You're Enough

Nothing can end just like this...

STAY WITH ME - CHANYEOL (EXO) & PUNCH

- Arriba pequeña - la chica cargo a la pequeña que ya tenía 10 años.

- Mamá, ¿mañana iremos con la abuela? - preguntó la pequeña a lo que la chica asintió.

- Sip, la abuela nos va a preparar galletas, pero ahora vamos a tu obra - la chica beso la cabeza de la pequeña y camino dentro de la escuela.

Todas las madres solían mirarla demasiado, era hermosa, su hija tenía toques de ambos así que era muy preciosa, era una persona educada y claro que su profesión le había hecho tener una buena vida así que no faltaban las bocas que intentaban crear chismes de ella. Para el resto, una mujer de su edad, debría de ser madre soltera, tener otro esposo o una hija despreciable, pero era todo lo contrario, tenía un maravilloso esposo, una maravillosa hija, dinero, un trabajo estable, un hogar y todo lo que había deseado ahora solo era una realidad.

- Papá vendrá al final y de ahí iremos los tres juntos - le dijo la chica a su pequeña sonriendo.

- Quería que papá viniera - se quejó la pequeña.

- Si, pero papá debe trabajar, hay muchos niños como tú que necesitan la ayuda de papá para vivir, además me tienes a mí - la pequeña se quejó.

- Pero tú también trabajas - hizo un puchero lindo.

- Si, pero te prometo que buscaré una forma de que los dos vengamos contigo - le beso la mejilla y la pequeña asintió.

- Ya me toca mami - la niña dijo emocionada.

- Ve, ve, tú puedes Annie - a pesar de que su nombre era Rosseanne, siempre solían acortarle a Annie, Rosi, Rosian, Ani, pero casi nunca por todo su nombre.

Merlí estaba feliz, ver a su pequeña crecer, verla feliz, ella siempre se había esforzado porque la pequeña creciera bien, incluso había escogido ese nombre para que fuera toda una descripción de lo que a ella le hubiera gustado ser, una persona alegre, tierna, con buena vida, que trataría de soportar en esta vida cruel, una persona que no se rompiera con facilidad, alguien amable, alguien linda, todas aquellas definiciones de algo perfecto, algo que ella quería ver en su hija sin presionarla, quería que fuera perfecta a su manera, que fuera talento nato desde el fondo, no le daría la vida que su madre le había dado, le ayudaría a crecer con las mejores experiencias y enseñándole sobre la vida con delicadeza para que en la brusquedad pueda mantener la calma.

- El grupo de 4.º A, nos presentará su obra, primavera - sonrió la maestra.

Veía frente a sus ojos el futuro que ella de pequeña vio, felicidad con altibajos que la hicieron más fuerte. Rosseanne era la causa de su felicidad y Ethan su soporte de fuerzas, ambos creyeron que el destino los había separado, pero solo había sido un reto, ambos jamás pensaron que estarían bien, ambos lloraban en su juventud, lloraban porque era la forma en la que estaba escrita su futuro.

- Wuju - grito la chica al ver que la presentación había terminado.

Solo pasaron unos minutos y su pequeña volvió a donde ella para abrazarla.

- Eres muy buena en esto - le dijo con felicidad la ahora de puntas grisáceas.

- Mami eres muy bonita - la chica casi llora ahí, era tal y como Ethan y ella, sin importar que, siempre encontraba lo bello en alguien o algo.

- Mi bebe - le beso en la mejilla.

Ambas se subieron al auto después de recibir muchas felicitaciones de parte de las personas ahí. En el momento en el que Merlí le ponía el cinturón a Rosi, una llamada entró por su teléfono.

- Hola - dijo tras ver que era Ethan.

- Ya acabó el evento ¿cierto? - la chica se rio ligeramente.

- Sí, a veces me sorprende lo bien que cuentas el tiempo, hay alguien que quiere hablar contigo - dijo al ver que la pequeña le hacía señas de que le diera el teléfono.

- Papi, ¿por qué no has venido? - se quejó la pequeña.

- Ay ¿mi bebé precioso me extraño? - la pequeña asintió como si su papá la viera - Princesa, prometo que estaré ahí en el siguiente, ¿te la pasaste bien? - le pregunto Ethan mientras que colocaba unos papeles en el estante frente a él.

- Si, mamá me compró algodón de azúcar, dijo que es malo para los dientes, pero que me lo iba a comprar y que yo no te dijera nada - la chica prácticamente miró a su hija por el retrovisor ofendida por la traición, mientras que el chico solo se mataba de la risa por el otro lado.

- Ann - le dijo su mamá.

- ¿Qué mami? - respondió la pequeña inocente.

- Ya nada - bufo.

- ¿Mamá se enojó? - le preguntó la pequeña a su padre.

- Si, mamá se enojó, ¿sabes cómo te va a perdonar? - la pequeña negó - ponle el teléfono a mamá en altavoz.

- Voy papi - dijo la pequeña.

- Darling - le habló el chico con voz dulce - te amo, ahora perdona a nuestra hija - lanzo una risilla.

- Eres insoportable a veces - dijo ella de mala gana.

- Pero aun así me amas - la chica rodó los ojos.

- Eso no me va a poner contenta aún - siguió manejando como si nada.

- Cuando llegué a casa, no te vas a salvar, me la voy a pasar todo el día de meloso si no perdonas a nuestra hija - le amenazó sabiendo lo mucho que odiaba eso.

- Perdonada - contestó rápido la chica.

- Cariño. Te amo, cuídense, me tengo que ir - la chica sonrió.

- Yo también te amo - respondió.

- Yo también los amo - agregó dulcemente la tercera.

Ambos padres se rieron y después colgó la llamada. Siguió manejando la chica y en eso un carro salió a toda velocidad de una esquina, la chica trató de esquivar al dar la vuelta, pero sobre el otro lado también había un carro así que, en cuanto giro, choco, la pequeña asustada comenzó a llorar y gritar, pero el carro que salió sin control del otro lado también salió disparado sobre el lado izquierdo del auto, justo donde Merlí estaba, era un desastre total, la pequeña trataba de encontrar respuesta de su madre, pero nada.

- Mamá - decía la pequeña.

Su madre ya ni siquiera estaba consciente, y los carros alrededor, claro que buscaban como ayudar tras escuchar el llanto de la pequeña niña, quien diría que algo podía acabar de esa manera. Ese fue el día donde muchas de las esperanzas se acabaron.

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