♡ ; 𝒟𝑒 𝓁𝒶 𝒜 𝒶 𝓁𝒶 𝒵 𝓎 𝓋𝒾𝒸𝑒𝓋𝑒𝓇𝓈𝒶 ⇀ ɴᴍɴ

♡ ; 𝒬 de quieto

Haechan evitó ser el platillo principal de Jaemin, al decirle que, cuando consiguió el cuaderno ya estaba así, claro está que mentía, pero siempre se salía con la suya así que lo que resto del mes, la pasaron sin pelear por ese tema.

El tan esperado día de la graduación llegó, con túnica y birrete puestos Jaemin llegó junto a sus padres a las canchas de la escuela donde se llevaría a cabo la ceremonia.

Se reunió con Haechan y Shotaro, ese día Hendery no pudo acompañarlo porque le dijo que estaría haciendo algunos trámites.

Después de recibir su certificado y oficialmente ser libre de la preparatoria, los padres de los tres chicos los llevaron a un restaurante a comer.

Hendery le dio alcance allá, le regaló un hermoso ramo de flores y un pequeño pastel. Todos comieron a gustó, charlaron, bromearon, los padres de familia les aconsejaron.

Haechan vio la intención de Hendery de querer acaparar a Jaemin y antes de que eso sucediera se acercó a él y le susurró:

–Jaemin, en la noche tú serás completamente mío ¿De acuerdo?

El mencionado quedó algo desconcertado pues esas palabras parecían muy sugerentes pero al ver la expresión seria del contrario entendió que hablaba en serio.

Apenado declinó la propuesta del príncipe, lo había invitado a dar un paseo nocturno, sonaba muy romántico y todo, sin embargo, se comprometió con Haechan y debía cumplir.

Sin más demora tomaron un taxi, el pudú indico la dirección.

Media hora después llegaron a su destino, a Jaemin le pareció raro que su amigo lo llevará a un pequeño salón de fiestas.

–Date vuelta.

–¿Por qué?

–Confía en mí.

Hizo lo que se le pidió, se tenso al quedar completamente privado de la vista por la mascada que Haechan puso sobre sus ojos.

Sin decir nada y con la expectación a todo lo que daba, se dejó guiar.

–Llegamos y hasta aquí llego yo, disfruta de tu noche, trata de no morir para que mañana me cuentes todo.

Después de eso dejó de sentir el agarre de Haechan, por miedo de no saber dónde estaba llevó sus manos a la mascada y la retiró rápidamente. Tuvo que entrecerrar los ojos por lo luminoso que estaba el lugar hasta acostumbrarse.

Miró alrededor, se encontraba en un salón muy hermoso parecía de esos de la época victoriana, cerca de una esquina vio un piano de cola.

Comenzó a girar sobre su propio eje para terminar de analizar todo el salón.

En su campo de visión entró un cuerpo, posó su mirada sobre la persona que estaba de pie ahora frente a él y no pudo más que quedarse 𝓆𝓊𝒾𝑒𝓉𝑜, con su corazón latiéndole a mil por hora.

Por un momento creyó que su mente le estaba engañando.

Jeno se encontraba ahí, de pie con una enorme sonrisa en el rostro, en sus manos sostenía un ramo de tulipanes blancos.

En menos de un segundo ya estaba encima del pelinegro, abrazándolo como si su vida dependiera de ello.

–Te extrañe tanto.

–Yo también te extrañe.

Y como Jeno había dicho, ambos bailaron la balada que el pelinegro había compuesto por y para Jaemin. Toda la noche la pasaron pegados, incluso se quedaron así ya sin música; disfrutando de la compañía del otro.

A las afueras del salón, Haechan por una de las ventanas estaba espiando a ese par, sino los conociera juraría que se trataba de un par de enamorados pero los dos seguían siendo tan tontos que solo se catalogaban como mejores amigos.

En su campo de visión entró algo que le impidió seguir mirando, se alejó para ver de qué se trataba. Un girasol.

Busco al responsable de tener esa flor frente a su rostro, llevándose la sorpresa de que era Mark.

–¿A qué debo el presente?

–Hoy fue tu graduación ¿No? Felicidades por eso.

El pudú no pudo evitar sonreír, era un obsequio sencillo pero lindo.

El canadiense lo acompañó a casa y antes de que entrara le sugirió esperar la llamada de Jaemin para que le contara todo lo que quería saber.

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