata, avanzo hacía la puerta y retrocedió hacia su cuarto, se colocó su abrigo y con una sonrisa se miró al espejo.

- Claro Merlí, muere de frio - la chica se burló de sí misma y salió.

Tenía el tiempo encima y todos sus planes se arruinaron desde que vio bajar al chico del auto como si no hubiera gente alrededor llamando la atención de las personas.

- ¿Por qué es tan exagerado? - la chica volvía a entrar al edificio envuelta en vergüenza hasta que él le tomó del brazo.

- ¿Por qué huyes? - la chica sonrió inocente.

- Hola - dijo fingiendo.

- Merlí, ya pues, salgamos ¿sí? - la chica no podía superar el ridículo que le estaba haciendo pasar frente a todos sus vecinos.

- Ejem - la chica se rascaba el cuello - ¿podrías dejar de hacer el ridículo? - el chico sonrió con burla - me estás haciendo quedar como la que no le hace caso a su novio.

- Eso no suena bien - dijo sonriente.

- Ya lo se Ethan, y juro que me estoy aguantando las ganas de meterte un golpe aquí por actuar así y hacerme quedar mal - la chica acomodaba la bufanda de él con una sonrisa de amenaza - estoy llegando tarde al trabajo y tú estás en mi camino, interponiéndote en mi vergüenza y mi tiempo. 

- Nah - el chico la beso de repente sin importarle el alrededor.

Ella se separó de él de inmediato.

- ¿Estás loco? - la chica le miraba enfadada al chico.

Él se rio de la actitud de la chica.

- Si, buenos días, cariño, ¿a dónde ibas? - él la abrazo por los hombros y la hizo avanzar al auto.

Claro que como los chismosos que eran sus vecinos no faltaban los murmullos "según yo estaba sola" "no sabía que tenía novio" "él se ve que tiene dinero" "¿por qué vive en un apartamento si tiene a su novio?" "lástima se la quería presentar a mi nieto". La chica se escondía tras el abrigo de Ethan tapándose el rostro completamente rojo, el chico solo reía ligeramente.

- Sube - dijo él abriendo la puerta.

- Sube ni que ocho cuartos - la chica camino lejos de él.

- Seguro, quieres que haga otro berrinche - la chica se acercó al auto.

- Eres un patán - ella le miró mal y luego se subió.

- Te amo - le dio un beso en la mejilla antes de cerrar y caminar al otro lado del piloto.

- Ti imi - imitó la chica con enojo.

- ¿La cita primero o lo que ibas a hacer? - la chica le miró de inmediato.

- Ninguna cita, estas haciendo que llegue 20 minutos tarde al trabajo - el chico encendió el auto y le sonrió.

- Pon la dirección y tu cinturón, tu chofer personal te llevara de inmediato - le guiño un ojo mientras comenzaba a avanzar a la carretera - de mientras iré a la casa de mi madre a ver las buenas nuevas y después puedo volver a recogerte y de ahí podemos estar juntos.

- Siempre estás dispuesto a salvarme al parecer - el chico sonrió.

- Cuando sea necesario - dijo con orgullo.

- Pues tendrás que hacerlo una vez más pero no por mi pellejo, por el tuyo - el chico se mostró confundido - le he contado a mi madre de ti por error, espero que no suene apresurado, mi mama está al pendiente de mi vida y si, no se le pasa ningún detalle - sonrió con diversión - ella quiere conocerte.

- ¿Ese es el problema? - pregunto él con gracia.

- Ese es un gran problema - comentó ella.

- Yo no veo problemas, yo veo soluciones, me enfrente a Canadá, tu madre no es peor - aquella típica sonrisa confianzuda se posó en los labios de Ethan dando paso a la tranquilidad de Merlí, lo que no sabía era que él si estaba nervioso. 

You're EnoughDonde viven las historias. Descúbrelo ahora