♡ ; 𝒟𝑒 𝓁𝒶 𝒜 𝒶 𝓁𝒶 𝒵 𝓎 𝓋𝒾𝒸𝑒𝓋𝑒𝓇𝓈𝒶 ⇀ ɴᴍɴ

♥ ; 𝒪 de obligado

El martes asistieron a la universidad, se pusieron al día con las tareas que debían del día anterior, uno de sus profesores les dejo un trabajo de investigación; el grupo entero se la pasó dos horas en la biblioteca, leyendo libro tras otro para entregar en tiempo y forma lo que pidió.

Jeno no podía estar más agradecido por eso, tener esa presión le daba escape de tener que hablar con Jaemin.

A la hora de la salida, Jeno se llevó la grata sorpresa de encontrarse con Roseanne.

–Jennie insistió en hacerme una despedida de soltera aquí en Seúl.

Tomaron asiento en la parada de autobús, ella rebuscaba en su bolso y gruñó de frustración al no encontrar lo que quería entregarle a su cuñado.

–Vine porque quería entregarte la invitación y el boleto de avión, solo que, se me olvidaron– sacó su teléfono y tecleo un texto algo largo –Alguien más vendrá otro día a entregarlos ¿Bien?

Jeno asintió; el autobús se acercaba, Roseanne se puso de pie era hora de que se retirara; él la detuvo tomándola de la muñeca.

Con mucha vergüenza le pidió que se quedara con él un rato más. Sin que ella preguntara le contó acerca de su desastrosa confesión y cómo marchaban las cosas entre Jaemin y él; ella lo consoló, algo le comento Jaehyun, quien por cierto estaba muy molesto con Jaemin por romperle el corazón a su hermano.

–El amor es así, duele, más de lo que uno quisiera, pero después de superar todo ese dolor, vienen cosas y momentos hermosos, entonces y solo entonces, sabrás que valió la pena.

No podía decirle algo más, el amor lo experimentaba cada uno a su manera.

Lo animo a tener esa charla con Jaemin, le aconsejo que lo sacara todo, no debía omitir nada pues si lo hacía se arrepentiría después.

"Si ambos se aman, sabrán salir de esta" fue lo último que Roseanne le dijo.

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Al llegar al departamento, se encontró con Jaemin sentado en el sofá individual.

Con el temor y nerviosismo recorriéndole todo el cuerpo, se acercó y tomó asiento en el sofá que quedaba al frente.

Se miraron a los ojos.

Jeno captó que Jaemin parecía molesto por algo.

–Perdó-.

–¡NO!, no, no, no, no lo digas.

Le interrumpió, no quería escuchar esa palabra salir de la boca de Jaemin.

–Jeno quiero que las cosas queden claras entre los dos, quiero que sepas que tu...

El mencionado se dejó caer de rodillas frente a Jaemin, le cubrió la boca con su mano y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.

–Me destroza pensar que estás haciendo todo esto solo porque te doy lástima, porque te sientes 𝑜𝒷𝓁𝒾𝑔𝒶𝒹𝑜.

Jaemin abrió los ojos por la barbaridad que acababa de escuchar, se sintió tan ofendido por esa creencia que de un manotazo retiró la mano de Jeno para después soltarle una bofetada.

–¿Lastima? ¡Por Dios, Jeno!–

Le tomó de las mejillas y le plantó un beso necesitado. Lo beso hasta que el aire les falto.

–Nadie me obliga, tonto– acaricio la mejilla donde le dio la bofetada –Lo hago porque yo también estoy enamorado de ti.

Jaemin tomaba en cuenta que sus palabras fueran poco creíbles para Jeno pues lo lastimo tanto y tan profundo que le costaría creer, aun así permanecieron mirándose como si fuesen lo más hermoso que habían visto en su corta vida.

Después besó su mejilla ligeramente roja por el golpe.

–Tan enamorado que, cuando te vi con esa chica en la parada del autobús los celos me consumieron– le susurro al oído –Me he quedado sin móvil por lo mismo.

Le enseño el aparato con la pantalla completamente estrellada.

–¿Quién es ella?– pregunto.

Ante la falta de respuesta por parte del pelinegro, Jaemin volvió a besarlo, sin ninguna prisa.

Jeno se sobresaltó al sentir una presión en su labio inferior.

–¿Acabas de morderme?

Quedó impactado, ese atrevimiento era parte de los encantos ocultos de Jaemin, solo que ahora no parecía tan oculto.

–Umm~ es para que todos sepan que tus labios me pertenecen.

Término sonrojándose, todo eso era demasiado, el ritmo que trataba de imponer Jaemin, él no podría manejarlo.

–¿Quién eres tú y que le hiciste a Jaemin?

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